Aunque carece del poder de procesamiento de un iPad Pro, el de 10.2 pulgadas fue capaz de correr sin un solo problema todas las aplicaciones de edición de foto, video, texto e incluso varios juegos de Apple Arcade sin problema.
En rendimiento de batería, Apple asegura hasta 10 horas de navegación web o ver videos en WiFi. Más allá de esta promesa, al hacer un uso intenso de este (dedicado a trabajar con el equipo) nos ofreció entre día y medio a dos días de carga.
Es una lástima que Apple aún mantenga modelos como el iPad Air y el iPad con el puerto Lightning contrario a moverse hacia el ecosistema de USB C, que haría a la tablet mucho más útil al permitir la conexión y uso de varios dispositivos que van desde memorias USB, sistemas de audio o monitores adicionales.
El secreto está en iPad OS
Sin embargo, el cambio más importante para la nueva iPad no es su hardware, sino la llegada de iPad OS. El nuevo sistema operativo (disponible en modelos tan antiguos como iPad de quinta generación), no es sólo una simple actualización, es la actualización más importante en la historia de la tableta porque por primera vez su funcionamiento no está pensado para vivir en iPhone y ajustarse a las iPads, se trata de un sistema pensado y creado en los usuarios de la tableta y su necesidad para trabajar y crear contenidos, no sólo consumirlos de forma eficiente.
Lo mejor es que Apple no limitó las ventajas de iPad OS a su equipo más profesional, el iPad Pro. Todas las funciones nuevas del sistema, como la posibilidad de contar con pantalla dividida para dos aplicaciones, hasta consultar contenido de tantas apps como quieras vía la función de Slide Over están disponibles en cualquier iPad.
La capacidad de consultar, arrastrar, copiar o comparar contenido hacen de la experiencia de tener un iPad algo mucho menos frustrante. No puedo contar la cantidad de veces que gracias a pequeños cambios como esos, evité la necesidad de correr a mi computadora para poder enviar, consultar o terminar algún pendiente laboral.
No solo eso, aunque suene absurdo, por fin Apple decidió permitir que Files funcionara como lo que tendría que haber sido desde el principio: una central de archivos guardados en la memoria de la tablet o en la nube de iCloud en la que el usuario puede consultar, abrir o manipular casi cualquier tipo de archivo compatible con MacOS.