Cómo cuidar de un paciente con alzhéimer sin descuidar tu salud
Nota del editor: El 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad que padecen aproximadamente 36 millones de personas en el mundo, según datos del 2010 de la Asociación Internacional de la Enfermedad de Alzheimer.
(CNN) — En julio de este año, profesionales de la salud y científicos de todo el mundo se reunieron en Vancouver, Canadá, para presentar los últimos avances sobre la investigación de la enfermedad de Alzheimer.
Los nuevos estudios, incluido el desarrollo de medicamentos que podrían tratar este mal en el futuro, fueron tema de conversación. Pero quienes lo padecen y sus cuidadores pueden perderse entre la abundancia de información.
Las consecuencias del mal de Alzheimer —pérdida de la memoria, cambios de humor, depresión y falta de juicio, por mencionar algunas— no solo afectan a los 350,000 pacientes que lo padecen en México, sino a una de cada tres personas que enfrentará la enfermedad de un ser querido o familiar, según datos de 2010 de la Secretaria de Salud .
Los síntomas de este padecimiento pueden manifestarse de forma diferente en cada paciente, pero al final, la mayoría de las personas que vive con alzhéimer será incapaz de funcionar de forma independiente y dependerá de sus parejas, hermanos, hijos, amigos, vecinos o profesionales que cobran por su trabajo.
"El alzhéimer es realmente difícil para todos y las familias pueden enfrentarse a distintas batallas", explicó Beth Kallmyer, vicepresidenta de servicios integrales de la Asociación de Alzheimer.
A continuación, algunos puntos destacados surgidos de la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer celebrada en Canadá en julio:
El poder del compromiso
La estimulación mental y social es muy importante para un paciente con alzhéimer. Desde hace algún tiempo, los expertos saben que realizar pasatiempos o actividades sociales aleja los sentimientos de aislamiento y depresión, factores que pueden acelerar el progreso de la enfermedad.
Un nuevo estudio presentado en el evento toma esta información y la lleva un paso más allá.
Dirigidos por el médico Jeffrey Kaye, investigadores de Ciencia y Salud en la Universidad de Oregon midieron durante tres años el tiempo que 148 pacientes con un deterioro cognitivo leve y una edad promedio de 84 años pasaban fuera de casa.
Este tipo de deterioro cognitivo incrementa el riesgo de tener Alzheimer, pero no garantiza su padecimiento.
Los investigadores encontraron que los participantes con un deterioro cognitivo leve pasaban menos tiempo fuera de casa en comparación con los pacientes cuyas funciones cognitivas estaban intactas. Dicho de otro modo, el tiempo en casa implica menos estimulación externa y, probablemente, más aislamiento y depresión.
Para los cuidadores esto significa dos cosas.
Primero: es vital que las actividades sociales de un ser querido (como pasatiempos, proyectos comunitarios o reuniones) no disminuyan una vez que reciban el diagnóstico de un deterioro cognitivo leve, alzhéimer o cualquier otro tipo de demencia.
Segundo: si un ser querido se vuelve retraído o pasa menos tiempo interactuando como habitualmente lo hacía, puede ser un síntoma de un problema más serio.
"Este estudio muestra la importancia —desde el inicio del diagnóstico— de mantener los compromisos", dijo Kallmyer. "Realmente hace una diferencia en su cognición y, por lo tanto, en su calidad de vida".
El entrenamiento de resistencia puede mejorar la cognición
El ejercicio es una de las cosas más prometedoras para la cognición de una persona con riesgo de desarrollar demencia o que ya recibió un diagnóstico.
Sin embargo, no todas las actividades físicas aportan el beneficio máximo a los pacientes con el mal de Alzheimer.
Lindsay Nagamatsu y su equipo de la Universidad de British Columbia, en Canadá, llevaron a cabo una prueba controlada y al azar para comparar los efectos del ejercicio de resistencia, la actividad aeróbica y el entrenamiento para la tonificación y el balance sobre la cognición.
Ochenta y seis mujeres entre los 70 y los 80 años fueron divididas en tres grupos (uno por cada actividad) y se ejercitaron dos veces por semana durante seis meses.
