Por qué prohibieron los vuelos del Dreamliner 787 de Boeing
Europa, Japón e India suspendieron este jueves los vuelos del Dreamliner 787 de Boeing, un día después de que lo hiciera Estados Unidos tras un segundo incidente relacionado con baterías defectuosas en este modelo de aeronave, lo cual provocó un aterrizaje de emergencia en Japón.
Desde septiembre, entre la creciente lista de fallas del Dreamliner se encontraban fugas de combustible, de aceite, dos motores fisurados, una ventana rota en la cabina de pilotos y un problema con las baterías.
Durante el incidente más grave hasta ahora, una alarma de la batería ocasionó que un 787 de la aerolínea ANA con 129 pasajeros aterrizara de emergencia en Japón el miércoles.
De acuerdo con las autoridades, quienes iban a bordo reportaron un olor a quemado en la cabina y la alarma indicaba la presencia de fuego en un compartimiento eléctrico delantero. Unas horas más tarde, ANA y JAL Airlines anunciaron que mantendrían en tierra sus Dreamliners hasta que se hiciera una investigación.
El incidente ocurrió una semana después de que la FAA anunciara que llevaría a cabo una revisión general de seguridad en la aeronave.
Los expertos en seguridad aérea e ingeniería dicen que las preocupaciones de los viajeros son legítimas y comprensibles. La mayoría de los problemas son relativamente de poca importancia, pero si el Dreamliner tiene un problema de diseño en el sistema de baterías, eso generaría mayores preocupaciones.
Baterías de ion de litio
“ Siempre que haya humo, fuego u olor a humo en una aeronave, es una situación muy grave”, dice Kevin Hiatt, piloto comercial veterano y director de la Fundación Flight Safety . “Tienes muy poco tiempo para aterrizar con seguridad una aeronave si algo así ocurre durante el vuelo”.
Las baterías son vitales para el avión porque el 787 consume mucha energía eléctrica. El Dreamliner usa electricidad para alimentar más sistemas que cualquier otro avión comercial de Boeing, de acuerdo con Raúl Ordoñez, profesor en la Universidad de Dayton e ingeniero eléctrico y computacional, quien se dedicó a observar el desarrollo del Dreamliner en el cuartel general de Boeing, en Seattle.
Se requiere de baterías muy potentes para alimentar esos sistemas.
El 787 es único porque sus baterías son de ion de litio. Esas baterías almacenan más energía durante periodos más largos en comparación con las baterías de níquel-cadmio que son estándar en otros aviones comerciales. “Ese tipo de baterías tienden a causar más problemas”, dice Ordoñez.
No se sabe si el problema en la batería del Dreamliner de Japón fue un problema de carga o de sobrecalentamiento, dice John Goglia, exmecánico de aerolínea y exmiembro de la principal agencia de investigación en aviación de Estados Unidos, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte. Un problema de carga no requeriría de un aterrizaje inmediato, “pero si la batería se estuviera sobrecalentando, y en vista de los hechos, estaría buscando el lugar más próximo en dónde aterrizar”.
Motores y parabrisas fisurados; fugas de combustible y aceite
Otros problemas relacionados con el Dreamliner —como las fugas de aceite y combustible o las ventanas dañadas en la cabina de pilotos— son casos operativos que se dan a bordo de “todos los aviones comerciales que vuelan actualmente”, dice Hiatt. “Lo que pasa es que esta aeronave está bajo un intenso escrutinio ”.
Cuando ocurre una fuga de aceite en vuelo, el piloto reacciona según la intensidad de la fuga. “Si representa un problema, hay procedimientos, ya sea para poner el motor en ralentí (mínimo de revoluciones por minuto) y aterrizar la aeronave o seguir y monitorear la cantidad de aceite a bordo hasta que llegues a tu destino. Las fugas de combustible, ya sea en el ala, cerca del motor o cerca del tanque de combustible, ocurren a diario”.
Cuando se presenta algún problema mecánico, los pilotos recurren a lo que se conoce como Libreta de Consulta Rápida, una lista de verificación electrónica que ofrece soluciones a los problemas.
“Un piloto vuela y el otro repara, y luego tomas una decisión”, dice Justin Schlechter, piloto comercial con 13 años de experiencia.
Schlechter recuerda un problema que se presentó a bordo de una aeronave que volaba en 2004, cuando un pasajero que miraba por la ventana descubrió una ligera fuga de combustible cerca del ala. Luego de consultar la lista de verificación, Schlechter desvió la aeronave y aterrizó en Richmond, Virginia, por precaución.
En otra ocasión, apareció una grieta en el parabrisas de la cabina. “Fue completamente intrascendente”, dice. El vuelo prosiguió hasta su destino.
“Los parabrisas se estrellan todo el tiempo”, dice Gogila. Los parabrisas de los aviones comerciales tienen varias pulgadas de espesor y múltiples capas; están diseñados para soportar las inclemencias del tiempo y el ocasional impacto de un ave.
Los reportes que se presentaron en 2012 acerca de los motores fisurados en los Dreamliners fueron incidentes aislados, dice Ordoñez. En cuanto a las ocasionales fisuras en las ventanas y las fugas de combustible y aceite, Boeing puede resolver esos problemas fácilmente, dice. Casi todo el mundo coincide en que la atención está en las baterías.
Hay 150 vuelos de Dreamliner diariamente a nivel global, dijo Boeing la semana pasada. "Estamos seguros de que el 787 es seguro y confiamos en su integridad en general. Tomaremos todos los pasos necesarios en los próximos días para asegurar a nuestros consumidores y al público viajero que el 787 es seguro y para reintegrar a los aviones al servicio", dijo el presidente de Boeing, Jim McNerney, en un comunicado.
Hiatt dice: “De todas formas subiría al avión”. Debe ser el avión comercial más observado en el mundo en este momento. “Ese avión está siendo analizado con tal detenimiento, tanto antes como después de cada vuelo, que raya en lo ridículo”.
Ordoñez dice: “Bueno, creo que la gente debería estar un poco preocupada. Pero lo más importante, dice, es que “sí lo volaría”.