Blockbuster pasa a manos pesadas
De aquí, el resto es historia. En 1987, Cook vendió un tercio de sus acciones a un grupo de inversionistas que incluía a Wayne Huizenga, empresario americano que fundó Waste Management, una de las empresas de recolección de desechos más grandes. Ese mismo año, Donald Flynn, director financiero de la misma compañía, invirtió 18.6 millones de dólares en el stock de Blockbuster. Con este movimiento, dos meses después, Cook cedió la compañía que fundó a Huizenga.
Sin embargo, varias de las políticas de los Cook permanecieron bajo el mando de Huizenga. Por ejemplo, los horarios de 10:00 horas hasta medianoche; una plazo de renta de tres días (lo cual incitaba a los clientes a rentar más de una película); y seguir ampliando sus títulos constantemente. ¿Te suenan familiares?
Bajo el mando de Huizenga, Blockbuster comenzó un plan de expansión por todo el país. Para 1988, ya era una cadena líder en renta de vídeos con casi 400 tiendas por todo Estados Unidos. A finales de 1989, inauguraron su local número 1,000, y decidieron expandirse a otros territorios.
Invirtieron en una campaña de 25 millones de dólares con compañías de comida rápida, tales como Domino’s Pizza y McDonald’s. Adicionalmente, comenzaron sus operaciones en el Reino Unido y empezaron a planear las de Australia y el resto del este de Europa.
Uno de los movimientos más importantes de Blockbuster en 1990 fue la adquisición de Erol’s -una cadena de venta de videos y equipos electrónicos- por una suma de 40 millones de dólares. Fue así como la empresa también comenzó a rentar videojuegos para consolas como Sega Genesis.
Pero la verdadera controversia surgió en 1994, cuando se enfrentaron con un panorama completamente distinto. La televisión era ya muy popular y tenían que enfrentarse a un gigante de los medios: Viacom. Este fue un conglomerado mediático estadounidense que contaba con marcas como MTV y Nickelodeon. Es aquí cuando decidieron aliarse, con una inversión de Blockbuster de 4.7 millones de dólares. Esto le costó a Blockbuster una pérdida de confianza en sus inversionistas.
Huizenga cedió su rol en la compañía, y fue reemplazado por Steven Berrard. Pero Berrard no duró mucho. En verano de 1997, el empresario John Antioco se convirtió en el nuevo - y último- CEO de la empresa. “Decidí unirme a Blockbuster por un par de razones: me gustaba la marca; vi muchos detalles que podían resolverse rápidamente; y nunca pensé que la tecnología iba a amenazar tan rápido a Blockbuster como lo sí lo pensaron los críticos” escribió Antioco para Harvard Business Review en un artículo titulado “How I Did it: Blockbuster’s Former CEO on Sparring with an Activist Shareholder .