Las mujeres que pertenecían al grupo de entrenamiento de resistencia presentaron una mayor mejoría en las pruebas cognitivas. La investigación demostró también que esta actividad detonó "cambios funcionales en tres zonas de la corteza cerebral involucradas en la codificación y memorización de asociaciones no verbales".
El ejercicio aeróbico mejoró el balance y la movilidad de las mujeres, y generó mayores efectos en su salud cardiovascular.
Kallmyer dijo que los cuidadores deben considerar implementar un programa de ejercicios para los enfermos.
Aunque esto suena como un gran reto, solo las caminatas diarias ayudan mucho, según la vicepresidenta de servicios integrales de la Asociación de Alzheimer. Además del beneficio físico del ejercicio, provee una estructura.
"Eso les ayudará a sentirse menos abrumados", detalló. "Si una persona se ejercita, sabemos que el ejercicio puede ayudar a que duerma mejor. Mientras más tiempo pueda un paciente mantener la habilidad (de hacer las cosas por sí mismo), es mejor para ellos, para su autoestima y para las personas que los cuidan".
El alcohol y la demencia no se mezclan
Aunque aún se desconoce cómo afecta el alcohol a la cognición de una persona con demencia, cuatro nuevos estudios presentados en julio dieron más claridad al asunto.
Una de las investigaciones estudió a quienes beben hasta la embriaguez (definida como la ingesta de cuatro o más bebidas alcohólicas en una sola ocasión) y siguió a más de 5,000 personas entre los 65 años de edad y mayores durante ocho años.
El médico Iain Lang, de la Universidad de Medicina y Odontología Península en la Universidad de Exeter, en Gran Bretaña, coordinó el estudio. Lang y su equipo concluyeron que los participantes "que reportaron (un consumo excesivo de alcohol) una vez al mes tenían 62% más de probabilidad de experimentar los mayores declives en la funciones cognitivas y eran 27% más propensos a experimentar el mayor declive en la memoria".
Beber hasta embriagarse dos veces al mes duplica el deterioro de la función cognitiva (147%) y la memora puede decaer más de cinco veces (149%) según los resultados de la investigación de Lang.
Esas cifras son alarmantes, ya que los pacientes con demencia leve o severa pueden olvidar el número de tragos que consumen en una sola ocasión y embriagarse sin notarlo.
Si estás al cuidado de algún paciente con estas condiciones, ¿cómo puedes evitar que beban demasiado?
Debido a que cada uno es diferente, Kallmyer dijo que en lugar de detenerlo, la persona a cargo del enfermo debe preguntarse: "¿Qué puedo hacer para mantener a esta persona segura?". Por ejemplo, asegúrate de que el paciente no deambule o que pueda utilizar las escaleras de forma segura; también evita que maneje un auto.
Para quienes piden un vaso de alcohol, la experta recomienda distraerlos con otras actividades. Cuando hay medicamentos de por medio, el cuidador debe aprender sobre la enfermedad para anticipar situaciones y tomar el control.
"Hable con su médico y pregunte ¿qué tipo de medicamentos está tomando? ¿Puede interferir el alcohol? No quieres que tu paciente se intoxique", explicó Kallmyer.
Para planear con antelación, revisa esta herramienta creada por la Asociación de Alzheimer.
Quienes están a cargo de un enfermo también deben cuidarse
"Cuando cuidas a un enfermo, es difícil pensar en ti mismo", reconoció Kallmyer. "Es muy frecuente que las personas digan: 'esto no se trata de mí'", explicó.
"Pero si no cuidas de ti mismo, después no podrás continuar con el cuidado de tu pareja, tu madre o quienquiera".
Según la Asociación de Alzheimer, 15.2 millones de estadounidenses proveen cerca de 22 horas de cuidados por persona a la semana sin recibir remuneración. Esto equivale a tener un trabajo de medio tiempo.
El 61% de quienes cuidan a los pacientes dicen que el estrés emocional que les produce esta tarea va de alto a muy alto, mientras que el 43% dice que sucede lo mismo con el estrés físico que sienten.
"No duermen lo suficiente; no comen bien; no se ejercitan lo suficiente", dijo Kallmyer.
También es fácil que la gente pierda contacto con su círculo social o que pierda interés en sus pasatiempos personales al intentar hacerse cargo de tantas cosas. Eso puede llevar al aislamiento, lo cual llega a ser igual de peligroso para cuidadores y pacientes.