Una explicación psicológica sobre los regalos que debes dar en Navidad
Atención, compradores de último minuto: lamentamos que aún no tengan ni idea de qué van a comprar para sus amigos y familiares en esta temporada navideña. Así que les preguntamos a algunos psicólogos cómo funciona la mente para hacer un gran regalo de acuerdo con eso.
No hay una investigación profunda que te diga definitivamente cuál es el regalo correcto. Se han hecho muchos estudios sobre el dar, pero son relativamente menores, así que no hay una receta a toda prueba que te indique cómo demostrar tu aprecio a una persona determinada. Sin embargo, los expertos tienen algunas ideas sobre los aspectos subyacentes del dar regalos que podrían ayudarte en esta temporada.
Estas son algunas de las ideas que hay que tener presentes:
Experiencias frente a posesiones
Las investigaciones sobre psicología indican que las experiencias nos hacen más felices que las posesiones. Eso se debe a que cuando te acostumbras a ver todos los días algo que posees, la euforia que te causa el objeto se desvanece.
Por otro lado, las experiencias siguen dándonos placer cuando las recordamos.
Ryan Howell, profesor asistente de Psicología de la Universidad Estatal de San Francisco, dirigió unos estudios en los que se demostró que cuando la gente piensa en las cosas que han comprado para sí recientemente, es más probable que reporten una mayor satisfacción respecto a ellas si consideran las experiencias. Eso sucede tanto al momento de la compra como después de la experiencia.
Esto coincide con un estudio de 2003, titulado To do or to have: That is the question (hacer o tener, esa es la cuestión) de Leaf Van Boven y Thomas Gilovich, en el que se muestra de forma similar que, según los datos que los participantes reportaron, parece que las personas están más felices de comprar experiencias que objetos.
Sin embargo, no está claro si eso ocurre siempre que se dan regalos. Gilovich dijo a CNN anteriormente que dar y recibir un regalo es, en sí, una experiencia, y que los objetos que recibes pueden adquirir valor sentimental que incrementa con el tiempo y se vuelven tesoros.
También puedes tener éxito si aprovechas que conoces bien a la otra persona y les das una experiencia que lo demuestre, dijo Howell. Howell recuerda que como a su madre le gusta hacer edredones, le pagó un retiro para eso.
"La clave es la conexión con la otra persona", dijo Howell.
Dales lo que quieren
Tal vez te complazca mucho pensar en cuál sería el regalo perfecto para una persona en particular. Pero las investigaciones muestran que tus instintos sobre qué tan cierto es que "la intención es lo que cuenta" probablemente están errados.
Yan Zhang y Nicholas Epley publicaron en 2012 un estudio en la revista Journal of Experimental Psychology en el que lo demuestran. Los participantes tienden a considerar primero si les gustó el regalo o no. Si no les gustó, entonces ponderan tus intenciones, como si pensaran en por qué les regalaste algo tan horrible.
Pensar detenidamente en el regalo puede brindarte cierta protección, dijo Epley, profesor de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago. Pero no necesariamente aumenta el aprecio que la persona sentirá por el regalo.
"Si tratas de hacer feliz a quien da un regalo (sic), algo por lo que se sentirán realmente agradecidos, dales lo que quieren", dijo Epley.
En cuanto a la consideración, pareciera que es el dador quien cosecha más beneficios que el receptor al pensar mucho en un regalo, dijo Epley.
"Esos pensamientos cuentan porque hacen que el dador se sienta más cercano al receptor del regalo", explicó.
¿La opción segura?
Sin embargo, Dan Ariely, profesor de Psicología y Economía Conductual de la Universidad de Duke, desea que la gente se arriesgue más al elegir un regalo.
Cuando no sabes qué regalarle a alguien, es tentador recurrir a regalos que de todas formas no duran mucho, tales como flores o chocolates. No ocupan mucho espacio y si no le agradan al receptor, no importa, dijo Ariely. No serás tan responsable de que las cosas salgan mal.
