Un búnker es la nueva atracción de un lujoso hotel en Vietnam
“Cuando las sirenas sonaron, 15 defensores entrenados se dirigieron al techo. El cañón antiaéreo que está montado ahí sólo se ha utilizado una vez: cuando el Río Rojo fue bombardeado en mayo de 1972. Los aviones llegaron por encima del Banco Central, y los tiradores apostados en el techo les dispararon. No sé si encontraron su marca”.
Los recuerdos de la guerra de Vietnam volvieron vívidamente a la mente de Cao Xuan Nha con la reciente apertura del Hotel Sofitel Legend Metropole, el antiguo refugio antiaéreo de Hanói.
Perdido durante décadas, luego redescubierto y ahora abierto al público, los claustrofóbicos túneles son un memorial único de los tiempos de guerra en Vietnam, un lazo forjado entre tiempos de miedo, destrucción y el papel que este icónico hotel ha tenido en los últimos 111 años.
Nha, quien era miembro del Comisionado de Relaciones Exteriores del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam, dice que el Metropole era el único hotel en la ciudad que contaba con un refugio.
Fue el responsable de cuidar a los invitados del gobierno de 1969 hasta 1972, que eran hospedados en ese hotel, conocido como Thong Nhat (Reunificación).
“Estaba realmente feliz cuando me enteré que habían localizado el búnker y que la idea de Kai (el gerente general) era revivirlo (...) Es importante para el hotel, para la ciudad y para el país”, dijo Nha.
En los meses siguientes a su hallazgo, el refugio fue limpiado y acondicionado para que su exploración fuera segura.
Una reliquia de guerra hecha agradable
La entrada es nueva, tiene una escalinata de concreto que va más acorde con los lujosos adornos de arriba que con la oscuridad debajo, fuera de eso el refugio permanece casi tal cual como fue encontrado.
Los cuartos vacíos y de techos bajos están a oscuras, con humedad y mohosos. El agua se escurre por las entradas de los ductos de ventilación y algunos pedazos de cable se asoman de los oxidados tomacorrientes.
Nha recuerda cuando compraron los bombillos Dandong, que aún están atornillados a las tomas de corriente. Y el dibujo que hizo en la pared sobre el exconsul y segundo secretario australiano, Bob Devereaux, aún es discernible: “BOB Devereaux, 17 de agosto de 1975”.
Durante su estancia de dos años en el hotel, Devereaux no recuerda haber escrito en la pared, pero sí recuerda haber pescado en el refugio inundado, que luego fue usado como bodega de documentos y de aquellas extrañas y elusivas botellas de vino australiano.
Devereaux fue uno de los primeros en recorrer el refugio en el nuevo tour del Metropole, que explica la historia del hotel durante el último siglo.
El refugio se construyó en algún momento a mediados de la década de 1960 y aunque el personal del hotel siempre ha sabido de su existencia (el gerente general, Kai Speth, dice que al menos un huésped a la semana ha hecho preguntas sobre él en los cuatro años que lleva al frente del hotel), el refugio fue descubierto por casualidad durante los trabajos de remodelación del Bar Bamboo hace menos de un año.
Speth dice que sintió un fuerte sentido de responsabilidad por volver a abrir el refugio a manera de homenaje para el personal que laboraba en el Metropole durante la época de guerra.
“Hanói estaba siendo bombardeada y aun así el personal se presentaba a trabajar, nadie podía garantizar que no caería ninguna bomba sobre el hotel, y en ese tiempo no existían los misiles dirigidos”, dijo.
Cuando se tomó la decisión de remodelar el Bar Bamboo, Speth decidió hacer algunas excavaciones por su cuenta.
Una aventura
“Eventualmente excavamos en el espacio que está arriba de las escaleras”, dijo Speth. “Creamos una cavidad de cerca de 70 centímetros de profundidad y recostándonos sobre nuestro pecho observamos alrededor y pudimos ver que ahí había una estructura. Era como estar dentro de una aventura de Indiana Jones”.
En agosto de 2011, Speth y el ingeniero encargado del proyecto finalmente excavaron más de dos metros de tierra, concreto reforzado y los 278 milímetros de grueso del techo para llegar a un espacio de 40 metros cuadrados, dividido en cinco cuartos interconectados con pesadas puertas de metal.
Se necesitó una semana entera para bombear el agua fuera del refugio y hacer que el nivel descendiera 20 centímetros, para que Speth, ataviado con botas, shorts y una playera vieja pudiera bajar a explorar.
El refugio representa un vistazo único de cómo era el hotel cuando funcionaba como una casa de huéspedes operada por el gobierno, un mundo de diferencia en comparación con la opulencia durante su apogeo colonial francés.
Después de haber sido construido por dos inversionistas franceses en 1901, el Metropole rápidamente se convirtió en uno de los hoteles más famosos de Asia.
En 1923 Somerset Maugham se hospedó ahí con el único propósito de terminar The Gentleman in the Parlour (El caballero del salón); Charlie Chaplin pasó su luna de miel en el hotel cuando se casó con Paulette Goddard en Shanghai en 1936.
En 1951 Graham Green se quedó ahí por primera vez mientras escribía The Quiet American (El americano impasible) y pretendía ser un corresponsal de Paris Match.
Pero durante la guerra, los huéspedes bien vestidos que tomaban café y coñac fino en la terraza fueron reemplazados por vietnamitas asustados, que se protegían dentro de los refugios bajo tierra de las fuerzas aéreas estadounidenses que sobrevolaban el lugar.
Esa imagen fue la portada de la revista LIFE el 7 de abril de 1967.
El paso de la historia
Los visitantes de todo el mundo ahora pueden volver a trazar los pasos de aquellos huéspedes y del personal del hotel.
El historiador Andreas Augustin, quien escribió un libro sobre la historia del Metropole, ayudó a entrenar a seis voluntarios de Hanói para guiar a los huéspedes del hotel en un recorrido llamado El Paso de la Historia, que inicia con un paseo entre trece pantallas de cristal y que termina con la exploración del refugio.
Entre los primeros en tomar el recorrido inaugural que se llevó a cabo el 21 de mayo estuvieron Bob Devereaux y Gemma Cruz Araneta, exreina de belleza filipina y periodista, quien pasó dos meses en Hanói en 1968.
En sus memorias, Araneta describió el refugio como un “cuarto largo, estrecho y semi subterráneo hecho de concreto dentro del cual se hubiera podido hacer una buena discoteca”.
Aunque algunas personas, un poco a manera de broma, le han recomendado a Speth que convierta el refugio en la bodega de vinos del hotel, está contento con su determinación de preservarlo como estaba en la época de guerra y que esa decisión esté rindiendo frutos.
Speth cree que el búnker del Metropole se convertirá en un destino por derecho propio, como los túneles de Cu Chi al sur de Vietnam. “Quiero que la gente sienta el espacio, que se transporte a esa época en medio del conflicto”, dice. “Es realmente un lugar de reflexión. Si la gente sale de ahí siendo un poco más emotiva, entonces para mi es una misión cumplida”.
Para verlo por uno mismo
El refugio estará abierto como parte del recorrido guiado El Paso de la Historia, que se lleva a cabo diariamente a las 5pm. y sólo está disponible para los huéspedes del hotel. Hable al Sofitel Legend Metropole para más detalles. 15 Ngo Quyen St., distrito Hoan Kiem, Hanói, Vietnam. www.sofitel.com
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