Los aeropuertos 'fantasma' buscan nuevos usos para sus instalaciones
Este miércoles cerraron tres terminales del Aeropuerto Internacional Bao’an, en Shenzhen, en el sureste de China. Fueron reemplazadas por una terminal con modernas instalaciones, planta generadora de energía solar y sistema de reciclaje de aguas.
Algunos planes para las terminales jubiladas son construir centros comerciales, centros de exposiciones o terminales para aerolíneas de bajo costo y jets privados.
Mientras deciden cuál será el destino de estas instalaciones, te presentamos el segundo aire de algunos exaeropuertos.
Pistas de cine
Aunque el Aeropuerto Central Ciudad Real está solo a 240 kilómetros al norte de la capital española, el complejo en bancarrota es un tramo desolado de concreto.
En épocas más felices, fue un costoso símbolo de la economía próspera y del optimismo sobre el futuro de España. Ahora sirve como recordatorio de los fracasos financieros del país.
“La construcción de un aeropuerto como este, y de otros lugares que no tienen ningún valor (hubo muchos de estos) es responsable de la crisis”, dijo a Slate el director Pedro Almodóvar, una de varias personas que encontraron un uso para el aeropuerto, que cerró en abril del año pasado.
Almodóvar filmó su más reciente película, Los amantes pasajeros, en las pistas vacías durante la noche.
Durante el día, la automotriz Lexus España utilizó el sitio para mostrar su modelo más reciente a los periodistas. “Hay 4.5 kilómetros de pista sin utilizarse: es básicamente la más larga en Europa”, dijo el administrador de relaciones públicas de Lexus España, José Antonio Galve.
Probablemente los propietarios solo esperan el momento oportuno hasta venderlo poco a poco, dijo la directora general del Consejo Internacional de Aeropuertos, Angela Gittens: “Las instalaciones, o el conjunto de instalaciones, no se prestan para otros usos”.
A su vez, el Aeropuerto Internacional Kai Tak, en Hong Kong, era uno de los más emocionantes del mundo, por su ubicación tan cercana a la metrópoli. En 1998 fue reemplazado por el Aeropuerto Chek Lap Kok y en 2009 se convirtió en una terminal de cruceros.
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Pistas para correr
En el Aeropuerto Bradenburg Willy Brandt de Berlín, Alemania, una instalación de 5,700 millones de dólares que aún no abre, pero los turistas pueden recorrer el terreno vacío en autobús o bicicleta.
De acuerdo con el vocero del aeropuerto, Lars Wagner, su apertura se estancó debido a problemas con el sistema de protección de incendios. Un recorrido por el aeropuerto, dice, les da a los visitantes la oportunidad de caminar por las áreas que, una vez abiertas, estarán acordonadas.
Sin embargo, señala que es principalmente una oportunidad para comercializar el aeropuerto mientras se espera a que abra sus puertas.
Parques y centros habitacionales
Algunos excentros de viaje se reinventaron para bien. En Malmö, Suecia, el Aeropuerto Bulltofta fue convertido en un parque y complejo de entretenimiento. Uno de los viejos hangares fue convertido en escuela, aunque el área perdió su identidad aeronáutica, de acuerdo con Anders Reisnert, un historiador cultural de la ciudad.
“Creo que la mayoría de las personas en Malmö olvidaron que solía ser un aeropuerto”, dice.
El antiguo Aeropuerto Internacional Stapleton en Denver, Colorado, Estados Unidos (que antes de cerrar en 1994 era el quinto centro más concurrido de Estados Unidos) es reconstruido como una comunidad de viviendas de uso mixto. El desarrollo está programado para terminarse en 2025 y se ha completado más de la mitad: de 8,000 casas proyectadas, 5,000 ya se construyeron y vendieron.
“La demanda es más de la que cualquiera podría imaginar”, dijo Thomas Gleason, vocero del desarrollador del sitio, Forest City Enterprises.
“Hablamos de aproximadamente 19 kilómetros cuadrados de terreno que están a 10 minutos en automóvil del centro de la ciudad. Había una tremenda oportunidad para reconstruir la tierra que estaba subutilizada”, agregó.
Convertir un aeropuerto es una misión enorme. Gleason dice que Forest City tuvo que deshacer 4.5 kilómetros cuadrados de pavimento y 390,200 metros cuadrados de edificios de aviación, un proceso cuya complejidad describió como “impresionante”.
En Austin, Texas, Estados Unidos, el desarrollador de bienes raíces Catellus realiza una hazaña similar con el lugar del ahora extinto Aeropuerto Municipal Robert Mueller.
“Vimos 2.8 kilómetros cuadrados en el centro de Austin, y estaba a 4.8 kilómetros del centro de la ciudad y a 3.2 kilómetros de la universidad en esta creciente ciudad donde suceden cosas geniales. Era una ubicación genial y una gran oportunidad”, dijo el vicepresidente ejecutivo de Catellus, Gregory Weaver.
Los restos de los viejos aeropuertos aparecen en ambos sitios. En Stapleton, la vieja torre de control de 12 pisos se vislumbra en el fondo, mientras que Mueller todavía tiene un hangar de la época de la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de estos detalles, Weaver mantiene que algunos residentes ya olvidaron la identidad original del área: “Le digo a las personas que viven en Mueller, ‘ya sabes, el viejo aeropuerto’, y dicen ‘oh, ¿eso solía ser un aeropuerto?’”.