Tras dos años de una batalla jurídica inédita entre un fotógrafo británico y un macaco de Indonesia, una corte estadounidense acordó este lunes el regreso de los los derechos de la selfie del mono al fotógrafo humano, que prometió compartir sus frutos.
Todo comenzó el 2011 en la isla indonesia de Sulawesi cuando
para hacerse una de las selfies más célebres de la historia del autorretrato.
El fotógrafo y el grupo People for the Ethical Treatment of Animals (PETA, gente por el trato ético a los animales, por sus siglas en inglés) llegaron este lunes a un acuerdo en una corte de San Francisco, la cual favoreció al británico.
"Slater donará 25% de los ingresos futuros por la selfie del mono a organizaciones de caridad dedicadas a proteger y a mejorar el bienestar y hábitat de Naruto y de los macacos negros con cresta de Indonesia", indicó el comunicado publicado este lunes.
Naruto saltó a la fama tras la publicación de su selfie, que fue publicada por Slater en un libro y altamente reproducido en las redes sociales.
PETA pidió entonces al tribunal que el macaco fuera "declarado autor y propietario de sus propias fotografías".
Slater insistía en que los derechos le pertenecían, debido a que él instaló la cámara sobre el trípode y se alejó por unos minutos, para encontrar a su regreso que el mono había manipulado la cámara y captado esas fotos.
Cuando se originó la controversia sobre los derechos de autor, Slater argumentó que con la difusión de las fotos en internet perdió dinero al privar a su libro de potenciales ventas.
El pasado mes de enero, un juez estadounidense dictaminó que el mono no tenía derechos de autor sobre estas fotografías.