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Las Vegas, un paraíso seductor del juego… y de las compras

Con cientos de tiendas de marcas de renombre, una apuesta segura en Las Vegas siempre será el de las compras
jue 11 diciembre 2014 11:03 AM

Para quienes caen en la categoría de “desafortunados en el juego”, Las Vegas ofrece una apuesta mucho más segura: la de las compras

En Las Vegas, todas las marcas compiten por ser la más deseada, por tener la tienda más grande y el artículo más exclusivo. Pero no es tan complicado dominar el panorama –sólo se necesitan unos zapatos cómodos, un buen ojo para comparar ofertas y la disposición de regresar de la "Ciudad del Pecado" a tener un doloroso encuentro con tu estado de cuenta.

Empecé la jornada justo donde nació el culto a las compras en Las Vegas hace un par de décadas: The Forum Shops at Caesars, el primer centro comercial de lujo de la ciudad. A pesar de que este mall ya tiene sus añitos, se siente bastante nuevo –aunque, en teoría, nos debería hacer sentir como si estuviéramos en la Antigua Roma–, pues todos sus aparadores están cuidadísimos y la oferta de tiendas está en constante actualización.

Una de las aperturas más recientes es Mulberry, que está estrenando su primera locación en Las Vegas con sus lindísimas bolsas: la clásica Bayswater rectangular en varios colores y la Panel Alexa con grandes hebillas, creada en honor a Alexa Chung, además, de la colección diseñada exclusivamente para esta tienda, llamada Las Vegas Capsule, que incluye bolsas con detalles brillosos... muy Vegas.

Otra novedad es REDValentino, la marca más excéntrica de la casa de moda italiana que abrió aquí a finales de 2013. Con su colección otoño/invierno: encajes, holanes, polka dots y hasta un suéter con la cara de Blanca Nieves, esta línea combina perfectamente lo femenino con lo provocador; algo así como si trasladáramos un cuento de hadas a las calles de Londres.

Para recargar energías a media sesión de compras, el Gordon Ramsay Pub & Grill en el casino del Caesars, con un menú accesible, perfecto para una comida o cena sin pretensiones. Como el efecto de varias horas recorriendo el mall ya estaba haciendo de las suyas, me salté las más de 20 cervezas de barril y me fui directo a la lista de cocteles. El East Side, con Bombay Sapphire, menta, pepino, jugo de limón y jarabe natural, inmediatamente cumplió con su promesa de refrescarme y despertarme. Para comer: sopa de tomate con un toque de pesto de albahaca, sándwich de pollo con aguacate y provolone y flan de cereza con vainilla.

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Una vez recuperados, el recorrido continúa en viejas marcas conocidas como Banana Republic, Lucky Brand, Anthropologie y un enorme H&M de tres pisos que tiene como nueva vecina a la marca inglesa All Saints, estrenando la que es su segunda tienda más grande del mundo.

Leer: Las Vegas, compras para todos

Prácticamente sólo tuve que cruzar la calle para llegar a las Grand Canal Shoppes en los hoteles Venetian y Palazzo.

Igual que el Forum, este mall recrea una ciudad italiana, y también tiene ese desorientador techo pintado de cielo, ideal para cualquier shopaholic a quien no le interesa saber qué hora es ni cuánto tiempo lleva comprando. Para esta parada tenía un objetivo muy específico: zapatos con tiendas como Bottega Veneta y Jimmy Choo, además de Christian Louboutin.

Frente a Louboutin está otra visita obligada en Grand Canal: Diane von Furstenberg. Su Wrap Shop tiene varios modelos del famosísimo (y extremadamente favorecedor) wrap dress, el vestido envolvente que creó la diseñadora belga.

Antes de dar por concluída las compras del día, entré a dar una vuelta (aunque sea de admiración) a Barneys New York, tan amplio y bonito que parece una galería donde se exponen las obras de arte de maestros como Rick Owens, Prabal Gurung y Alaïa.

