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A 60 años del primer ascenso, ¿cuál es el poderoso encanto del Everest?

La cumbre está al alcance de cualquier persona con suficiente dinero y voluntad; muchos ahora prefieren subirla que ir a un crucero
mar 28 mayo 2013 09:30 AM

Sir Edmund Hillary y el nepalí Tenzing Norgay Shera fueron los primeros en ascender a la cumbre del Everest. A 60 años, cientos de personas han completado la hazaña de llegar a lo más alto de la montaña más alta del mundo, convertida en un poderoso atractivo comercial.

Entre la década de 1920 y 1980, las expediciones que intentaban alcanzar el pico de 8,848 metros estaban formadas por curtidos montañeros, pero en las últimas décadas el perfil de los aventureros ha cambiado notablemente. Ahora, la cumbre de la montaña parece estar al alcance de cualquier persona que tenga suficiente dinero y voluntad.

En lo que va de 2013 han logrado la hazaña un japonés de 80 años , un canadiense sin manos, una india con una pierna y una actriz nepalí, entre otros.

El mexicano David Liaño ascendió la montaña por la cara norte y por la sur en el mismo mes (mayo), algo que nunca antes se había hecho.

Elizabeth Hawley, quien lleva el recuento de todas las expediciones que han subido a los Himalayas nepalíes en el último medio siglo, dice que las expediciones comerciales se dispararon en la década de 1990.

"Estos días la gente sube el Everest en lugar de ir de crucero. Si ayuda a sus comunidades y a su ego... ¿Por qué no?", comenta Hawley, la octogenaria registradora.

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Gran parte del éxito no sería posible sin la ayuda de los famosos sherpas nepalíes, que pertenecen a un grupo étnico que vive en las sombras del Everest.

Ellos son quienes cargan las grandes cantidades de materiales, montan y desmontan las tiendas y, en ocasiones, arrastran literalmente a aquellos que quieren escalar la montaña.

"Muéstrame a alguien que quiera ascender el Everest y veremos qué hacer", dice Pemba Doryi, que el mes pasado ató al canadiense sin manos a su cuerpo para ayudarlo a subir hasta la cima.

El funcionario gubernamental Tilak Pokharel dice que cada montañero que escala el Everest proporciona empleo directa o indirectamente a entre 10 y 15 personas.

A esto hay que sumar los 10,000 dólares que se deben pagar al gobierno nepalí por subir el pico más alto del mundo; solo en 2012 el país himalayo recaudó 3 millones 200,000 dólares gracias a esta tasa.

Desde que Hillary y Shera, cargados con siete toneladas de materiales, pusieran pie en la cima hace 60 años hasta el 2012, el Everest ha sido testigo de 6,208 ascensos, 3,337 a cargo de alpinistas extranjeros y el resto de sherpas, según datos oficiales.

¿Y qué hay de la basura que dejan los alpinistas al escalar la montaña? (Lee aquí).

Situado en la frontera entre Nepal y China, hasta finales de 1960 todos los ascensos se iniciaban desde el primer país, puesto que Beijing mantenía cerrada la montaña a alpinistas foráneos pese a que ciudadanos chinos sí que lo escalaron entre 1960 y 1975.

Pero hasta la fecha, la mayor parte de los montañeros lo suben desde la parte nepalí aunque resulte más caro.

"Los chinos abren la montaña a partir de abril y entonces es muy tarde para aclimatarse. Además, las operaciones de rescate son más fáciles en Nepal", argumenta Ang Thesring, de Asia Trekking, una de las mayores empresas organizadoras de rutas en Nepal.

Algunos puristas están en contra de las expediciones comerciales y el gobierno nepalí ha sido acusado de permitir que demasiada gente coincida al mismo tiempo en la montaña, lo que crea atascos y muertes, pero las autoridades no tienen la misma percepción.

"Los accidentes ocurren debido a varios factores como el tiempo, la enfermedad y la inexperiencia de los alpinistas. Hay mucha gente que no debería ir a la montaña", alega Dipendra Poudel, miembro del departamento gubernamental de montañismo.

En seis décadas de ascensos han muerto al menos 238 personas, 82 de ellos sherpas.

Los retos del gobierno 

El gobierno está estudiando una legislación que solo permita escalar el Everest a gente que haya subido anteriormente un pico de al menos 7,000 metros de altura, aunque no todo el mundo está convencido de que esta sea una buena idea.

"Lo más importante es que la gente vaya con los acompañantes adecuados, que tenga recursos y experiencia en rescates médicos", defiende Ben Jones, un guía de montaña de una empresa estadounidense que organiza expediciones por todo el mundo.

El año pasado los atascos causaron varias muertes, lo que ha llevado a las autoridades a trabajar conjuntamente con la Asociación de Operadores de Expediciones para garantizar la seguridad en el Hillary Step, la estrecha cara rocosa que precede a la cumbre.

"Es importante que la montaña esté limpia. Este año el campo base estaba más limpio que cuando subí al Everest por primera vez en 1992", razona el célebre alpinista italiano Simone Moro.

"Solo las rutas norte y sureste están abarrotadas. Pocos suben otras rutas como la occidental, la suroccidental y la oriental", agrega.

Moro explicó que él mismo se disponía a ascender por la parte suroccidental este año antes de que se viera obligado a abandonar debido a una riña con un grupo de sherpas.

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