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Las niñas en hogares con problemas tienden a desarrollar obesidad

Los niños varones en ambientes problemáticos no presentaron los mismos niveles de aumento de peso que las pequeñas
mar 17 abril 2012 10:09 AM
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Las niñas que viven en hogares estresantes donde son comunes la violencia, la depresión u otros trastornos son más propensas a presentar obesidad desde los 5 años, en comparación con las que fueron criadas en hogares más estables.

Y cuando las niñas de preescolar son testigos de algunos sucesos malos de golpe, tienen un riesgo aún mayor de generar obesidad, de acuerdo con un estudio presentado esta semana por el diario médico Pediatrics ,

En el estudio no se encontró el mismo patrón en niños varones. Los investigadores no se explican por qué, pero sospechan que se debe a que los niños pueden superar mejor el estrés, en parte, por ser más activos físicamente .

Entonces, ¿por qué las niñas suben de peso cuando su hogar es estresante?

“Es posible que las familias que experimentan estos factores estresantes se manejen los hábitos alimenticios de sus niños de forma distinta”, dice la autora del estudio, Shakira F. Suglia, epidemióloga y profesora adjunta de la Universidad de Columbia, en Nueva York.

Pero dice que eso no es todo.

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Suglia y sus compañeros de investigación estudiaron los registros de los estudios Fragile Families (Familias frágiles) y Child Wellbeing (Bienestar del niño) que analizaban pares de madres e hijos de 20 de las ciudades más importantes de Estados Unidos. Identificaron a 1,605 niños en edad preescolar y descubrieron que casi el 60% de ellos había experimentado al menos uno de los siguientes factores estresantes : violencia doméstica, hambre, cambios continuos de residencia o vivir en un refugio, un padre en prisión, una madre depresiva o uno de los padres adicto al alcohol o a las drogas.

Los expertos sugieren que una de las razones por las que dichos factores desencadenan la subida en peso en niñas está relacionada con la forma en la que se relaciona la madre con las hijas. Si la madre es depresiva o hay violencia en el hogar, por ejemplo, quizá la madre no esté emocionalmente disponible para cuidar de la niña.

“Es probable que la madre proporcione demasiada comida al infante como forma de consuelo o para satisfacer sus necesidades emocionales, o incluso como una forma de autoalivio”, explica el estudio.

Y, por lo general, cuando la gente está estresada busca el consuelo de alimentos grasos, o dulces, llenos de calorías. Pero los investigadores señalan que incluso cuando un niño imita los hábitos alimenticios dañinos de los padres, eso no justifica todo el peso que aumentan.

Otra posible explicación es que la niña se encuentre experimentando los mismos factores de estrés que la madre y que esto la afecte a nivel biológico. Su sistema de respuesta al estrés se vuelve loco, produciendo altos niveles de hormonas de estrés, los cuales, creen los científicos, están relacionados con el incremento de grasa abdominal y los síndromes de comedores compulsivos.

Y si mamá no está disponible para enseñarle a la niña cómo manejar una situación estresante y desarrollar lo que los investigadores llaman autorregulación, los niños tienden a gravitar hacia las cosas que les proporcionan gratificación instantánea, como los dulces y los alimentos altos en grasas.

“No sólo están aprendiendo que les gusta comer ciertas cosas [alimentos malos para la salud] sino que esto también podría ser una forma de manejar el estrés”.

Estudios anteriores llevados a cabo en niños revelaron que, al enfrentar factores que generan estrés, las niñas tienden a internalizar su conducta con más frecuencia que los niños. Por lo general, se apartan, se sienten deprimidas y tristes.

Los niños varones externalizan su conducta al volverse agresivos, impulsivos y con problemas para quedarse quietos. Los investigadores en este estudio no analizaron las razones de las diferencias de aumentos de peso entre los menores, simplemente descubrieron que existían. Dicen que se necesitan más estudios para explorar estas diferencias entre los sexos.

Los científicos saben que si se es un niño obeso, hay más probabilidades de ser un adolescente obeso y, a su vez, un adulto obeso. Y ser demasiado gordo puede dañar nuestra salud y, con el tiempo, provocar alguna enfermedad cardiaca, una embolia, diabetes tipo 2, presión alta y ciertos tipos de cáncer. Los expertos subrayan la necesidad de atender inmediatamente los factores que incrementan las probabilidades de padecer obesidad en niños.

Suglia dice que cuando los pediatras y los médicos generales hablan con las familias acerca de la prevención de la obesidad, la discusión debe ir más allá de los hábitos alimenticios y el ejercicio. Los médicos deben preguntar lo que sucede en los hogares y ofrecer a las familias servicios y programas que les ayuden a manejar mejor los factores estresantes de su vida.

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