Niños con amigos imaginarios tienen más capacidad para resolver problemas

Un reciente estudio con menores de edad reveló que quienes tienen compañeros imaginarios de juego desarrollan más tareas cognitivas

La ciencia sigue confirmando que los niños son geniales.

¿Quién más inventa sus propios compañeros de juego, imagina aventuras completas, excursiones o eventos deportivos con el creativo compañerismo que solo sus amigos imaginarios pueden ofrecer?

Bueno, ahora parece haber un beneficio adicional de tener un amigo imaginario, aparte de los viajes ficticios al zoológico con los animales de peluche: los niños con amigos imaginarios tienen más probabilidades de resolver problemas y están mejor equipados para las interacciones sociales de la vida real, tanto como niños, y más adelante cuando sean adultos, según 

.

Un equipo de investigadores británicos en psicología infantil encontró que los niños con amigos imaginarios tenían "más probabilidades de practicar el lenguaje privado encubierto, en comparación a otros niños que no tienen amigos imaginarios" mientras juegan.

La investigación sugiere que su lenguaje interno 

 por medio de tareas cognitivas.

Según el diario 

, 148 niños, la mayoría de ellos de cinco años de edad, fueron observados durante el juego, mientras los investigadores prestaban atención a susurros o murmullos.

Después, los entrevistaron y les preguntaron si tenían amigos imaginarios. Aquellos que dijeron que sí, mostraron dos veces más "lenguaje privado" que quienes respondieron que no.

El título del estudio es Diferencias individuales en el lenguaje privado de los niños: el papel de los compañeros imaginarios, y fue publicado en la edición de noviembre del 

( Revista de psicología infantil experimental).

Respecto al papel de los "compañeros imaginarios", los autores del estudio dicen que conversar con un amigo ficticio también podría ayudar a los niños para que desarrollen habilidades sociales y conversacionales de manera similar a como lo harían en conversaciones reales con adultos.

Nota del editor: