El polvo del 11-S aún causa enfermedades a residentes de la zona: estudio
Casi 11 años después del polvo generado el 11 de septiembre por la caída de las Torres Gemelas del World Trade Center, que llegó a miles de casas y casi a cualquier recoveco localizado en el bajo Manhattan, los residentes de la zona aún presentan problemas de salud, según un estudio.
La gente que vivía en lugares afectados por los ataques a las Torres Gemelas en el 2001 fue más propensa a presentar enfermedades o dolencias respiratorias durante el 2011, en comparación con aquellas personas que no sufrieron ningún daño en sus viviendas, de acuerdo con un análisis reciente de Registro de Salud del World Trade Center (WTCHR, por sus siglas en inglés).
“Este estudio resalta la magnitud de los ataques del 11 de septiembre al mostrar que la gente que continúa expuesta al polvo en sus hogares presenta problemas respiratorios incluso después de 5 o 6 años del suceso”, explicó en un comunicado de prensa el autor del estudio, el médico Vinicius Antao, de la Agencia para el Registro de Sustancias Tóxicas y Enfermedades de Estados Unidos.
Frecuentemente se reportan problemas respiratorios por parte de los residentes de las zonas aledañas a donde se encontraban las Torres Gemelas, los cuales incluyen dificultades para respirar, silbidos al respirar y tos crónica. Con menos frecuencia se presentan casos de asma y de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, lo cual puede causar el deterioro progresivo de las funciones pulmonares.
Cerca del 41% de los residentes encuestados dijeron que tuvieron “cierta” o “mucha” exposición a la nube de polvo que se formó el 9 de septiembre de 2001, de acuerdo con lo extraído del estudio, el cual se presentará ante la Asociación Torácica Americana en su reunión anual el próximo miércoles.
“Quienes tuvieron una mayor exposición ciertamente serían más propensos a desarrollar alguna enfermedad”, dijo la médico Jacqueline Moline, directora del Centro de Excelencia Clínica del World Trade Center.
“El 59% de los afectados no tuvo contacto con la nube de polvo. Así que no es requisito haber estado en la nube para que se presenten los problemas”.
Más de la mitad de los 6,463 residentes incluidos en el estudio presentaron problemas respiratorios. Cerca del 16% tenían dificultad para respirar, 11% reportaron un silbido cuando respiraban, y el 8% presentaban síntomas de asma que se desarrollaron debido a la exposición al polvo o se agravaron después de ello.
La WTCHR vigila la salud de 71,000 trabajadores de rescate y búsqueda y de aquellos residentes expuestos a la tragedia del World Trade Center. Se registran oleadas de información. La primera parte incluye los primeros dos o tres años después del 11-S; la segunda cubre los cinco o seis años después de que ocurrieron los ataques.
Los análisis continuarán realizándose para saber si las enfermedades respiratorias persisten y si la proximidad a la Zona Cero afecta la intensidad de los síntomas.
“También será importante utilizar los resultados para mejorar la orientación sobre si es posible regresar a habitar las residencias y otros lugares después de un ataque terrorista masivo o un gran desastre natural”, destacó en un correo electrónico Paul Lioy, experto en salud ambiental y director adjunto del Instituto para las Ciencias de la Salud Ambiental y Ocupacional de la Universidad de Rutgers.
Los problemas respiratorios persistentes comúnmente se asocian a los rescatistas del 11-S, como los oficiales de policía y bomberos , y es menos frecuente que se asocien a los residentes cuyas viviendas quedaron cubiertas por el polvo.
“El mensaje que debemos llevarnos es si realmente la exposición en la vivienda a este tipo de polvo tiene la capacidad de provocar estas enfermedades”, dijo Moline.
“La exposición en la vivienda puede ser un factor importante para los resultados sobre la salud, y muchas veces se pasa por alto”.
Los investigadores han reportado la presencia de cientos de compuestos en el polvo de la zona cero, entre ellos carcinógenos conocidos.
Potenciales agentes causantes de cáncer como el asbesto —que cubría las columnas inferiores de los edificios del World Trade Center — y el benceno —un componente del combustible para aviones que causó incendios incontrolables cuando las aeronaves impactaron las Torres Gemelas— han sido tema de investigación, tanto por la gran cantidad de partículas y gases inhalados, explicó David Prezant, director médico del Departamento de Bomberos de la ciudad de Nueva York, en una entrevista con CNN en septiembre del 2011.