Cinco pasos para ayudar a los niños a superar un desastre
Los niños pueden ser particularmente vulnerables cuando ocurre un desastre natural.
Pueden ser incapaces de entender lo que ha trastornado sus vidas y las de sus familiares. Pueden estar confundidos, enojados, temerosos o tristes y manifestarlo a través de conductas como mojar la cama, problemas para dormir y ansiedad por la separación, según la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos (FEMA , por sus siglas en inglés).
Durante el desastre, algunos de los temores de los niños son: perder a alguien cercano a ellos y quedarse solos o separarse de sus familias, dice FEMA.
Jane Farish, autora del libro Cuando ocurre el desastre: ayudando a los niños a hacer frente, y especialista en desarrollo infantil de la Universidad de Stanford, ofrece estos consejos para ayudar a los pequeños a lidiar con las consecuencias de un desastre.
1. Los niños necesitan estar con su familia y sentirse seguros
El contacto físico puede dar gran alivio a los niños. Puedes darle a tu hijo una sensación seguridad al abrazarlo y tranquilizarlo físicamente.
Usa frases simples, como: “Ya estamos todos a salvo” y “Yo te cuidaré”.
Si tu familia está en un lugar fuera de casa (como un albergue) es importante permanecer juntos para que los niños se sientan a salvo y seguros. Los niños desplazados requerirán de mayor consuelo y refuerzo físico.
2. Los niños recuperan la sensación de control hablando acerca del desastre
Abstente de decirle a tu hijo que el desastre es “algo de lo que no hay que temer”. En lugar de eso, escucha sus preocupaciones y dale valor a sus sentimientos.
Puedes expresar tus preocupaciones calmadamente: “ Yo también me preocupé cuando se fue la luz ”, pero refuerza su seguridad verbalmente con frases como: “... Pero me dio gusto que tuviéramos una lámpara ”.
Los niños necesitan saber que sus padres entienden y comparten sus preocupaciones, y lo mejor es terminar la conversación en una forma positiva.
3. Es importante hablar honestamente con los niños
Los niños pueden asustarse o sentirse confundidos si tienen demasiada información.
Los padres frecuentemente necesitan lidiar con sus propios sentimientos , así que este puede ser un tema delicado.
Los padres deben distinguir entre los sentimientos de los niños y los propios. Es esencial no abrumar a los niños con el peso de las preocupaciones de los adultos. Comparte las preocupaciones en función de la edad.
4. Mantén las rutinas en lo posible
Las conversaciones entre adultos acerca del desastre deben sostenerse una vez que los niños se han ido a la cama o cuando no pueden escucharlas.
Respeta los rituales de alimentación y de dormir, aún cuando no haya luz o agua. Las rutinas pueden ayudar a proporcionar un sentido de seguridad.
Si las escuelas y las guarderías están abiertas, sigue su rutina. No dejes que los niños se queden en casa, aunque es de esperarse que se muestren más apegados y sientan más ansiedad por la separación.
5. Espera comportamientos regresivos
Los niños pueden empezar a chuparse el dedo, mojar la cama y temer quedarse solos. En general, los comportamientos regresivos desaparecerán en los días, semanas y meses posteriores al desastre.
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Si los miedos o las conductas ansiosas persisten o si los niños sufren de reacciones retrasadas, los padres deben buscar ayuda profesional.