Caricias que hipnotizan

Desconocer las respuestas del cuerpo ante determinados estímulos es un factor que a menudo, impide a muchas personas disfrutar plenamente del sexo. Las zonas erógenas son las áreas más sensibles que tienen los seres humanos, y reaccionan erótica y sensualmente al contacto de una caricia.

Descubrirlas y explorarlas, dándoles el tiempo adecuado en la intimidad, une a las parejas y las hace conocerse mejor, lo cual a su vez se traduce en un mayor placer para ambos. 

Un zona erógena no es necesariamente una zona tabú; por ejemplo, el rostro de las mujeres posee diversas zonas erógenas que van desde el nacimiento del cabello hasta la frente, las sienes, las cejas, los párpados y las mejillas.

Las mujeres prefieren caricias sutiles y plenas en el rostro; para muchas la boca es una de las zonas más excitantes, ya que puede ser estimulada rápidamente a través de los dedos o los besos y es un detonante femenino que puede encender de inmediato todo el cuerpo haciéndolo reaccionar.

Por su parte, el cuello es lo que se denomina una "zona bomba", porque hace estallar a la persona maravillosamente, sobre todo cuando se estimula la parte posterior y los costados.

Se ha comprobado que los hombres que permiten que les den besos en el cuello, aceptan a su vez recibir caricias semejantes en todo el cuerpo, que puede ser estimulado por una amante atenta, haciendo que su amado disfrute lo mejor del momento. Lo mismo ocurre de parte de ellos hacia ellas.

Puedes aderezar el momento con el anillo vibrador de SICO; es muy divertido y a ambos les encantará.

Filosofía Oriental

Esta filosofía recomienda iniciar las caricias sensuales frotando previamente las manos. "El frotamiento debe ser enérgico y durar por lo menos 30 ó 40 segundos."

Ambas manos poseen una polaridad inversa y cuando se colocan sobre el cuerpo de la pareja, estos dos polos dinamizados por la fricción generadora de calor, producen una poderosa acción tonificante.