Las parejas del mismo sexo encuentran calma el día de su boda
Kathryn Hamm y su prometida no contaban con un plan a seguir mientras planeaban su boda en 1999. El matrimonio entre personas del mismo sexo no era legal en ningún estado del país y las ceremonias de compromiso generalmente eran reuniones pequeñas que no atraían a revistas de novias, ni ocupaban espacio entre los anuncios matrimoniales de los periódicos.
Ellas tuvieron la oportunidad de elegir entre las tradiciones familiares y crear su propia ceremonia. Invitaron a 92 personas entre amigos y familiares a la costa este de Maryland, Estados Unidos, para celebrar el fin de semana. Cuando el ministro de la familia Hamm se negó a oficiar la ceremonia, un amigo ayudó a la pareja a organizarla y la ofició para ellas. Los hermanos de las novias escoltaron a cada una hasta el altar. Cada una hizo sus votos matrimoniales y se besaron antes de que comenzaran con la fiesta de recepción, la cual culminó con un chapuzón a medianoche.
Fue el tipo de boda que conmovió a todos hasta las lágrimas, incluyendo a la abuela de Hamm, a quien le fue difícil aceptar la relación . La experiencia incluso inspiró a la madre de Hamm, Gretchen, para crear un servicio de planeación de bodas para gente del mismo sexo.
Aún hoy en día estas parejas deben enfrentar muchas dudas mientras planean una boda: ¿es una ceremonia legal o simplemente una “ceremonia de compromiso”? ¿Qué tipo de ropa hay que usar? ¿Quién comprará los anillos? ¿Quién escolta a quién hasta el altar? ¿Se debe invitar a aquellos parientes que desaprueban la relación?
Según Kathryn Hamm, las parejas del mismo sexo encabezan la lista del movimiento para bodas “hágala usted mismo” (DIY por sus siglas en inglés), ya que generalmente ese grupo es forzado a encontrar diferentes alternativas cuando una iglesia no los recibe o cuando un servicio de banquetes rechaza darles el servicio. Tales consideraciones deben extenderse al tema de los votos matrimoniales, los cuales pueden requerir de varios ajustes; rotular las invitaciones y la decisión de ver a quién se incluirá dentro del cortejo y si es que habrá cortejo nupcial.
Mucho ha cambiado desde que Hamm se casó y desde que su madre creó los sitios TwoBrides.com y TwoGrooms.com en el año 2000. Seis estados y el distrito de Columbia otorgan licencias de matrimonio a las parejas del mismo sexo; Maryland y Washington aprobaron la legislación para permitir los matrimonios entre parejas del mismo sexo este año, pero aún no entran en vigor esas leyes. Otros nueve estados otorgan casi los mismos derechos como cónyugues a las parejas del mismo sexo. En Nueva York, una tienda de regalos vende imanes y tazas con el tema de los matrimonios entre parejas del mismo sexo; la tienda está en la oficina de matrimonios de la Secretaría Municipal.
El más reciente estudio del Centro Pew Research señala que del 43% al 47% de los entrevistados apoyaban el matrimonio entre parejas del mismo sexo, en comparación con el 29% presente en 2004 y el 38% resultante en 2008, de acuerdo con la información proporcionada recientemente al New York Times por el presidente del centro de votación. Después que Carolina del Norte votara a favor de una prohibición constitucional contra los matrimonios entre parejas del mismo sexo, el presidente Barack Obama salió en defensa de los derechos de las parejas a contraer matrimonio .
Quizá la mayor prueba de aceptación es ver cómo la sociedad acoge la unión entre las parejas del mismo sexo tanto como ritual, como una fuente para generar ganancias.
Con la temporada de bodas en su apogeo, las ceremonias de figuras públicas como la de la actriz Cinthia Nixon y la de la vocera del Consejo Municipal de Nueva York, Christine Quinn, cada uno de los detalles de la boda está bajo escrutinio, desde la lista de invitados y el menú de la cena, hasta qué tipo de ropa usaron las novias.
“Los vendedores solían decir que les gustaría ayudar, pero que no les gustaría anunciar en sus páginas que simpatizan con la comunidad gay por temor a perder clientes (...) Ahora los vendedores tienen mucha más disposición en aceptar a las parejas del mismo sexo y mostrarse como simpatizantes de la comunidad gay”, dijo Hamm.
Hamm se convirtió en socia del negocio de su madre en 2005, el mismo año en que compraron el dominio GayWeddings.com . En 2011, GayWeddings.com se unió a WeddingWire , una red en línea que ofrece a las parejas recursos, para planeación de bodas, para crear una sociedad que Hamm considera no sólo socialmente simbólica sino también como un testimonio del apetito de la industria. Durante su primer año, WeddingWire tuvo un incremento del 21.9% de vendedores que ofrecían sus servicios a parejas del mismo sexo, acumulando más de 40,000 vendedores en 20 diferentes categorías de servicios. A partir de enero el sitio ha visto un incremento del 5.2% en vendedores ofreciendo sus servicios a estas parejas.
