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Santa Claus podría ser un buen ejemplo de salud para niños si adelgazara

Muchos niños admiran a San Nicolás, pero su sobrepeso podría ser combatido con algo de ejercicio que motive a los menores a cuidar su salud
sáb 22 diciembre 2012 01:26 PM

Roy Pickler estaba tendido en el suelo, chorreando de sudor, mientras el entrenador Bob Harper bromeaba, “parece que fuiste atropellado por un reno".

El trabajo de Pickler como Santa Claus profesional fue una constante broma en la última temporada de The Biggest Loser. Con su larga barba blanca y su protuberante panza, el hombre de 63 años se parecía en todo al papel que desempeñaba.

Cuando fue eliminado del programa, Pickler había perdido casi 40 kilos. Durante su entrevista tras ser eliminado, se puso un sombrero de Santa y dijo a los televidentes que su tonificado físico no le impediría llevar la alegría navideña a los niños.

“El mundo va a tener que cambiar su aceptación de cómo luce Santa”, dijo Pickler. “Santa es un modelo a seguir, y los niños no quieren tener un modelo que es gordo”.

Desde 1980, los índices de obesidad entre niños y adolescentes casi se han triplicado en Estados Unidos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.

Aproximadamente 12.5 millones de niños entre 2 y 19 años son obesos; el sobrepeso puede derivar en graves  problemas de salud, como la diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares  y problemas psicosociales tales como la discriminación entre iguales o la baja autoestima.

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La epidemia ha recibido mucha atención en los últimos años. Todos, desde la primera dama  Michelle Obama hasta el basquetbolista Shaquille O’Neal intentan descubrir la mejor manera de inspirar a los niños a estar y mantenerse en forma.

Los niños aprenden los sanos hábitos (o insanos) de quienes admiran. Y Santa es uno de los personajes más reconocidos en Estados Unidos.

Al menos un mes cada año, aparece en los carteles publicitarios, escaparates y comerciales de televisión. Millones de niños hacen filas para sentarse en su cómodamente acolchado regazo y le susurran secretos al oído. Le escriben cartas, cantan canciones sobre él y leen historias sobre él.

Nos preocupa el efecto que tienen los comerciales de comida rápida sobre los estudiantes en la escuela. Con toda su publicidad gratuita, ¿debería seguir siendo gordo Santa?

“Pongámoslo de esta manera”, dijo con una sonrisa la dietista certificada Beth Kitchin. “No creo que Santa debe ser delgado”.

Hay una gran cantidad de otras señales que deben ser consideradas en la medición de la salud. Las investigaciones muestran que las personas pueden tener  un índice de masa corporal más alto y seguir siendo sanas , dijo Kitchin.

Se puede suponer Santa bastante activo, discutiendo cada año con  cientos de elfos y con nueve renos . Y su alegre disposición dice mucho sobre su nivel de estrés, el cual podría relacionarse con la presión arterial baja.

Por supuesto, Santa tiene una predilección por los manjares azucarados. Un seguidor calculó que el hombre de grandes proporciones come más de 5,000 toneladas de galletas tan solo en Nochebuena.

Si Santa no es diabético, entonces existe realmente la magia de la Navidad.

Un estudio publicado en 2009 en la British Medical Journal determinó que Santa bien podría ser un “paria de la salud pública”. La desenfadada investigación hecha por Nathan Grills, de la Universidad Monash, en Australia, halló una correlación entre los países que reconocen a Santa y una alta tasa de obesidad infantil.

El peso de Santa es una vieja tradición, dijo Tom Kliner, fundador de Santas de Todo el Mundo y de la Fraternidad Internacional de Santas Verdaderamente Barbudos.

El personaje tuvo su origen en San Nicolás, quien vivió en Turquía durante el siglo IV. Nicolás fue un joven obispo acaudalado que comenzó a regalar todo su oro después de que murieron sus padres.

“En aquellos días, el sobrepeso era un signo de riqueza y prosperidad”, dijo Kliner.

Hollywood solía tener un conjunto de modelos con circunferencia de la cintura, forma de la cara, longitud de la barba, a los que los Santas debían apegarse, dijo Kliner. Pero alrededor del mundo,  el legendario hombre de los regalos  está en todas las formas y tamaños.

El Santa de Coca Cola, a quien muchos tratan de emular en Estados Unidos, es muy redondo: cara redonda, nariz redonda, estómago redondo.

El Santa imitado en Europa es un hombre más delgado con rasgos más cuadrados, dijo Kliner, quien ve a Santa más como una figura pública que como un modelo a seguir. “Nunca he visto a alguien que aspire convertirse en Santa Claus”.

Sería difícil cambiar la icónica imagen de Santa, dijo Meg Cox, autor de The Book of New Family Traditions. El confort y la seguridad se producen al ver el mismo personaje año tras año.

“Portamos estas tradiciones desde nuestra infancia”, dijo. “Algunos de nosotros somos bastante emotivos sobre ellos. Y aun así, creo que no hay nada de malo en tener un sentido de juego sobre ello”.

Si se quiere que Santa sea delgado, dijo Cox, hagan que esto pase: díganles a sus hijos que Santa está cansado de comer galletas, y dejen en su lugar una manzana. “Tener su propia concepción de Santa podría ser el colmo de la Navidad personalizada”.

Es posible que nuestra cultura ya esté cambiando. Las carreras de Santa se están convirtiendo en una tradición de iguales proporciones a las de los bastones de caramelo y las luces de Navidad.

Los niños encuentran videojuegos con actividad física bajo el árbol, junto a los contadores de pasos y los libros de cocina orgánica para mamá o papá.

Hace poco Pickler llamó a un par de empresas con las que tiene contratos y les preguntó si les parecía bien un Santa con menos grasa.

“Ambos dijeron, ‘te queremos tal y como eres. Tu idea de un Santa santo es la idea con la que queremos empatar’”.

Desde el final de The Biggest Loser, Pickler y su esposa, Chris, han hablado con los niños de todo el Medio Oeste de Estados Unidos sobre nutrición y ejercicio.

Pickler a menudo entra a la escuela vestido como Santa Claus, y luego se quita el traje, y aparece uno estilo Superman, para revelar su nueva anatomía.

En un próximo documental sobre Santas de nombre They Wore a Red Suit, Pickler implora a sus colegas del país a ponerse en forma.

“No podemos utilizar (nuestro papel) como excusa, ya que influye en los niños en la dirección incorrecta”, dijo.

Tal vez algún día, en lugar de una barriga que tiembla como un tazón lleno de gelatina, Santa tendrá un lavadero en el abdomen. Tal vez sus mejillas se sonrojarán no de frío, sino porque está consumiendo las dosis recomendadas de ácidos grasos omega 3.

Tal vez la señora de Claus se ocupará de la jardinería. (Por supuesto, eso sería difícil de hacer en el Polo Norte, pero seguramente los elfos podrán construir uno o dos invernaderos).

Con el tiempo, además de ser un modelo a seguir para el espíritu de la Navidad, nuestro querido San Nicolás podría convertirse en un modelo saludable a seguir para los niños.

Hasta entonces, guarde algunas galletas, porque Santa Claus está llegando a la ciudad.

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