Mckinsey señala que la brecha digital en México es un reto significativo en comparación con otros países, particularmente dentro de América Latina. Esta disparidad se manifiesta en desigualdades regionales y socioeconómicas, donde los estados más pobres, como Chiapas y Oaxaca, tienen tasas de acceso a internet tan bajas como el 13% y 21%, respectivamente.
En contraste, estados más desarrollados como Sonora alcanzan el 72%, evidenciando una falta de equidad en la infraestructura digital básica. Además, las áreas rurales y comunidades indígenas suelen tener un acceso aún más limitado, lo que agrava la exclusión digital en el país.
A nivel regional, otros países de América Latina han experimentado un crecimiento más rápido en infraestructura digital. Por ejemplo, Chile y Argentina han implementado estrategias de conectividad y educación digital más integrales, permitiendo a sus ciudadanos mayor acceso y habilidades tecnológicas.
“Para que México cierre esta brecha y logre mayor inclusión digital, son esenciales iniciativas conjuntas entre el sector público y privado”, señaló McKinsey.
Feniosky Peña-Mora, vicepresidente Ejecutivo de Investigación en el Tecnológico de Monterrey, señaló hace unas semanas que la refocalización de empresas representa una gran oportunidad para el crecimiento económico de nuestro país, en materia educativa y de acceso a trabajos más innovadores.
“México tiene la ventaja de ser la octava economía con más acuerdos comerciales a nivel mundial, con más de 50 países, teniendo acceso a un mercado comercial de más de 1,500 millones de consumidores”.
En contraste, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala que el país enfrenta grandes retos en la formación y actualización de los docentes, quienes requieren capacitación continua en metodologías modernas y el uso de herramientas digitales.
La OCDE reporta que, aunque el gobierno mexicano ha implementado algunas iniciativas de capacitación, muchas de ellas no logran cubrir las necesidades reales de los maestros en el aula, lo cual afecta directamente la calidad de la enseñanza que reciben los estudiantes.
La inversión en educación en México sigue siendo insuficiente en comparación con otros países de la región. Expertos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) destacan que el presupuesto destinado a la educación en México representa aproximadamente el 3% del PIB, mientras que la media en América Latina es del 4-5%.
Esta falta de inversión limita la capacidad de mejorar infraestructuras, programas de capacitación docente y acceso a tecnología.