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Una vacuna contra el VIH podría estar en camino de ser desarrollada

La prueba de hace algunos años en Tailandia mostró resultados prometedores, ahora se realizará otra en Sudáfrica
lun 01 diciembre 2014 09:59 AM
Una mirada a como ataca el virus del VIH a la sangre del infectado
Una mirada a como ataca el virus del VIH a la sangre del inf Una mirada a como ataca el virus del VIH a la sangre del infectado

"Solo se necesita que un virus pase para que una persona tenga una infección”, explicó el médico John Mascola.

Esto es cierto para cualquier infección viral, pero en este caso, Mascola se refiere al VIH y sus esfuerzos actuales para desarrollar una vacuna contra el virus. “Ha sido tan difícil fabricar una vacuna para el VIH/Sida”.

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Esas fueron las palabras de muchos que trabajaban en el desarrollo de la vacuna contra el VIH hasta que los resultados de una prueba en 2009 en Tailandia sorprendieron a todos. “El campo está energizado”, dijo Mascola, director del Centro de Investigación de Vacunas en el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, al describir el cambio en la atmósfera de la comunidad de las vacunas.

La prueba incluyó más de 16,000 voluntarios y fue la mayor prueba clínica realizada para una vacuna contra el VIH. También fue la primera en mostrar cualquier protección en lo absoluto en contra de la infección.

Dos vacunas previamente desarrolladas, conocidas como ALVAC-HIV y AIDSVAX, fueron utilizadas juntas, con la primera generando una respuesta inmunitaria contra el VIH y la segunda utilizada como un impulsador una vez que la inmunidad se desvanecía. El dúo redujo el riesgo de contraer VIH en un 31.2%; una reducción modesta, pero era un inicio.

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Hasta la fecha, solo cuatro vacunas han llegado a ser probadas para su eficacia para identificar sus niveles de protección contra el VIH. Solo esta mostró algo de protección.

“Esa prueba fue esencial”, dijo Mascola. “Antes de eso, no se sabía si una vacuna podría ser posible”.

En años recientes, hubo resultados paralelos de una naturaleza esencial similar en el campo de la prevención del VIH, incluido el descubrimiento de que las personas que tomaban su tratamiento antiviral reducían sus probabilidades de transmitir el VIH en un 96% y que los hombres que están circuncidados reducen su riesgo de infección heterosexual en aproximadamente 60%.

Hubo acceso mejorado a antiretrovirales y las campañas para aumentar la circuncisión masculina en poblaciones de alto riesgo desde los descubrimientos y aunque las cifras de nuevas infecciones se reduce, no se reduce lo suficientemente rápido.

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En 2013, se estimó que 35 millones de personas vivían con VIH mundialmente. Todavía hubo 2.1 millones de infecciones nuevas en 2013, y por cada persona que comenzó un tratamiento contra el VIH el año pasado, 1.3 personas eran infectadas con el virus, según UNAIDS. Una vacuna permanece como esencial para controlar la epidemia.

Una bestia compleja

Científicos como Mascola dedican sus carreras a encontrar una vacuna, y su camino ha sido duro debido a la naturaleza inherentemente complicada del virus, su aptitud para mutar, su cambio constante para evadir el ataque inmunitario y su capacidad de atacar las células inmunitarias que deben bloquearlo.

Hay nueve subtipos de VIH que circulan en poblaciones diferentes en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud y una vez que está dentro del cuerpo, el virus puede cambiar continuamente.

"Dentro de un individuo, tienes millones de variantes”, explicó el médico Wayne Koff, consejero científico de la Alianza Internacional de Vacunas contra el Sida .

El VIH invade el cuerpo al añadirse y matar células CD4 en el sistema inmunitario. Estas células se necesitan para enviar señales a otras células para generar anticuerpos contra virus como el VIH y destruir estos permite que el VIH cause infecciones crónicas en aquellos que tienen el virus.

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Sarampión, polio, tétanos, tos ferina; para nombrar algunas, todas tienen vacunas disponibles para protegerlos de infecciones potencialmente mortales. Pero su biología aparentemente es simple en comparación con el VIH.

“Para las más antiguas, identificas el virus, lo desactivas o lo debilitas, y lo inyectas”, dijo Koff. “Engañas al cuerpo para que piense que está infectado con el virus y cuando estás expuesto, sumas una gran respuesta inmunitaria”.

Esta es la premisa de todas las vacunas, pero el cambio del VIH significa que el objetivo cambia constantemente. Se necesita una nueva ruta y la biología rara del virus necesita entenderse. “En el caso del VIH, el viejo enfoque empírico no va a funcionar”, dijo Koff.

Los científicos identificaron regiones conservadas del virus que no cambian tan rápidamente, lo que las hace objetivos clave para el ataque por parte de anticuerpos. Cuando el éxito de la prueba tailandesa fue estudiado a nivel molecular, la protección parecía reducirse a atacar algunas de esas regiones conservadas. Ahora es tiempo de dar un paso adelante.

En enero, el éxito leve en Tailandia se aplicará en Sudáfrica, donde más del 19% de la población adulta vive con VIH. El país es solo el segundo después de Suazilandia en tener las mayores tasas de VIH en el mundo.

