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La locura por las compras en línea se llama 'oniomanía'

Esta es una enfermedad que puede traer consecuencias no solo económicas, sino también sociales y familiares. Te contamos qué es y cómo tratarla.
sáb 01 junio 2024 08:00 AM
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compras en línea.

Cuando Martha Díaz despierta, antes de tomar un café o lavarse los dientes, lo primero que hace es agarrar su teléfono y entrar a tres aplicaciones: Zara, Shein y Amazon. Hacia finales de mayo, su cuenta por compras en línea estaba alcanzando los 18,352 pesos. “He intentado muchos métodos, como borrar las apps o dejar mi teléfono lejos. Pero simplemente no puedo dejar de entrar”, confiesa Martha. Este comportamiento adictivo tiene nombre y se llama “oniomanía”.

En un mundo dominado por el consumo, las ventas en línea son cada vez más frecuentes. Según un estudio de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO) , en 2023 se rompió el récord de ventas en línea con una cifra de 658,300 millones de pesos, representando un aumento del 24.6% respecto al año anterior. En este contexto, la oniomanía se está volviendo una adicción cada vez más común.

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¿Qué es la Oniomanía?

Esta no es una enfermedad que se encuentra dentro del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM), por parte de la American Psychiatric Association (APA). Pero de acuerdo con el Dr. Óscar Galicia, profesor investigador del Departamento de Psicología de la Ibero, la palabra "oniomanía" deriva del griego "onios" (venta) y "mania" (locura o frenesí), por lo que es la compulsión patológica por realizar compras.

El problema es que muchas veces estas son compras innecesarias, y a menudo los oniomanos intentan sin éxito controlar o reducir sus compras.

De acuerdo con el Mtro. Pablo Orlando Castillo Hernández, director del Centro de Integración Juvenil A.C Monterrey y profesor de cátedra del ITESM, este comportamiento se manifiesta como una respuesta a estados emocionales como la ansiedad, la depresión o el estrés, proporcionando un alivio temporal que rápidamente se convierte en sentimientos de culpa y arrepentimiento. Las consecuencias van más allá del deterioro económico, afectando también las relaciones sociales, familiares y laborales.

Aunque el e-commerce ha potenciado esta adicción, Galicia menciona que este concepto no es nuevo y que, incluso, comenzó a ser estudiado a finales del siglo XIX, cuando los psiquiatras empezaron a reconocer los comportamientos compulsivos asociados a las compras.

En la actualidad, la oniomanía se clasifica como una adicción no química o un trastorno no relacionado con sustancias, aunque su percepción de riesgo es baja debido a su aceptación social y el constante estímulo de campañas publicitarias que fomentan el consumo.

La Influencia de la publicidad y la sociedad en la oniomanía

Castillo explica que las empresas y sus estrategias de marketing juegan un papel crucial en la perpetuación de este comportamiento. Campañas como el Buen Fin, Hot Sale y Navidad, junto con la influencia de redes sociales y figuras públicas, refuerzan la idea de que “la persona no vale por lo que tiene, sino por quien es”. Esta presión social dificulta la identificación de la oniomanía como un problema, ya que el consumo excesivo se normaliza y hasta se celebra en muchos contextos.

Castillo menciona que los jóvenes son particularmente susceptibles a desarrollar oniomanía debido a una gestión emocional inadecuada, la falta de redes de apoyo y la presión para encajar en ciertos círculos sociales.

Por su parte, Galicia destaca que son las personas sometidas a altos niveles de estrés, ansiedad o depresión las que están en mayor riesgo. Estos individuos buscan en las compras un escape a sus problemas, aunque esto solo les proporciona un alivio temporal.

¿Cómo tratar la oniomanía?

Reconocer la oniomanía puede ser difícil en una sociedad que celebra el consumo. Sin embargo, cuando las compras empiezan a causar problemas económicos, emocionales, sociales y familiares significativos, es una señal clara de este trastorno.

De acuerdo con los especialistas, la intervención más efectiva es la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a las personas a identificar y modificar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a la adicción.

Adicionalmente, tratar las condiciones subyacentes de ansiedad o depresión puede mejorar significativamente la conducta de compra compulsiva.

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