Un análisis sanguíneo podría detectar la depresión precoz
¿Cómo pueden saber los padres si su niño o adolescente experimenta tristeza normal, cambios de humor o si padece alguna forma grave de depresión? Algún día, la respuesta podría encontrarse en una sencilla muestra de sangre, solo si los resultados de un nuevo estudio se confirman en muestras de población más grandes.
Las conclusiones fueron publicadas en Translational Psychiatry .
El trastorno depresivo precoz es una enfermedad mental que afecta a los individuos menores de 25 años. Aunque entre el 2% y el 4% de los casos se detectan antes de la adolescencia, este porcentaje se dispara al 10%-25% durante la adolescencia, explica la investigadora en jefe Eva Redei, catedrática de psiquiatría y ciencias de la conducta en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern.
¿Por qué es importante?
"Si no se diagnostica, la depresión afecta la forma en que los adolescentes se relacionan con los demás . La causa número uno de muerte entre depresivos es el suicidio", dice Redei. "Si los adolescentes están deprimidos y no reciben tratamiento, son propensos a las adicciones y a abandonar la escuela. Toda su vida depende de estos años cruciales y vulnerables". Además, es común que la depresión continúe hasta la edad adulta, dice Redei, de modo que detectarla a tiempo permite un tratamiento adecuado.
La investigación
La investigación del equipo de Redei descubrió once biomarcadores sanguíneos para la depresión precoz grave. El trabajo original empleó ratas y confirmaron los resultados de este estudio en un grupo pequeño de humanos, constituido por 14 adolescentes con trastorno depresivo grave y 14 adolescentes que no padecían depresión.
Los científicos descubrieron que podían distinguir entre la depresión grave con ansiedad y la depresión grave sin ansiedad con base en los marcadores genéticos.
"Tener una prueba objetiva que le diga al médico si hay alguna explicación física o genética para la depresión" permite tratar a los pacientes con un diagnóstico preciso, explica Redei. "Saber que hay una razón objetiva para los sentimientos del niño permite a los padres, y a ellos mismos, comprender que la depresión es una enfermedad, una enfermedad complicada, que es muy común y puede tratarse”.
¿Y luego qué?
Ella espera que con un diagnóstico basado en la ciencia se elimine el estigma asociado a esta enfermedad con los trastornos mentales. Luego de más estudios, se espera que estos descubrimientos “puedan ayudar a los psiquiatras a predecir los tratamientos que serán eficaces, con base en los biomarcadores”.
“No será en la clínica este año pero, asumiendo que haya recursos suficientes, entonces sí sucederá”.