“La vacuna tailandesa fue hecha para que las cepas (de VIH) circulen en Tailandia”, dijo el médico Larry Corey, investigador principal de la Red de Pruebas de Vacuna contra el VIH , que lidera la próxima prueba en Sudáfrica. La cepa, o subtipo, en este caso era el subtipo B. “Para Sudáfrica, formamos una cepa con características comunes a (esas) que circulan en la población”. Esta región del mundo tiene un subtipo C.

Un componente adicional, conocido como un adyuvante, es añadido a la mezcla para estimular un nivel de inmunidad más fuerte y, a lo mejor, más duradero. “Sabemos que la durabilidad de la prueba tailandesa se desvaneció”, dijo Corey. Si las pruebas de seguridad salen bien en 2015, mayores pruebas para el efecto protector se llevarán a cabo al año siguiente. Una vacuna ideal ofrecería protección duradera, o al menos durante una década, como con la vacuna de la fiebre amarilla.

Un ataque amplio

La emoción ahora que impulsa a los investigadores no solo se deriva de una prueba modestamente exitosa sino de los éxitos recientes en el laboratorio e incluso de los pacientes con VIH.

Algunas personas con VIH producen naturalmente anticuerpos que son efectivos para atacar al virus del VIH en muchas de sus formas. Debido a la gran variabilidad del VIH, cualquier medio de atacar estas partes conservadas del virus será atesorado y el éxito recién descubierto viene en la forma de estas células inmunitarias; conocidas como “anticuerpos ampliamente neutralizadores”. Los científicos, incluido Koff, propusieron identificar estos anticuerpos y descubrir si se unen a la capa exterior del virus.

La capa exterior, o capa de proteína, del VIH es lo que el virus usa para añadirse y entrar a las células dentro del cuerpo. Esta misma capa de proteínas es lo que a los desarrolladores de la vacuna les gustaría que nuestros anticuerpos atacaran, para prevenir que el virus entre a nuestras células. “Anticuerpos ampliamente neutralizadores” podrían tener la clave debido a que, como su nombre lo sugiere, tienen una remisión amplia y pueden atacar muchos subtipos de VIH. “Encontraremos el talón de Aquiles del VIH”, dijo Koff.

De las 1,800 que tienen VIH, Koff y su equipo encontraron que el 10% formó alguno de estos anticuerpos y que solo el 1% tenía anticuerpos extremadamente amplios y potentes contra el VIH. “Los llamamos los neutralizadores elite”, dijo sobre el último grupo. Sin embargo, el problema es que estos anticuerpos se forman demasiado tarde, cuando las personas ya tienen la infección. De hecho, normalmente solo se forman un poco después de la infección. El objetivo de los equipos de las vacunas es hacer que el cuerpo produzca estos antes de la infección.

"Queremos anticuerpos antes de su exposición al VIH”, explicó Koff. La forma para hacer esto se remonta a lo básico: engañar al cuerpo para que crea que está infectado.

“Podemos comenzar a fabricar vacunas que son imitaciones muy parecidas al virus”, dijo Mascola.

Los equipos en su centro de investigación ganaron un vistazo detallado a la estructura del VIH en años recientes, particularmente la capa exterior, donde toda la acción se lleva a cabo. Sintetizar solo la capa exterior de un virus en el laboratorio e inyectar esto a humanos como una vacuna “causaría una respuesta inmunitaria suficiente en contra de varios tipos de VIH”, dijo Mascola.

La vacuna no contendría el virus, o cualquiera de su material genético, lo que significa que aquellos que la reciban no tendrían riesgo de contraer VIH. Pero por ahora, esta área nueva permanece como eso: nueva.

“Necesitamos resultados en humanos”, dijo Mascola.

Se necesitan rondas de desarrollo, pruebas de seguridad y luego pruebas formales en poblaciones de alto riesgo, pero si sale bien. “En 10 años, podría haber una vacuna de primera generación”. Si se ve protección mejorada en Sudáfrica, una vacuna de primera generación podría estar con nosotros pronto.

Generando un impacto

Cuando se crean vacunas, el nivel deseado de protección normalmente es entre 80% y 90%. Pero la alta carga de VIH y el impacto potencialmente benéfico de niveles menores de protección garantizan una licencia a un menor porcentaje.

“Más del 50% merece una licencia desde una perspectiva de salud pública”, dijo Koff, lo que significa que a pesar de menos protección de cualquier contacto con el virus del VIH, incluso una vacuna parcialmente efectiva salvaría muchas vidas con el paso del tiempo.

Las próximas generaciones incorporarán avances, como anticuerpos neutralizadores, para intentar aumentar la protección hasta el 80% o 90% deseado.

"Esa es la historia de la investigación de la vacuna; la desarrollas con el paso del tiempo”, dijo Corey. Ha trabajado en el campo por más de 25 años y sintió la lucha. “No creía que esto duraría o sería así de difícil… pero ha sido interesante”, plantea.

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Pero hay luz al final del túnel.

“No ha habido un virus controlado sin una vacuna”, concluyó cuando explicó por qué, a pesar de los antiretrovirales, circuncisión y mayor conciencia, la necesidad de una intervención única como una vacuna sigue siendo fuerte.

“La mayoría de las personas que lo transmiten ni siquiera saben que lo tienen”, dijo. “Para llegar a esa epidemia, para decir que lo controlaste, necesitas una vacuna”.

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