El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ha impuesto sus condiciones para materializar la concentración de activos entre la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Altán Redes. El organismo resolvió que la CFE sólo tendrá la participación del 23% de los activos de la compañía encargada de la Red Compartida.
Las compañías tendrán un plazo de 20 días para aceptar la regulación, de lo contrario, la unión de activos no surtirá efecto.
La propuesta del IFT implica que la estatal sólo será dueña de casi una cuarta parte de la infraestructura – torres, fibra, equipos, antenas y espectro – de Altán Redes para evitar problemas de competencia. La CFE, a través de su subsidiaria CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos, cuenta con sus propias redes y el adquirir el 100% de las de Altán provocaría distorsiones en el mercado, en términos de capacidad de red.
El IFT también ha impuesto como condición de la concentración que CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos renuncie a su concesión de mayorista, es decir, el permiso que tenía para rentar capacidad de red a otros jugadores. En 2023, la compañía obtuvo una concesión para vender capacidad de red a empresas del sector fijo como Megacable, Telmex, Izzi, entre otras, con la finalidad de recaudar mayores ingresos. Pero ahora deberá renunciar a ese permiso, debido a que Altán cuenta con una concesión mayorista.
El Instituto también ha propuesto que ambas compañías operen de manera independiente con la finalidad de evitar discriminación en el arrendamiento de capacidad de red, cuando una empresa requiera la red de Altán.
El Instituto que aún es presidido por Javier Juárez Mojica, determino mantener la regulación que tienen las concesiones de Altán y CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos. Esto significa que la primera sólo podrá ser una compañía mayorista, significando que sólo podrá vender capacidad de red para Operadores Móviles Virtuales (OMV) como Bait, mientras que la subsidiaria de la CFE solo podrá comercializar servicios en zonas en donde no llegan las empresas de telecomunicaciones como Telcel y AT&T.
Con estas medidas, el regulador busca evitar distorsiones en el mercado de la telefonía móvil, pero que en el último año los operadores de telecomunicaciones han reportado problemas para replicar las tarifas de los OMV que están alojados en el estómago de Altán Redes al considerar que comercializan servicios demasiado baratos.
