Los 8 peores países para practicar libremente la religión
Desde 1999, el Departamento de Estado de Estados Unidos rastrea los peores abusos de los derechos religiosos en el mundo. Como el reporte más reciente señala, nunca le ha faltado material. Las persecuciones de personas por su fe aumentan en todo el mundo.
Entre las tendencias más preocupantes, según el Departamento de Estado, están los “gobiernos autoritarios que restringen la capacidad de sus ciudadanos de practicar su religión”.
En el lenguaje burocrático, el Departamento de Estado llama a estos “países de preocupación particular”. Pero la designación puede venir con algo de violencia.
Sudán, por ejemplo, donde una mujer cristiana fue sentenciada a muerte por dejar el Islam, no es elegible para algunos tipos de ayuda extranjera.
Además de Sudán, aquí están los “ países de preocupación particular ” del Departamento de Estado. Podrías llamarlos “los peores lugares en el mundo para ser religioso”.
Birmania: El gobierno de Birmania pone un dominio absoluto en todas las religiones excepto en el budismo theravada, dice el Departamento de Estado.
Algunos funcionarios del gobierno incluso atraen a los no budistas a convertirse, y los musulmanes en el estado de Rakhine, particularmente musulmanes Rohingya, son sujetos a discriminación y violencia letal, según el Departamento de Estado.
China: El gobierno "acosó, detuvo, arrestó, o sentenció a prisión a varios adeptos religiosos por actividades relacionadas con sus creencias y prácticas religiosas, según reportes”, dice el Departamento de Estado.
Eso incluye encarcelar a los musulmanes Uigur, uno de ellos incluso fue sentenciado a 10 años en prisión por “vender material religioso ilegal”, y un clero católico fue arrestado por no pertenecer a la Asociación Patriótica Católica dirigida por el estado.
Eso palidece en comparación con la persecución de budistas tibetanos, según el Departamento de Estado, quienes sufrieron “una intensa represión oficial en monasterios y conventos que resultó en la pérdida de vidas, detenciones arbitrarias, y tortura”.
Eritrea: Solo cuatro grupos religiosos están oficialmente permitidos para practicar abiertamente la fe en esta nación africana; el resto no tienen suerte, están sujetos al encarcelamiento o a algo peor.
Así que si no eres un cristiano eritreo ortodoxo, un musulmán suní, un católico romano o un luterano evangélico, la vida podría ser difícil para ti aquí. Las detenciones duras para los disidentes son la norma, según el Departamento de Estado.
Irán: El respeto de este país de mayoría musulmana por los derechos religiosos en realidad disminuyó en años recientes, según el Departamento de Estado.
“Hubo mayores reportes de que el gobierno acusó a las minorías religiosas y étnicas de moharebeh (enemistad contra Dios), ‘propaganda antiislámica’, o crímenes de seguridad nacional vagos por sus actividades religiosas”, según el reporte del departamento.
Específicamente, el gobierno encarceló a numerosos miembros de la fe Baha’i y a Saeed Abedini , un pastor iraní-estadounidense que fue abusado física y psicológicamente, según el Departamento de Estado.
Corea del Norte: Los grupos de derechos humanos proporcionaron varios reportes de que miembros de iglesias clandestinas fueron arrestados, golpeados, torturados o asesinados debido a sus creencias religiosas, dice el Departamento de Estado.
La nación autoritaria encarceló hasta 200,000 prisioneros políticos, según el Departamento de Estado, muchos por motivos religiosos. El país desalienta cualquier actividad religiosa no sancionada por grupos oficialmente reconocidos. Kenneth Bae, un coreano-estadounidense que, según reportes, fue acusado de difundir el cristianismo en Corea del Norte, fue sentenciado en 2013 a 15 años de trabajo duro.
Arabia Saudita: La monarquía rica en petróleo ni siquiera pretende respetar los derechos religiosos de cualquier otra fe diferente al Islam.
El Islam suní es la religión oficial, y la constitución del país se basa en el Corán y las enseñanzas del profeta Mahoma. La práctica pública de cualquier otra religión está prohibida, según el Departamento de Estado, y las autoridades árabes decapitaron a un hombre en 2012 por participar en “brujería”.
Sudán: Este país ha estado en la lista del Departamento de Estado desde su creación en 1999.
Sudán penaliza la blasfemia y conversión del Islam, sentenciando a una mujer cristiana a muerte esta semana. También arrestó y deportó a cristianos occidentales sospechosos de difundir su fe.
La “policía moral” del país requiere obediencia estricta a su interpretación de la ley islámica, al golpear y apedrear a las mujeres acusadas de actuar “indecentemente”.
Uzbekistán: Técnicamente, las leyes de este país respetan los derechos religiosos.
Pero en la práctica, la nación de Asia central mantiene un control estricto de su población que en su mayoría es musulmana, según el Departamento de Estado.
“El gobierno continúa encarcelando a individuos con base en cargos de extremismo; ataca reuniones sociales y religiosas de comunidades religiosas registradas y no registradas; confisca y destruye literatura religiosa, incluidos libros sagrados; y desalienta a los menores para que no practiquen su fe”, dijo el departamento en su reporte de 2012.
Las personas encarceladas por cargos de “extremismo religioso” han sido golpeadas, torturadas e incluso asesinadas, según el Departamento de Estado.