Como era de esperarse, para este momento ya volvían a atacarme el hambre y el cansancio, y saltando la concurridísima réplica de la Piazza San Marco, llegas al nuevo restaurante de Daniel Boulud en el Venetian: db Brasserie, donde puedes disfrutar un ligero plato de linguini du sud con mariscos y arúgula en salsa de limón y azafrán y –¿por qué no?– un Mezcal Mule (mezcal Monte Albán, maracuyá, jugo de limón y cerveza de jengibre), servidos en un bonito espacio afrancesado, me trasladaron por un momento a la tierra natal del chef Boulud. Pero rápidamente volví a Las Vegas; después de todo, no son muchas las ciudades en las que se puede comer en los restaurantes de dos de los chefs más reconocidos del mundo en un mismo día.

100% lujo

“¡Ah, mexicanos! ¡Nos encantan los clientes de México!”. Así nos recibió Harinder, el mánager de Brunello Cucinelli en The Shops at Crystals, el centro comercial del hotel Aria, con sus suéters, blusas, abrigos y trajes perfectamente trabajados.

Crystals es una de las más recientes adiciones al paisaje de compras en la avenida principal de Las Vegas conocida como el Strip o la Franja.

Aquí, dicen, “la tienda más barata es Tiffany & Co.”, lo que significa que en el directorio se leen nombres como Emilio Pucci, Fendi, Mikimoto, Céline y Balenciaga, además de los locales de Louis Vuitton y Prada más grandes del país, y la tienda de Stella McCartney, hija del exbeatle, con sus colecciones de otoño e invierno.

Paseando por Crystals me topé con la instalación de luz de James Turrell, Shards of Color, que desde el año pasado pinta de tonos azules, morados y rosas las ventanillas de una de las paredes del edificio. Pasado el paréntesis cultural, era hora del gastronómico en restaurante del chef español Julián Serrano, en el lobby del Aria, un espacio amplio, alegre y bastante iluminado –cosa que no es muy común en estos rumbos– con un extenso menú de tapas que incluye algunas clásicas, como piquillos rellenos de queso de cabra y patatas bravas, y otras con un toque más creativo, como gazpacho de langosta y pan campesino con solomillo, queso brie, miel y nueces. También hay paellas, ensaladas y bocatas, pero entre tantas opciones, lo que no hay que perderse son las sangrías con fruta en reposo por más de 24 horas, lo que intensifica el sabor.

La siguiente parada fueron las tiendas de la Esplanade en el Wynn y Encore que a diferencia de los lugares anteriores no es un centro comercial como tal, sino que cada una de las torres tiene un amplio pasillo con tiendas en el nivel del casino, inteligentemente ubicadas de forma que es casi obligatorio pasar por ahí cada vez que se camina de una parte del hotel a otra. Por eso no me sorprendí tanto al enterarme de que el promedio de compra en Nicholas Kirkwood es de ¡tres! pares de zapatos por cliente, o de que en esta boutique de Louis Vuitton se originó el concepto del handbag bar, donde el vendedor te sienta en una barrita mientras te describe las características de cada una de las bolsas.

El clásico, con un toque de Las Vegas

En el más estricto sentido, el Fashion Show Mall es lo más cercano al típico centro comercial de Estados Unidos que a todos nos encanta. Pero, siendo esto Las Vegas, nada puede ser “típico”, así que aquí, además de la mezcla de tiendas de diseñador con departamentales como Neiman Marcus, el food court y los restaurantes, hay una pasarela donde se llevan a cabo desfiles de moda los fines de semana, presentados por las marcas más destacadas del centro.

Leer: Londres, comer, comprar, pasear

Casi a la entrada del mall está Topshop, el paraíso del fast fashion y un destino para ropa de fiesta como la tienda recién abierta Ted Baker con colecciones llenas de flores y alegres tonos pastel.

Una fresa gigante cubierta de chocolate en Godiva puede ser otra opción en esta ida de compras.

Siguiendo el recorrido, encuentras el Vilebrequin con sus nuevos trajes de baño de mujer y su colección Around the World inspirada en viajes a destinos como Hong Kong, Nueva York y México.

Este es un fragmento de un artículo publicado en la edición de octubre de 2014 de la revista Travel+Leisure, que es parte de Grupo Expansión. La firma edita en México 17 revistas y 11 sitios de internet, entre ellos CNNMéxico.

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