La nube (cloud) ha modernizado las cadenas de valor a través de tecnologías como blockchain, automatización e inteligencia artificial, entre otras más.
Sin duda, la nube es un catalizador de la innovación de los modelos de negocio en especial para las empresas en crecimiento de Latinoamérica.
De acuerdo con Rajeev Gupta, Country Head para México en Tata Consultancy Services (TCS), empresa multinacional de consultoría y servicios de tecnología de la información, la habilitación de la nube catapulta a cualquier organización hacia un valor comercial exponencial.
“La nube es la base de todos los paradigmas empresariales y tecnológicos recientes”, agrega.
Por otro lado, la flexibilidad otorgada por la nube permite a las empresas lograr una escala adecuada para sus propósitos, con el fin de expandir o contraer sus capacidades tecnológicas, según sus necesidades.
Gupta también comenta que las organizaciones que utilizan un entorno basado en la nube experimentan beneficios importantes como una mejor capacidad para analizar datos, además de menores costos operativos y de capital.
América Latina está caminando en este sentido, ya que se estima que un 62% de las compañías en la región ya ha hecho uso de alguna solución en la nube pública.
Sin embargo, un reto aún vigente es la necesidad de que las fuerzas laborales estén capacitadas en esta nueva tecnología.
“Sin duda, hay un reemplazo de posiciones y habilidades requeridas que implican una actualización de conocimientos muy específicos, lo cual presenta una dificultad inicial”, afirma Gupta.
En resumen, las empresas ven a la nube como un habilitador de negocios para competir en la era digital. La tendencia es que trasladen sus operaciones a ese entorno.
TCS ofrece una hoja de ruta de migración a la nube alineada con los propósitos específicos de las compañías.
“Apoyamos a las empresas a definir, diseñar e implementar servicios en la nube mediante la evaluación de aspectos como la seguridad, la gestión de costos y la mejora continua”, señala Gupta.
TCS ayuda a las empresas a redefinir su estrategia de transición para garantizar una migración sin problemas de aplicaciones a la nube pública e híbrida.
De este modo, las tecnologías digitales pueden facilitar como nunca antes que las organizaciones asuman riesgos, reduzcan tiempos de operación y experimenten con nuevos productos o ideas.
