El mejor 'coach' debe estar actualizado y tener una actitud que te motive
Más allá de ofrecer ‘músculos’, un entrenador personal debe tener preparación teórica y la experiencia para ayudarte a cumplir con tus objetivos, dentro y fuera del gimnasio.
Y es que elegir mal no sólo puede generarte frustración si no obtienes los resultados esperados con tu rutina; también puede ponerte en riesgo de lesiones y desbalance muscular.
Escoger entrenador personal dentro de un gimnasio o un club reconocido, no es garantía de que sea completamente confiable. Antes de contratarlo, pide una entrevista con él en la que puedas hacerle todas las preguntas necesarias, conocer su experiencia y aclarar tus dudas.
Aquí te compartimos algunos consejos de profesionales para elegir al coach ideal:
“Antes de empezar, debe pedirte tus datos personales: antecedentes clínicos, lesiones, tiempo disponible para el ejercicio, gustos y objetivos, para diseñar un plan acorde con tus necesidades”, explica el entrenador personal Carlos Velázquez, quien es también gerente de un centro de acondicionamiento.
Otra recomendación es verificar que tenga conocimientos en anatomía, fisiología, metodología de entrenamiento y biomecánica. Para comprobarlo, pregunta si cuenta con alguna certificación de salud física.
Un entrenador actualizado debe de tener cursos de educación continua mínimo cada dos años, recomienda el Consejo del Ejercicio de Estados Unidos.
Es importante una mentalidad positiva que te motive y te haga sentir bien, incluyendo el que su apariencia sea limpia y fomentar mayor confianza. Además, debe variar tu rutina, no sólo para que el ejercicio siga siendo efectivo, sino también para que te guste y te divierta hacerlo.
Si ya no estás a gusto o sientes que no estás teniendo los resultados esperados, en cualquier momento puedes cambiar de entrenador o pedirle que ajuste su programa a uno más adecuado para ti.
Pistas para desconfiar
Hay algunas observaciones de las que te debes de cuidar al momento de empezar a recibir asesoría en tu entrenamiento físico.
1. Que te ofrezca suplementos alimenticios que no tengan sustento médico y quemadores de grasa.
2. Que te dé dietas o consultas nutricionales si no es un licenciado en Nutrición o no ha pasado por alguna formación en esta área.
3. “Que no te entregue un plan de entrenamiento por escrito, sino que se invente los ejercicios sobre la marcha”, añade Velázquez. “Esto denota que quiere que dependas de él para hacer tu rutina o que no tiene ninguna planeación”.
4. Que te diagnostique algún problema de salud. “Un entrenador personal no tiene licencia para practicar la medicina; no puede pretender tratar o curar cualquier enfermedad, sino que debe dirigirte con el médico especialista”, explica en su sitio de internet la International Sports Science Association.
La idea de tener un entrenador personal es que te diseñe un programa de entrenamiento personalizado de acuerdo con tus necesidades, objetivos y gustos, y que te supervise durante toda tu rutina para corregir errores y asegurarte de que lo estás haciendo bien. Si no es así, busca otra opción hasta que te sientas en confianza.