Un banco de alimentos ayuda a mujeres embarazadas de escasos recursos
“A veces esperas con ansias la leche y los pañales”, dice Juana Lizbeth Librado Jaimes, madre de un bebé lactante. Ella es beneficiaria del Banco de Alimentos para Todos, que brinda ayuda alimentaria y de distribución de productos básicos para niños recién nacidos y de hasta un año de edad.
Juana Lizbeth vive en la colonia San Miguel Teotongo de la Delegación Iztapalapa, una de las zonas con más pobreza en el Distrito Federal, según el estudio La pobreza en el DF publicado por el Colegio de México.
El Programa de Atención a Mujeres inició en el 2006, como consecuencia de un estudio entre la población infantil según el cual los niños recién nacidos presentaban bajo peso, por lo que determinaron empezar a darle atención nutricional a las mujeres embarazadas con la finalidad de contrarrestar el fenómeno. La organización fue fundada por el Fondo para la Asistencia, Promoción y Desarrollo I.A.P. (Faprode) y Cáritas Arquidiócesis de México, I.A.P.
Este programa consiste en dar asesoría a las mujeres embarazadas sobre cómo deben alimentarse y a qué alimentos darle prioridad durante su embarazo.
El Banco de Alimentos para Todos atiende a 27,196 personas en pobreza y pobreza extrema en el Distrito Federal y su zona conurbada, de las cuales 7,710 son jefas de familia, responsables de la administración de su hogar y muchas de ellas madres solteras.
En este número se encuentran las mujeres embarazadas, a quienes además de la asesoría, les dan seguimiento en su peso durante el embarazo con la finalidad de que éste se desarrolle en buenas condiciones y al nacer el bebé “nos encargamos de su peso y talla”, dice la nutrióloga Perla Franco Espinoza.
A las mujeres embarazadas les sugieren no sacar de su dieta los frijoles y el arroz, así como frutas, ya que son alimentos “completos que proporcionan las vitaminas y energías necesarias para una mujer embarazada y su producto”, comenta la especialista.
Este Banco surgió en 1994 con el objetivo de contribuir a reducir los problemas asociados a la nutrición y brindar servicios a la población vulnerable en el Distrito Federal y zonas conurbadas. Dania Llanos, responsable del área de Comunicación de la organización, aclara que ellos no dan despensas, sino paquetes nutricionales que contienen lo elemental en una dieta diaria de todo ser humano.
El paquete nutricional está conformado por frijol, arroz, sopa, frutas, verduras y lácteos, mismos que a su vez son donados por distintas empresas y vendedores de la Central de Abasto.
Estos paquetes tienen una cuota de recuperación (aproximadamente 25% del valor de mercado), porque el objetivo es no convertirse en un programa asistencialista, sino dignificar a la persona.
Por ejemplo, Juana Lizbeth, ama de casa de 19 años de edad, dice que el paquete que adquiere en el Banco de Alimentos es de gran ayuda.
Para las mujeres que tienen hijos, el paquete incluye pañales, mismos que en el mercado “el más económico cuesta 130 pesos y aquí 40 (piezas) lo venden a 25 pesos, también la leche es más barata”. Esos dos productos son indispensables para un recién nacido y con un salario mínimo son imposibles de comprar, menciona Juana Lizbeth.
Doña Maribel Álvarez Barragán, abuela de Yazaret, de 10 meses de edad, a quien cuida desde que nació porque su hija es madre soltera y tiene que trabajar fuera de casa, dice que ella es la que acude a las pláticas de nutrición. “Me parece importante que nos expliquen cómo alimentar a un bebé, que sí podemos alimentarnos bien con lo que se tiene al alcance”.
Luz María Ramírez Gómez, madre de tres niños, dos de los cuales aún son beneficiarios del programa, está convencida de que para tener un plato de comida nutritiva no es tan importante la carne; le ha quedado claro que combinar el Plato del Buen Comer es más que suficiente.
A las mujeres se les explica que si combinan los grupos de leguminosas, cereales y frutas, pueden obtener las proteínas y nutrientes que requieren ellas y sus hijos.
Atendiendo la desnutrición y obesidad en niños y adolescentes
De la población total (27, 196 personas) que atiende el Banco de Alimentos, 230 niños presentan desnutrición grave , de los cuales 119 están en edad preescolar; 103 en educación primaria, dos son adolescentes y seis lactantes.
La desnutrición grave se presenta cuando un niño pesa 40% menos de lo que debería. Por ejemplo, un niño de un año de edad, debe pesar aproximadamente 9 kilos; si pesa 5 kilos a esa edad, se considera que presenta esta condición.
Otro fenómeno que atienden es la obesidad grave. De esta condición tienen 1,390 casos, de los cuales 17 son lactantes, 464 de educación preescolar, 795 de educación primaria, 110 adolescentes, tres adultos y un adulto mayor.
También tienen otros 1,063 casos, pero de obesidad leve, en donde atienden a 199 preescolares, 779 de educación primaria, 84 adolescentes y un adulto mayor.