Las acciones de Jesucristo ayudan a trazar un perfil de su personalidad
La tarea de llevar a Jesús de Nazaret al diván de un psiquiatra no es fácil, aunque no pocos han elaborado teorías y diagnósticos en torno a él, publicó la revista Quo.
A pesar de la importancia que representa este personaje, esto no ha impedido que él y otros analistas de nuestro tiempo intenten desmenuzar la personalidad de Jesús.
“En esa época había un gran pensamiento mágico, había una mitología muy viva todavía relacionada con los antiguos misterios de Isis, de Osiris”, explicó a la revista el doctor Jesús Ramírez Bermúdez, jefe de Neuropsiquiatría del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.
El psicólogo freudiano Juan Carlos Muñoz Bojalil, quien cuenta con una maestría en teoría psicoanalítica, mira la figura de Cristo como la de un “redentor”, cuya premisa fue el sacrificio.
En cuanto a pensar que pudiera haber tenido algún desajuste psicológico o emocional, dijo a Quo que “es un excéntrico que logró hacerse un nombre gracias a elevar la idea de que hay que ponerse en los zapatos del otro, dar cuenta de que el otro es igual de importante que yo”.
El padre Antonio Rivero, legionario de Cristo, destacó su espíritu austero. “La misión de Jesús debía desarrollarse en el bullicio de las ciudades, conviviendo con sus ciudadanos y participando de sus preocupaciones”.
Si el entorno y sus propias reflexiones propiciaron que Jesús llegara a ser, o no, un “guerrillero”, la duda aún permanece: “Hay quien cree que Judas lo que quería era preparar la ocasión para que él tomara la opción guerrillera, entregarlo para que se manifestara como el guerrillero que es. No pensaban que el dejarse vencer era la victoria”, afirmó el investigador José Molina de la UNAM.
El neuropsiquiatra Jesús Ramírez Bermúdez advierte que es difícil hacer un retrato psicológico de Cristo porque “la información que tenemos disponible proviene sobre todo de la Biblia y los otros relatos que hay sobre la vida de Jesús. Esas informaciones no son testimonios de primera mano que podríamos utilizar para hacer un retrato de tipo científico”.
La imagen que tenemos de Jesucristo, precisa Carl Gustav Jung en su Diccionario Clínico del Alma es la de un ideal de la persona humana que se puede llegar a realizar por medio de un ejercicio ético muy complicado que implica el ejercicio de la empatía, la compasión, la disciplina y la congruencia.