Una generación diferente
El cambio más grande se ha dado en la edad promedio de las parejas, según la planeadora de bodas para parejas del mismo sexo Bernadette Conveney Smith. Así como hay parejas que han estado juntas por décadas y que finalmente han tomado la decisión de casarse, hay parejas del “milenio” y otras pertenecientes a la Generación X que declararon su homosexualidad en su adolescencia y quienes han vivido la mayor parte de sus vidas abiertos a la realidad de su sexualidad.
En un artículo para el New York Times, el presidente del centro Pew Research Andrew Kohut dijo que mucho del creciente apoyo hacia los matrimonios entre parejas del mismo sexo que se ha dado desde las elecciones del 2008 es generacional. La generación del milenio, quien de forma consistente ha estado a favor de las relaciones entre personas del mismo sexo, comprendía solo a una pequeña parte del electorado en 2004, dijo. Ahora ellos son más grandes y tienen más influencia. En el mismo periodo, el apoyo hacia el matrimonio entre parejas del mismo sexo se incrementó del 30% al 40% entre los baby boomers, aunque el 56% de la generación aún se opone, dijo.
Incluso las perspectivas están cambiando entre las parejas gay para quienes el matrimonio alguna vez estuvo fuera de su alcance. Cuando Brent y Sandis Wright se conocieron hace 20 años, el matrimonio no era una prioridad. Como muchos de sus amigos de aquella época, y algunos amigos de hoy en día, se burlaban de la idea ya que la consideraban una costumbre de las parejas heterosexuales, según comentó Sandis Wright.
Solían bromear que si alguna vez se llegaban a casar, sería sólo como excusa para dar una fiesta. Pero después que comenzaran a construir una vida y una familia juntos, decidieron casarse para dar el ejemplo a sus hijas adoptivas.
“Era realmente importante para nosotros el demostrarle a nuestras hijas que nuestra familia es tan válida e igualmente reconocida como cualquier otra”, dijo.
Al igual que como sucede para las parejas heterosexuales, la participación de la familia y el presupuesto juegan un papel importante al planear la boda, dijo Kristen Ott Palladino, fundadora y editora en jefe de la revista sobre matrimonio GLBT Equally Wed .
La vestimenta es otra de las mayores preocupaciones para hombres y mujeres.
En cuanto a comprometerse, algunas parejas desean casarse en favor de mostrar su compromiso ante familiares y amigos, sin importar si la unión es legalmente reconocida en la ciudad donde vivan. Otros sienten que no es un matrimonio verdadero a menos que el estado lo reconozca.
Para satisfacer ambos gustos, muchas parejas terminan viajando a un estado que reconozca legalmente el matrimonio entre parejas del mismo sexo, lo que los convierte en destinos para boda, tal y como lo hicieron Duffy y Kathy Tucker de Carolina del Norte, quienes se casaron en Boston en junio de 2010.
La pregunta más difícil se relaciona con la familia y con qué hacer con aquellos familiares que no aceptan la relación, comentó el experto en etiqueta Steve Petrow, quien escribió el libro Manual Completo sobre Modales para Gays y Lesbianas: La Guía definitiva hacia una vida GLBT.
De acuerdo con él, la solución sería el usar como pretexto la boda para reparar los distanciamientos en las relaciones familiares. Esto comenzaría con una plática con el familiar que desaprueba la unión sobre si le gustaría acompañarlos o no. Al final, si no pueden apoyar su relación, simplemente no los inviten, dijo.
Elizabeth Jones sabía que sus padres no la apoyarían en su relación debido a razones de índole religioso, aun así les envió una invitación para su boda, que se celebrará en Filadelfia en septiembre. Al día de hoy no ha recibido respuesta.
Mientras tanto, la consultora de 30 años está planeando su boda con su prometida desde hace cinco años sin el apoyo de sus padres. Su hermano la escoltará por el pasillo, y su cortejo nupcial incluye a un primo cercano. "¿Por qué no elegir un cortejo poco convencional?", dijo.
Conforme se acerca la fecha, cada cosa está tomando su lugar correspondiente. “Definitivamente ha habido momentos en dónde me entristece que mi madre no me haya acompañado”, dijo Jones.
Escribir la ceremonia ha sido la tarea más demandante y difícil.
“La fiesta de recepción es esencialmente una fiesta grande, esa no ha sido la parte intimidante”, dijo. “La ceremonia es la parte en dónde todas estas preguntas surgen ya que siempre va unida a ciertas tradiciones, y sólo porque seas gay no significa que no desees ser tradicional o que quieras inventarte algo por tu cuenta”.
“Aunque realmente es algo que tenemos que hacer”.