Hemorragia digestiva, la causa de la muerte del escritor Carlos Fuentes
El 80% de las hemorragias, independientemente de su origen, pueden autolimitarse, es decir, pueden detenerse sin que médico o paciente hagan algo al respecto. Sin embargo, con el 20% restante se corre el riesgo de morir, explica el gastroenterólogo y endoscopista, Francisco Huerta Iga. En el mundo, “uno de cada 5 pacientes que sangran puede morir”.
Se dijo que la causa de muerte del escritor mexicano Carlos Fuentes, quien falleció este martes, fue una "hemorragia grave del tubo digestivo", pero ¿a qué se debe este problema?
Una hemorragia es la pérdida de sangre que puede ocurrir dentro o fuera del cuerpo. Una hemorragia digestiva es cualquier sangrado que se origine en el tubo digestivo, que comprende esófago (conducto que va desde la boca hasta el estómago), estómago, duodeno (primera parte del intestino delgado), intestinos delgado y grueso, y colón. Todo ello puede comprender entre ocho y diez metros de intestino, comenta.
“La hemorragia se divide en tres: Hemorragia de tubo digestivo alto, medio y bajo. El tubo digestivo alto incluye el esófago, el estómago y duodeno; el medio es el intestino delgado, y el bajo incluye el intestino grueso, el recto y el ano. Dependiendo del lugar en que se genere la hemorragia, es la causa o factores que la ocasionan”.
Causas
El expresidente de la Asociación Mexicana de Gastroenterología señala que las causas más frecuentes de un sangrado en la parte superior del conducto digestivo son las erosiones del estómago, las úlceras gástricas o duodenales.
En la parte media, continúa, son las angiodisplasias (anormalidad vascular más común del tracto gastrointestal), pólipos (formación redondeada circunscrita en una mucosa) ulcerados y, en el bajo, son divertículos (pequeñas bolsas que se abultan en el colon o en el intestino grueso), angiodisplasias y colón.
¿Qué es una úlcera gástrica?
Una úlcera gástrica es una erosión de la mucosa del estómago (como una herida, raspada o llaga) que se hace en la mucosa (revestimiento interno) del estómago o del duodeno que está formado por los primeros centímetros del intestino delgado, asegura la gastroenteróloga Marivi Bielsa Fernández.
“Existen dos principales causas que la provocan: la ingesta de antiinflamatorios (medicinas para el dolor e inflamación) o el alojamiento de la bacteria Helicobacter Pylori”.
El 80% de las úlceras de estómago y el 90% de duodeno son causadas por Helicobacter pylori (bacteria en forma de hélice), según un artículo de la página WebMD.
Aunque aún no se sabe con certeza cómo es que se transmite la infección por H. pylori, los especialistas han llegado a la conclusión de que puede ser a través de los alimentos y el agua. Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, aproximadamente el 20% de las personas menores de 40 años de edad y la mitad de los adultos mayores de 60 años están infectados.
La integrante de la Asociación Mexicana de Gastroenterología, Marivi Bielsa, indica que los síntomas que presentan los afectados por úlcera gástrica son: dolor quemante o ardoroso en la boca del estómago (no agruras), náusea, sensación de saciedad temprana (se llenan con poca comida) o plenitud tardía (duran llenos muchas horas después de comer).
“Es importante tomar en cuenta que, sobre todo en adultos mayores, este padecimiento pasa desapercibido debido a que estos toman antiinflamatorios, por lo que el primer síntoma es una hemorragia”.
¿Pueden prevenirse las hemorragias del tubo digestivo?
Hay factores de riesgo para que un paciente tenga más posibilidades de sangrar que otro, la principal es la edad. Todas las personas de más de 60 años corren el riesgo de padecer una hemorragia interna, dice Francisco Huerta.
A su vez, dice, los enfermos de diabetes, hipertensión arterial, bronquitis crónica, enfisema pulmonar y asma bronquial son vulnerables a esto. Los pacientes con problemas en coagulación o toman anticoagulantes, los de úlceras y los infectados por la bacteria Helicobacter pylori, también son un campo fértil para este mal.
Huerta Iga, también médico del Hospital Ángeles de Torreón, Coahuila, subraya que las personas que toman antiinflamatorios no esteroideos o AINE (conjunto de sustancias o moléculas que se utilizan para tratar dolor o inflamación) como la aspirina, diclofenaco o naproxeno, que comúnmente se utilizan para tratar dolores articulares o musculares, así como los antiagregantes plaquetarios que funcionan como preventivos en pacientes con problemas cardíacos, también están expuestos.
“Cuando estos fármacos se usan durante mucho tiempo pueden lesionar de manera grave el estómago y ocasionar una úlcera. Por tanto, una manera de prevenir una hemorragia, es que los pacientes que deban tomar dichas sustancias durante largos periodos protejan su estómago con un medicamento que disminuya la acidez”.
Síntomas
El especialista detalla que existe una serie de síntomas que deben tomarse en cuenta para identificar una hemorragia del tubo gástrico.
- Taquicardia. El corazón late más rápido que de costumbre, lo que ocasiona fatiga.
- Mareos. Si no logra sentarse, el paciente puede caerse o sufrir un síncope (una especie de desmayo sin perder del todo el conocimiento).
- Sudoración. Este efecto es en frío.
- Palidez de la piel y estremecimiento.
- Vómito. La expulsión puede ser con sangre fresca (roja) o café (como si fueran residuos de un filtro de una cafetera).
- Evacuaciones diarreicas. Pueden ser de color negruzco o rojo vinoso, dependiendo del origen de la hemorragia.
Si uno o varios de estos indicios se presentan es indispensable acudir al médico para recibir atención especializada.