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Un hombre de Nueva York se hace amigo del asesino de su hermano

Michael Rowe estuvo en prisión por 20 años, ahí estudió e inició una vida nueva con ayuda de Anthony Colon, el hermano del joven que mató
sáb 13 abril 2013 09:09 PM
anthony colin y michael rowe
anthony colin y michael rowe anthony colin y michael rowe

El día que Anthony Colon escuchó que su hermano mayor había sido baleado por tres hombres en East Harlem comenzó a luchar con un odio que iba a durar años.

“¡Oh Dios!, el hecho trajo mucho odio a mi vida. Odiaba a todos, odiaba todo. Me hizo comportarme como un monstruo”, dijo Colon, quien consideraba a su hermano Wilfredo su única familia.

“Lo amaba porque siempre estuvo para mí desde que era un niño. Él no me permitía pelear, me defendía sin importar lo que pasara, porque él siempre vio la bondad en mí”.

Pero mientras los años pasaron la niebla del enojo comenzó a disminuir. Se casó, tuvo dos hijos, recibió la religión en su vida y lo invadió el deseo de encontrar reconciliación con el asesino de su hermano.

Fue entonces, cuando un día de verano tuvo un encuentro que cambió su vida mientras visitaba a un amigo en la correccional de Ulster County en Nueva York.

Miró alrededor del cuarto y vio a Michael Rowe, el hombre que asesinó a su hermano. “Estaba esperando que hubiera una pelea, algún tipo de altercado físico”, recuerda Rowe, quien asegura se sintió  arrepentido y avergonzado, incapaz de perdonarse a sí mismo por asesinar a otro joven y con miedo a las represalias.

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Colon caminó hacia él y le dijo “hermano, he estado rezando por ti. Te perdono. He estado rezando por verte de nuevo”.  La reunión transformó la vida de los dos hombres.

Rowe se casó con la misma mujer con quien salía cuando entró a prisión, tuvieron tres hijos durante el tiempo que estuvo en la cárcel y deseaba salir para criarlos, incluso, si debía cumplir con su sentencia de 20 años de prisión.

“Pensé que moriría en prisión. O al menos que saldría de ahí como un hombre mayor con cabello gris”, dijo.

“Aún no creo que seré capaz de perdonarme verdaderamente por las cosas que he hecho. Porque asumo toda la responsabilidad por lo que hice y entiendo, lo mejor que puedo, el dolor que he causado.

"Creo que para mí el perdón vendrá en hacer buenas acciones y tratar de ayudar a otros. Pero en cuanto a perdonarme a mí mismo, no creo que alguna vez lo logre”.

En prisión, Rowe se hizo amigo de Julio Medina de la organización no gubernamental Comunidad Éxodo de Transición, que prepara a los presos para su liberación.

Rowe comenzó a estudiar y pronto obtuvo una licenciatura. Mientras se encontraba estudiando una maestría en Estudios Profesionales, Colon comenzó a visitarlo regularmente.

“Tener ese tipo de apoyo del hombre a cuyo hermano asesinó es impresionante”, consideró Medina. “No solo retiró esa nube de vergüenza en la que caminaba, sino que le permitió tener una segunda oportunidad con las bendiciones del hermano de la víctima”.

Colon asistió a la audiencia en que Rowe obtuvo su libertad, donde lo sorprendió al decir ante el panel. “Anthony es mi héroe. Tengo dos hijos y si mis hijos se convierten en la mitad del hombre que es Anthony Colon seré un orgulloso padre. Y no sé si pueda sintetizar o explicar mejor como me siento acerca de él, ha cambiado mi vida”.

Colon cree que la religión lo llevó a perdonar a Rowe. “Por alguna razón sentí que él estaba lidiando con todo lo que en realidad estaba lidiando, con autocompasión y culpa. Lo sentí, me parece que es parte de la naturaleza de una persona que está conectada con Dios. Hay una conexión con Dios que te permite ver lo que está pasando enfrente de ti”, dijo.

Rowe fue liberado de prisión esta semana después de cumplir su condena de 20 años, un hombre que no ha visto el mundo desde que comenzaba a crecer.

Él llegó a la escuela primaria de su hija con cupcakes y le dio la sorpresa de su vida. Vio la casa donde vivirá con su esposa y tres hijos por primera vez y fue a ver a Anthony Colon, con quien se unirá a la ONG buscando a más jóvenes a quienes rescatar.

“Dios tiene un propósito para mí, Dios tiene un propósito para nosotros”, dijo Rowe, sentado al lado de Colon en las oficinas de Exodus, la organización que lo está ayudando a lidiar con las habilidades de la vida diaria que a veces parecen ser demasiado para él.

Colon también lo está ayudando para que pueda ver una vida más allá de prisión y ambos puedan poner fin a 20 años de dolor.

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