Los mosquitos infectados con malaria son más susceptibles al olor humano
Pensamos en la malaria como una enfermedad que infecta a más de 200 millones de personas al año y que se transmite a través de la picadura de un mosquito.
Pero no toda la culpa es de los mosquitos. Los científicos exploran cómo el parásito de la malaria podría modificar el comportamiento de los mosquitos, y atraerlos más a los humanos... Es como si el parásito controlara su mente para que los insectos vayan tras nosotros.
En un nuevo estudio que se publicó en la revista PLOS One se demuestra, por primera vez, que los mosquitos infectados con malaria se sienten más atraídos por el olor humano que los mosquitos no infectados. Sin embargo, esta es sólo una prueba de concepto, es necesario realizar mayores investigaciones para confirmarlo.
“Lo que demostramos es que los parásitos de la malaria pueden manipular el comportamiento del mosquito para que detecte nuestro aroma corporal mucho más fácilmente y eso significa que es más probable que nos encuentre”, dijo James Logan del Departamento de Control de Enfermedades de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y uno de los directores del estudio.
Métodos
Los investigadores usaron 59 mosquitos infectados con malaria y 97 que no lo estaban (solo las hembras transmiten el parásito).
Un voluntario varón usó calcetines de nailon durante 20 horas para concentrar el olor humano en el material. Luego, los científicos examinaron la forma en la que los mosquitos respondieron al calcetín con olor a humano en comparación con uno estándar de nailon sin olor humano.
Resultados
Generalmente ninguno de los grupos de mosquitos mostraba interés en el calcetín que no tenía olor humano. Sin embargo, los mosquitos con malaria pusieron mucha más atención al calcetín con olor humano, se posaron sobre ella y la estudiaron más que los mosquitos no infectados.
Esto representa la primera vez que las hembras de los mosquitos exhiben un cambio de comportamiento en respuesta al olor humano como resultado de la malaria, escribieron los autores del estudio.
Repercusiones
Logan y sus colegas obtuvieron una beca de investigación para estudiar esto durante tres años más. El siguiente paso será tomar muestras del olor de 30 personas y “combinarlas para tener una cobertura general de las diferentes clases de olor humano”, dijo. Los científicos ya saben que los individuos pueden presentar diferentes grados de atracción para los mosquitos.
Eventualmente, esto propiciará que los científicos identifiquen las sustancias químicas que se pueden usar como señuelos para fabricar trampas para los mosquitos infectados con malaria. Actualmente, las trampas sirven para toda clase de mosquitos, sin importar si portan o no el parásito causante de la malaria. Sería más eficiente y mejor para la monitorización que se atrapara solo a los que portan el parásito. Este método podría incluso usarse para reducir la población.
En la naturaleza hay otros ejemplos intrigantes acerca de la forma en la que los parásitos controlan la mente de sus huéspedes. Una especie de hongo, por ejemplo, puede invadir y finalmente matar a las hormigas que infecta.
Sin embargo, estas “hormigas zombi” no tienen el tremendo impacto sobre los humanos que tienen los mosquitos portadores de malaria, que se calcula causaron 660,000 muertes en 2010.
“Lo importante es que demostramos que en un sistema biológicamente relevante de un mosquito, un parásito y la sangre de un huésped, el parásito puede manipular el comportamiento de un mosquito”, dijo una de las directoras del estudio, Renate Smallegange, quien ahora trabaja para la editorial Wageningen Academic Publishers.