Lo que ocurrió es que Aylo, anteriormente conocida como MindGeek, opera varios sitios web que permiten a terceros publicar y distribuir contenido para adultos. Pero entre 2016 y 2019 la empresa recibió numerosos mensajes de mujeres que afirmaron haber sido engañadas para filmar videos para las compañías GirlsDoPorn y GirlsDoToys, y que los videos se publicaron en Pornhub.com sin su consentimiento.
La primera demanda sucedió en 2017 y fue presentada por víctimas de las compañías. A pesar de ello, Aylo continuó alojando los videos y beneficiándose de su asociación con las productoras, según fiscales.
Posteriormente, en 2019, varios operadores de GirlsDoPorn y GirlsDoToys fueron acusados en California de trata de personas y otros delitos relacionados por "engañar y coaccionar" a mujeres jóvenes para que aparecieran en videos pornográficos que luego se publicaron en línea sin su consentimiento.
Aylo no eliminó completamente los videos de sus plataformas hasta finales de 2020, según fiscales. En un comunicado obtenido por el New York Times, Aylo dijo que "lamenta profundamente" haber alojado contenido producido por GirlsDoPorn y GirlsDoToys. De acuerdo con ABC News, la compañía recibió más de 100,000 millones de dólares de GirlsDoPorn y 764,000 millones de dólares por pagos de anunciantes.
La empresa afirmó que si bien la productora proporcionó documentación que pretendía ser formularios de consentimiento firmados por las mujeres, ahora comprende que esos formularios se obtuvieron "mediante fraude y coerción".
El acuerdo, conocido como un acuerdo de enjuiciamiento aplazado, requiere que la empresa pague una multa de más de 1,800 millones de dólares y se le asigne un monitor para revisar contenido y abordar informes de contenido ilegal en sus plataformas. A cambio, permitiría que se retirara el cargo contra Aylo después de tres años.
De acuerdo con la ONG Fight the New Drug, en el caso de la pronografía, un “sí” solo es válido si el “no” es una opción legítima, pues una de las formas más comunes de trata en la industria de la pornografía es la coacción que ejercen los agentes y productores.
La pornografía y el tráfico sexual
Cuando Jane Done cumplió 22 años tomó un vuelo a San Diego para participar en lo que le dijeron sería un trabajo de modelo fitness. Pero lo que no sabía es que al llegar “la recibieron varios hombres que le quitaron el teléfono, la intimidaron para que firmara un contrato que no podrá leer, le dieron drogas y alcohol y la encerraron en una habitación de hotel” para ser violentamente violada ante las cámaras durante más de seis horas. Este testimonio lo reportó la ONG Fight the New Drug .
De acuerdo con la ONG, este video se difundió en el sitio web GirlsDoPorn y se publicó en casi todos los principales sitios de pornografía, utilizando incluso el nombre legal de la víctima. A pesar de que los propietarios de GirlsDoPorn fueron finalmente acusados de tráfico sexual, tuvieron millones de espectadores y operaron sin control durante 11 años, mientras los videos siguen en internet.
Según los casos informados a la Línea Directa Nacional de Trata de Personas en los Estados Unidos, la pornografía fue la tercera forma más común de trata sexual, después de los servicios de acompañantes y los negocios de masajes ilícitos. En 2019 se identificaron 22,362 víctimas, siendo en su mayoría mujeres (15,222) y en un menor porcentaje, hombres (3,003).
Además, la gran mayoría de las víctimas de la trata de personas proceden de poblaciones vulnerables y de los aproximadamente 24.9 millones de víctimas de trabajos forzados, se calcula que 4.8 millones -alrededor del 19%- son víctimas de la trata con fines sexuales. Y lo que es más preocupante, más de una de cada cinco víctimas de la trata de personas con fines sexuales -se calcula que el 21%- son niños.
De acuerdo con la Ley de Protección a las Víctimas de Tráfico (TVPA, por sus siglas en inglés), si una persona menor de 18 años participa en un acto sexual comercial, se considera automáticamente tráfico sexual.
Y si alguien es mayor de edad y es sometido físicamente, drogado o se le obliga a participar en un acto sexual comercial contra su voluntad o sin su consentimiento, también es víctima de tráfico sexual. También se clasifica como tráfico sexual por fraude si a la persona se le engañó o mintió, como en el caso de Jane.
En el caso de que se haya obligado a alguien a cometer el tráfico sexual mediante amenazas, manipulación o intimidación, se trata del delito de tráfico sexual por coacción.