Pero si quieres impresionar a alguien, es mejor que te arriesgues y elijas algo que verdaderamente sobresalga, señaló.
"Trata de dar algo que la persona nunca hubiera pensado en comprar para sí", dijo Ariely.
Esta temporada, Arieley regalará unos buenos audífonos y unas "plumas muy finas", lujos que son útiles pero que una persona no buscaría usualmente para sí. También regalará unos gorros graciosos y zapatos con rueditas, artículos que los adultos podrían no comprar para sí por sentirse incómodos.
Con todo, Epley advierte que es más probable que hagas feliz a alguien al darle exactamente lo que quiere.
"Descubrimos que al dar regalos, nuestros instintos sobre el dar regalos están equivocados", dijo.
Tarjetas de regalo contra efectivo
En nuestra vida diaria, muchas compras conllevan un elemento de culpa, dijo Ariely. Si das dinero en efectivo o una tarjeta de regalo que se puede usar en todas partes, tu amigo podría sentirse tentado a comprar abarrotes o gasolina o a satisfacer alguna otra necesidad que deja de parecer un regalo.
Ariely cree que si das una tarjeta de regalo que debe usarse en una tienda, restaurante o centro de entretenimiento en específico, tal vez se elimine la culpa que una persona siente por gastar dinero para consentirse. De hecho, esencialmente crearás una experiencia para esa persona al disuadirla a ir a un lugar en particular al que de otra forma no iría.
Un certificado de regalo para un spa es un ejemplo popular, señaló Ariely. "Si solo puedes gastarla en cosas para las que de otra forma no te darías el lujo, entonces es más valiosa", agregó.
Para hombres o para mujeres
Se han hecho algunas investigaciones que indican que los hombres ven los regalos de forma diferente a las mujeres. Jeff Huntsinger, profesor asistente de Psicología en la Universidad Loyola de Chicago, publicó en la revista Social Cognition en 2008 un estudio que hizo con sus colegas sobre la forma en la que los regalos influyen en las relaciones.
Los investigadores hicieron una serie de experimentos con hombres y con mujeres: les hicieron creer que su pareja romántica les había dado un regalo bueno o uno malo y luego les pidieron que expresaran su opinión sobre su pareja y su relación.
Resultó que sin importar si el regalo era bueno o malo, las mujeres pensaban que su novio era parecido a ellas y que seguirían juntos por mucho tiempo. Por otro lado, los hombres reaccionaron de forma más negativa a los regalos malos y era más probable que pensaran que su novia era muy diferente y predecían que su relación terminaría más pronto.
Esto no debería aplicarse generalmente al público, ya que es un solo estudio y no están claras las implicaciones, dijo Huntsinger. Pero tal vez en el caso de regalos más modestos, las mujeres que reciben regalos malos tal vez no los tomen de forma tan negativa como los hombres. Se necesitan más investigaciones para saberlo con certeza.
"Lo interesante de los regalos es que pueden ser un indicador de que entendemos a la otra persona", agregó Huntsinger.
Hacer felices a todos
Es importante determinar cuál es la felicidad que tratas de maximizar al dar un regalo, explicó Ariely. Si es la felicidad del receptor, dale lo que a esa persona le gustaría más. Si es tu propia felicidad, da lo que te haga más feliz dar. Si es la felicidad de la relación la que te preocupa, Ariely aconseja que consideres en qué circunstancias te recordaría esta persona, cómo pensaría en ti.
Si vas a comprar varios regalos para una sola persona, como una esposa o un hijo, puedes probar con una combinación de regalos solicitados y sorpresas, señaló Epley. Pero él se muestra un poco más pesimista respecto a las tarjetas de regalo.
"En tanto reconozcas que esos regalos son realmente para ti tanto como para el receptor, entonces creo que está bien", dijo. "Pero no te decepciones si no aprecian tu intención".