El retiro de un gran líder es parte de su obra y de su legado
Elegir retirarse de un puesto prominente puede ser una decisión extraordinaria, ya sea el Pontífice, un político o un futbolista.
En general, decidir que es momento de retirarse puede ser difícil. En el mundo corporativo, no es común que alguien decida retirarse de un puesto de liderazgo. “Casi no se dan casos”, dice la directora operativa de la empresa de reclutamiento de ejecutivos Cook & Company, Patricia Cook. “Es un hecho realmente inusual”.
Los expertos del mundo empresarial se preguntan por qué un ejecutivo renunciaría a un papel de liderazgo. Cook dice que no puede recordar algún caso en el que un CEO haya renunciado por no sentirse apto para el trabajo. Sin embargo, los problemas de salud pueden cambiar el juego.
El papa Benedicto XVI sorprendió al mundo este lunes cuando anunció que renunciaría a finales de febrero. En un comunicado, aludió a su edad y al deterioro de su fuerza: “He llegado a la conclusión de que a causa de la edad avanzada, mi fuerza ya no es apta para ejercer adecuadamente el ministerio de Pedro”. Un vocero del Vaticano dijo este martes que Benedicto no tiene alguna enfermedad en específico.
La salud y las circunstancias pueden colaborar a que una persona decida retirarse de un puesto en cualquier sector .
Si un líder no se siente apto para la tarea, los expertos dicen que el retiro tiene sentido. “Si vemos el mundo corporativo, la pregunta en realidad es: ¿El director ejecutivo puede llevar a cabo el trabajo al nivel requerido?”, dice Susan Battley, fundadora y directora ejecutiva del despacho de consultoría Battley Performance.
Desde la agudeza mental hasta la memoria, los líderes necesitan muchas habilidades para estar en las mejores condiciones. “El liderazgo efectivo requiere de ser capaz de ejecutarlo de forma brillante”, dice Battley. Ya sea que la persona esté al frente de una empresa de Fortune 500 o de los 1,200 millones de católicos en el mundo, el liderazgo es agotador .
Un vocero del Vaticano dice que probablemente el Papa se retire a un monasterio, donde se dedicará a la oración y la reflexión.
“Estaba muy sorprendido”, dice David Perry, profesor asociado de Historia en la Dominican University. Perry sabía que era posible que un papa renunciara. La ley papal establece claramente que los pontífices pueden renunciar a su cargo. “Desde mi punto de vista como especialista en la Edad Media, no sorprende que los papas puedan renunciar”, dice. Pero no había ocurrido en casi 600 años.
Sin importar qué motivó a Benedicto a renunciar ahora, los expertos dicen que su legado puede depender de que se dé una sucesión ordenada.
El padre de Geoff Hoffmann le heredó el cargo de director ejecutivo de la empresa de reclutamiento DHR International. Al haber pasado recientemente por el proceso de transición y al dedicarse a asesorar empresas acerca de sus planes, dice que un plan de liderazgo es la clave del éxito.
“Uno de los deberes más importantes de un director ejecutivo es asegurarse de que existan planes de sucesión vigentes, desde el primer día”, dice. “Algunas de las empresas mejor dirigidas planean bien sus sucesiones”.
La experta en profesiones, Nicole Williams, subraya la importancia de una salida limpia en el ámbito corporativo. “El retiro termina siendo una ocasión monumental y usualmente muy pública”, dice.
Sin importar los años de lealtad y de servicio que se hayan entregado, la etapa final es usualmente lo que define a esa persona. “Lo que recuerdan es cuando te vas”, dice Williams. “Vas a querer que te recuerden con esta partida, así que quieres controlarla, y no que ésta te controle a ti”.
El exgobernador del estado de Nueva York, George Pataki, dice que para él, la transición de personaje público a persona cualquiera no fue difícil.
“Decidí que nunca dejaría que mi cargo público se volviera mi identidad”, dice. Después de dejar el cargo, logró lo que él llama un sentido de normalidad al ir al cine o asistir a partidos de básquetbol.
A la mitad de su tercer periodo como gobernador, Pataki decidió que no buscaría el cuarto. Dejó el cargo en 2006, después de ser gobernador durante 12 años. “No dudé de que era la decisión correcta para mí, para mi familia, para el equipo que trabajó tan duro conmigo y para el estado ”, dice. “Ya era hora”.