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Un paciente con cáncer convierte las manualidades en un negocio

Una joven con leucemia creó un lucrativo negocio de bufandas tejidas mientras buscaba un pasatiempo durante su tratamiento
sáb 17 marzo 2012 10:00 AM
manualidades
Kelsey Trusty cancer handcraft scarf scarves

Trusty Kelsey planea casi todo, pero contraer cáncer no era algo que ella esperara. Sin embargo, lo que comenzó como una crisis de salud inesperada generó una fuente de creatividad que le ayuda a pagar su tratamiento.

En octubre de 2011, la estudiante de enfermería de 22 años de edad estaba en su primer año en la escuela de enfermería, trabajaba en un hospital y estaba organizando su boda cuando fue diagnosticada con leucemia mieloide aguda.

En un abrir y cerrar de ojos, Trusty pasó de ser una enfermera en formación a una paciente. Comenzó un periodo de internamiento de un mes en el hospital para recibir quimioterapia y transfusiones de sangre.

“Estaba en el hospital con bastante tiempo en mis manos”, dijo Trusty. “No soy la clase de persona que simplemente puede sentarse y ver la televisión todo el día. Necesitaba algo que hacer para mantenerme cuerda”.

Inspirada por una publicación que su madre vio en Pinterest, Trusty comenzó a trenzar bufandas hechas con viejas camisetas . Después de perfeccionar su método, compartió su labor en Facebook, pensando que tal vez algunas personas querrían una.

Para su sorpresa, la demanda fue instantánea. Después de su diagnóstico, tuvo que abandonar la escuela ya que su tratamiento incluía estadías prolongadas en el hospital. Pero muy pronto, se encontró con que tenía un trabajo de casi tiempo completo supliendo los pedidos de bufandas.

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Las bufandas vienen en una gran variedad de estilos y tamaños, y los clientes pueden elegir los colores. Trusty hace las bufandas cortando tiras de tela de camiseta y trenzándolas entre sí. A veces, sus manos tiemblan por la quimioterapia mientras añade un logotipo cosido a mano del listón de conciencia sobre la leucemia .

“Pasé de cero a 60 con gran rapidez”, dijo. “Creo que lo que realmente atrajo a las personas es que podían personalizarlas”.

Trusty se dedicó a crear la marca de su producto, nombrando su negocio en ciernes como 'Tussle' ('Pelea', en inglés), en referencia a su batalla contra la leucemia. Su mejor amiga creó un logotipo y ella creó una página de Facebook para el negocio. Incluso tiene sus propios sellos de envío, “Y eso me hizo sentir realmente sofisticada”, dijo.

Las ganancias de las bufandas han tenido un tremendo impacto en los gastos médicos que son pagados de su bolsa, dijo, ya que le ayudan a cubrir el coaseguro por las visitas al médico y a subsidiar el costo del tratamiento de cáncer. Mientras tanto, ella sigue preparándose para su boda en julio.

“Nadie espera tener que pagar una boda y una quimioterapia al mismo tiempo”, dijo. “Es una carga increíble que ha sido levantada de mis hombros y de los hombros de mi familia”.

Además del impacto financiero positivo, Trusty también está utilizando su creatividad para ayudar a otros pacientes con cáncer. El mes pasado, Trusty subastó una de sus bufandas, donando las ganancias a otro paciente con cáncer.

Trusty comenzó a hacer bufandas a partir de camisetas para aliviar el aburrimiento de la quimioterapia.

“Es agradable ser capaz de utilizar algo que me ha ayudado para ayudar a otras personas también”, dijo Trusty. “Soy una persona complaciente por naturaleza, así que eso me ayuda a mantener una actitud positiva cuando veo felices a otras personas”.

Ha vendido bufandas en todo Estados Unidos y en lugares tan lejanos como Inglaterra. Una de las mejores cosas de la experiencia ha sido conocer a nuevas personas en su comunidad y más allá, y compartir historias con ellos, dijo.

“Principalmente hago bufandas para gente que nunca he conocido antes”, dijo. “Y por ello ha sido una excelente manera de conocer gente de mi comunidad y conocer gente que probablemente nunca hubiera tenido la oportunidad de conocer antes”.

Trusty no está segura de lo que su futuro le deparará después del tratamiento, pero esta experiencia le ha hecho apreciar la imprevisibilidad de la vida y el valor de cada día.

“En este momento, no sé cuál es el plan para mí , y eso me da miedo”, dijo. “Pero mi Dios me dice, y mi experiencia me dice, que no necesito preocuparme por planear el siguiente paso”.

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