Un joven celebra el Día Pi memorizando más de 20,000 dígitos
Nota del editor : Daniel Tammet está en Facebook y su sitio web personal es danieltammet.net . Ve su conferencia TED aquí.
(CNN) — En la mente de Daniel Tammet, tres es una forma verde de luna creciente con puntos, uno es una especie de rayo blanco y cuatro es un boomerang azul. Cada número tiene un color y forma distinta, y juntos componen la cifra Pi, que aproximadamente tiene un valor de 3.14.
Para los entusiastas matemáticos en todo el mundo, el 14 de marzo (3-14) es el Día Pi, que es la relación entre el radio de la circunferencia y el diámetro de un círculo. Este jueves, Tammet promueve la primera celebración del Día Pi en Francia, en el museo de ciencia Palacio del Descubrimiento en París.
La relación de Tammet con este número es especial: a los 25 años, recitó 22,514 dígitos de Pi de memoria en 2004, y registró el récord europeo. Ante una audiencia en el Museo de Historia de la Ciencia en Oxford, Inglaterra, dijo estos números en voz alta durante cinco horas y nueve minutos. Algunas personas lloraron; no por aburrición, sino por la emoción de esta apasionada exhibición.
“Lo que mi cerebro hacía era inventar un significado, como una historia (...) Lo que hice fue hacer un poema o una novela con Pi, y tomé estos colores y emociones y los utilicé para percibir patrones, o al menos para percibir patrones que fueran significativos para mí”, dijo.
Muchas personas en todo el mundo (incluida yo) hemos estado lo suficientemente interesados en este número, o en la memorización en sí, para ver cuántos dígitos pueden contar algunas personas. Pi tiene muchos dígitos infinitamente sin ningún patrón discernible, sin embargo, explica matemáticamente la forma de todos los círculos . Esto hace que la memorización sea un reto difícil y, sin embargo, significativo.
Las personas que, como Tammet, memorizan Pi se han vuelto temas fascinantes de estudio para los científicos.
Un significado en los números
Las personas con memoria superior, según la investigación de K. Anders Ericsson, profesor de Psicología en la Universidad Estatal Florida en Estados Unidos, tienen tres habilidades especiales. Utilizan el conocimiento y patrones que ya conocen para codificar la información en su memoria a largo plazo. Asocian esa información con pistas de recuperación, para que puedan recordarla. Y mejoran la codificación y memoria a través de la práctica y esfuerzo intenso.
No hay control directo sobre lo que recordamos y lo que olvidamos; todos desearíamos poder recordar algunas cosas y olvidar otras. Pero es posible entrenar como un atleta mental, y hay competencias enteras que giran en torno a eso, dijo Joshua Foer, autor de Moonwalking with Einstein y ganador de un campeonato de memoria.
“¿Por qué las personas memorizan Pi? ¿Por qué escalan el Monte Everest? No necesitas hacerlo”, dijo Foer. “Hay algo en querer ver cuán lejos puedes llegar y cuánto puedes demandarte”.
Para la memorización, ayuda encontrar significado en la información y vincularlo con múltiples sentidos, como con el auditivo y visual, dijo Dara Manoach, profesora de Piscología en la Escuela Médica de Harvard e investigadora en el Hospital General Massachusetts en Estados Unidos.
Un área del cerebro llamada corteza dorsolateral prefrontal se activa cuando retienes información; por ejemplo, al mantener un número telefónico en tu cabeza hasta que puedas escribirlo o marcarlo. Asociar un número con sensaciones, e integrarlo con conocimiento existente, emplea más sistemas neurales y te ayuda a almacenar la información.
Los estudios de personas con memoria excepcional aún no encuentran ninguna diferencia estructural entre sus cerebros y los de las personas con memoria promedio, dijo Ericsson.
La postura de Ericsson en volverse un experto en algo, como memorizar Pi, es la práctica deliberada. Su base de investigación, popularizada por Malcolm Gladwell, es que toma 10,000 horas lograr convertirse en experto. Pero Ericsson señaló que esto estaba basado en estudios de músicos en grupos importantes que pasaban un promedio de 10,000 horas practicando. Eso significa que algunos pasaron más tiempo y otros menos tiempo aprendiendo algo.
Una coincidencia de sentidos
Sin embargo, hay formas en las que inherentemente Tammet puede tener un enfoque diferente comparado con la mayoría de las personas que memorizan Pi.
Tammet tiene autismo de alto funcionamiento, un trastorno asociado con problemas de comunicación social y comportamientos repetitivos. Además, tiene sinestesia, lo que significa que experimenta una mezcla de sensaciones y percepciones; específicamente, ve palabras y números como colores y formas.
En un análisis del caso de Tammet, publicado por Simon Baron-Cohen y sus colegas en Journal of Consciousness Studies en 2007, los investigadores escribieron que el autismo y la sinestesia, aunque son diferentes, están asociados con un exceso de conexiones neurales; es posible que tengan una “anomalía neural común”. También propusieron la idea de que el autismo y la sinestesia pudieron haber incrementado la posibilidad de la gran memoria de Tammet.
Tammet creció como el mayor de nueve niños. La estimulación que recibió de su gran familia probablemente lo ayudó a desarrollar habilidades sociales, dijo.
“Si no hubiera tenido ese amor, esa paciencia y ese apoyo desde una edad temprana, quizá no estaría donde estoy hoy”
“Cuando se sentaba en la alfombra durante la hora de los cuentos, con los ojos cerrados y sus dedos en las orejas, imaginaba números en su mente y sus formas y colores, mientras que los otros niños se veían entre sí o a la maestra y escuchaban la historia, (Tammet) de cierto modo estaba en su propio mundo”, escribieron Baron-Cohen y sus colegas.
En la preparatoria, Tammet aprendió sobre Pi y pensó que era hermoso. Pero cuando habló de esto con sus compañeros, no lo entendieron. Para ellos, Pi era solo un número. No tenía ningún color, belleza o emoción.
“Allí fue cuando tuve una percepción del mundo, de palabras, de números, que fue diferente”, dijo. Secretamente, comenzó a memorizar dígitos de Pi.
Pasó aproximadamente tres meses aprendiendo miles de dígitos, lo que vio como una experiencia emocional, algo como ser transportado a otro mundo.
En la recitación de Pi para lograr el récord, Tammet se percató de que tenía un don de la comunicación, y que eso lo puso en camino para volverse un escritor de tiempo completo.
“Puedes encontrar el número telefónico de tu pareja. Tú fecha de nacimiento. Tu código de seguridad social. Puedes encontrar todo en Pi”, dijo. “Es lo suficientemente grande para tener toda la vida dentro”.