Fumar puede matarte. Lo sabemos desde hace por lo menos 50 años. Aun así, millones de personas en todo el mundo siguen fumando y otras miles adquieren el hábito cada año. ¿Por qué?
Sus historias involucran fuertes adicciones, un desafío ferviente y miles de
Un retrato de desafío
"Fumar es mi mejor amigo", dijo Barry Blackwell. Blackwell encarna perfectamente el dilema de cómo la cultura de fumar ha cambiado, pero su hábito no lo ha hecho. Está tan estrechamente ligado al hábito, que aparece en una elegante serie de retratos que documenta la vida de los fumadores.
"Pensé que era interesante explorar por qué la gente sigue fumando a pesar de la repulsión pública", dijo Laura Noel, una fotógrafa profesional y profesora de la Universidad de Emory, quien desea convertir la serie en un libro.
Mientras fotografiaba estos retratos, notó la diferencia de edad entre los fumadores. Los fumadores jóvenes, comentó, lo disfrutan con una suerte de desafío ensayado: "Ves un poco más de adicción cuando las personas se hacen mayores".
Blackwell tiene casi 60 años y dirige el último estudio de revelado de fotografías en blanco y negro que queda en la ciudad de Atlanta, en el sureste de Estados Unidos. Dice que se ha aferrado a esta otra actividad pasada de moda (fumar) desde que las autoridades de salud de Estados Unidos empezaron a advertir en contra del hábito. Sin embargo, cuando empezó a fumar a los ocho años, no sabía nada acerca de los riesgos para la salud.
Blackwell creció en Carolina del Norte, región del tabaco. Pasaba los veranos trabajando en la granja familiar de tabaco. "Todos los que me rodeaban fumaban, todos", dijo.
"Cada habitación de la casa tenía un cenicero. No recuerdo que alguien en la escuela me dijera que eso estaba mal. Incluso recuerdo que cuando iba al médico para un chequeo regular, él me examinaba con un cigarro colgando de su boca. Era una forma de vida".
Cuando se alistó en la Marina, el gobierno le proporcionaba diariamente cigarrillos junto a sus alimentos enlatados. Con el transcurso de los años, sin embargo, su entorno que apoyaba el hábito de fumar cambió.
Fumar a pesar de las restricciones
Su propia madre dejó el hábito hace un par de décadas después de sufrir dolores en el pecho. "Me ha acosado desde entonces", dice Blackwell.
Pocos lugares públicos le permiten fumar. Incluso el parque donde Blackwell solía hacer ejercicio pasó a ser un entorno libre de humo el año pasado. Bromea acerca de que "se divirtió mucho cuando fumar era más aceptable socialmente" y dice que ahora es más difícil para él conseguir una cita.
"A las mujeres no les gustan los hombres que fuman", dijo.
Ahora se limita a fumar en una habitación de lo que llama su "cueva". Sin embargo, no se avergüenza de fumar, y se niega a mentir sobre ello, como lo hace aproximadamente el 40% de los fumadores de cigarrillos, según una firma independiente de investigación que llevó a cabo una encuesta reciente por encargo de la empresa de cigarrillos electrónicos V2 CIgs.
"La gente te ve con menos consideración cuando fumas", dijo Blackwell. Hasta los desconocidos le dicen que el cigarrillo lo matará cuando lo ven fumar. "Es uno de los pocos prejuicios socialmente aceptables que quedan".
Ha intentado
Hay una muy buena razón para ello.
Perder la capacidad de elegir
A pesar de que fumar daña tu salud, no lo notas al principio. Esa es la razón por la que la Organización Mundial de la Salud llama al tabaco un "asesino gradual".
Para cuando los fumadores pueden sentir los efectos, ya son adictos.
"Los fumadores generalmente empiezan a fumar cuando son adolescentes o jóvenes. Al principio, fuman en reuniones sociales", dijo Sherry McKee, directora del Laboratorio de Farmacología del Comportamiento de Yale.
"La mayoría de los fumadores jóvenes
"En última instancia, perderán su capacidad de tener la libre elección de fumar", dijo Jed Rose, el director del Centro Duke para Dejar de Fumar en Carolina del Norte.
"Entonces,
Las advertencias en los paquetes de cigarrillos han utilizado un lenguaje
En 1965, la ley federal de
En 2014, las cajetillas de cigarros en México llevarán la leyenda: "Tendrás una muerte lenta y dolorosa",
En contraste, las imágenes disuasivas en las cajetillas fueron prohibidas en Estados Unidos por un juez en 2011.
Adicción a la conducta
Mientras tanto, una fuerte combinación de factores fisiológicos y biológicos hacen que las personas sigan fumando.
"Los productos químicos de los cigarrillos trabajan en las estructuras en lo profundo del cerebro de un fumador, literalmente alterándolas para que el hábito se vuelva profundamente arraigado", dijo Rose. Con drogas como la cocaína, puede haber una incomodidad extrema por la abstinencia en los primeros días, pero luego desaparece.
"La adicción a la conducta de fumar puede ser mucho más fuerte que los síntomas de abstinencia a corto plazo de una droga dura", dijo.
Eso significa que los fumadores pueden ser más adictos a los comportamientos de fumar que a la nicotina. "
Decisiones de quienes dejan el hábito
Jones, de 36 años no recuerda por qué empezó a fumar. De hecho, dice que les prohibía a su madre y a su abuela que fumaran cuando iban con él en el auto.
Trató de dejar de fumar la primavera pasada, pero el alcohol era un factor desencadenante, indicó.
No puede evitar estar cerca del alcohol. Los domingos es el anfitrión del karaoke en un bar local y dice que eso siempre lo deja con deseos de fumar.
Esta vez el parche parece ayudar, pero interrumpe su sueño. "El parche me da pesadillas y me despierta a las 5 de la mañana", dijo Jones.
Va al gimnasio por la mañana y el
"Pensé cambiar todo de una vez,
Blackwell, mientras tanto, dice que renunció a intentar dejarlo. "Todavía corro y sigo saludable y he tenido muchos fumadores en mi familia que llegaron a cumplir más de 80 años de vida", dijo.
"Fumar siempre está conmigo, mucho después de que los amigos y las personas se han ido. Los cigarrillos siempre están aquí".