Una mujer recibe un exitoso trasplante completo de cara en Estados Unidos
Después de que el exmarido de Carmen Tarleton le roció lejía de potencia industrial, los médicos le salvaron la vida con un coma inducido y más de 50 cirugías. Pero poco podían hacer en su rostro devastado por las cicatrices.
Estaba tan desfigurada que los niños huyeron de su lado. Cuando los programas de noticias de televisión hicieron reportajes sobre ella, advirtieron que las imágenes pueden ser inquietantes y recomendaron la discreción del público.
Durante cuatro años, Tarleton vivió esta realidad, además de una enorme cantidad de dolor. Entonces su cirujano plástico en el Brigham and Women Hospital de Boston le hizo una sugerencia. El médico había hecho recientemente el primer trasplante facial en Estados Unidos , y pensó que podría hacerlo con ella.
En un principio la idea sonaba un poco extraña —¿ir por la vida con la cara de otra persona? Pero no pasó mucho tiempo para que Tarleton aceptara, y este miércoles la mujer dio a conocer su nuevo rostro en una conferencia de prensa.
Ella no sabe el nombre de su donante fallecida, pero dijo que piensa en ella todos los días.
"No tengo forma de conversar con ella y hacerle saber lo agradecida que estoy", dijo Tarleton, de 44 años, a CNN durante una visita este lunes a su casa en Thetford, Vermont. "Estoy muy contenta. Estoy encantada con lo que tengo".
“Tuvimos algunas noches sin dormir"
El médico Bohdan Pomahac nunca había visto a nadie como Tarleton.
Como director de la unidad de quemados en el Brigham y el Women’s, Pomahac evaluó las heridas de Tarleton cuando llegó después del ataque de junio de 2007. La lejía había consumido más del 80% de su cuerpo, y las quemaduras eran profundas, recorrían toda su piel.
En 2011, Pomahac y su equipo llegaron a los titulares de las noticias cuando realizaron el primer trasplante facial completo del país , en el hospital Dallas Wiens, a un hombre de Texas que se acercó demasiado a una línea de alta tensión en el trabajo.
Tarleton fue admitida para un trasplante de rostro completo en diciembre de ese año. Tomó cerca de 14 meses —un tiempo inusualmente largo— para encontrar un donante, porque tenía tantos anticuerpos en su sistema inmunológico construido a partir de las transfusiones de sangre y cirugías usadas para tratar sus lesiones.
Ella tuvo una cirugía de trasplante de 15 horas en febrero, convirtiéndose en la sexta persona en Estados Unidos en obtener un trasplante facial completo, según Pomahac. Una animación del procedimiento realizado por el hospital muestra cómo los cirujanos quitan la piel, los músculos, los tendones y los nervios, en sustitución por las del donante.
Al principio, el tratamiento no iba tan bien. El cuerpo de Tarleton comenzó a rechazar su nuevo rostro, un rechazo del que los médicos tenían fuertes temores de que pudiera producirse. “Tuvimos algunas noches sin dormir", dijo Pomahac.
Sin embargo, unas buenas dosis de medicamentos antirechazo salvaron el nuevo rostro de Tarleton.
"Él fue capaz de ver a través de mis cicatrices”
Totalmente ciega de un ojo y parcialmente ciega en el otro, Tarleton todavía es capaz de vivir sola en su apartamento en Vermont. Tuvo que dejar su trabajo como enfermera.
Las donaciones que recibió después de que ella apareció en el programa de televisión Dr. Phil han brindado apoyo a ella y a sus dos hijas, que tenían 12 y 14 años cuando fueron testigos del ataque de su padrastro a su madre. Los seguros privados y el programa Medicare han pagado su atención médica.
Emocionalmente, Tarleton ha dicho que puede perdonar a su exmarido, que ahora está en la cárcel, y ha dado charlas inspiradoras, además de que publicó un libro llamado Superando: quemada, ciega, y bendecida.
En diciembre comenzó a tomar clases de piano con un maestro local llamado Sheldon Stein. Las clases las comenzó antes del trasplante, cuando su rostro estaba tan desfigurado, pero aún así se enamoró de ella.
"Él fue capaz de ver a través de mis cicatrices", dijo.
Stein le ayudó durante su trasplante de febrero y durante su recuperación. Al principio, ella apenas tenía control sobre su rostro, pero ahora puede formar un poco de su sonrisa, y sus médicos dicen que con el tiempo debería ser capaz de levantar las cejas y hacer otras expresiones faciales.
Ella especialmente espera ganar la fuerza y coordinación de besar el hombre al que llama "el amor de mi vida".
"No puedo fruncir y sentir todavía", dijo. "Pero yo estoy deseando que llegue ese día. Sé que ese día llegará."
John Bonifield contribuyó a este reporte.