Los atletas gays hacen historia en los Olímpicos de Invierno
Los atletas homosexuales han marcado récords olímpicos desde los días de la antigua Grecia.
Pero atletas abiertamente gays o lesbianas es otro asunto, especialmente en los Juegos Olímpicos de Invierno, lo que hace que un par de hitos recientes sean aún más dignos de mención.
El primero, Adam Rippon, del equipo de EU hizo historia convirtiéndose en el primer gay estadounidense en ganar una medalla en los Juegos Olímpicos de Invierno al llevarse a casa el bronce por su actuación en patinaje libre.
Después, el canadiense Eric Radford se convirtió en el primer campeón abiertamente gay de la competición después de ganar el oro junto con Meagan Duhamel en el patinaje libre por parejas.
Estos hitos llegaron después de que NBC se enfrentara a críticas por su cobertura en directo de la apertura de los Olímpicos. Durante la retransmisión, no identificó a los atletas LGBT de la misma manera que destacó a atletas por su género u origen.
nullLos defensores dicen que reconocer a los atletas LGBT ayuda a normalizar sus presencia e inspira a aquellos que se identifican con ellos. Pueden animar a otros a salir del armario de tal manera que dentro de unos años no será un hecho tan importante el que participen en eventos deportivos internacionales.
La importancia de sus victoria no se perdió en los atletas, que posaron juntos en una fotografía con sus medallas.
Esta fue la última victoria, por decirlo así, para el equipo LGBT. Un número récord de 14 atletas están participando en estos Olímpicos, según Outsports. Estos son siete más que en las Olimpiadas de 2014, de acuerdo con los datos de ese sitio web. Sin embargo, está muy lejos de las Olimpiadas de verano en 2016, que marcaron récord de LGBT con al menos 41 participantes.
Deporte y política
Rippon y el esquiador Gus Kenworhty son los dos atletas abiertamente gays que representan a EU por primera vez en los Olímpicos de invierno. Rippon no se ha mostrado tímido a la hora de mezclar deportes y política. En enero criticó a la Casa Blanca por recurrir al vicepresidente de EU, Mike Pence, para que encabezara la delegación oficial del país en la justa.
Después de la ceremonia de inauguración, Kenworthy troleó a Pence con una foto suya y de Rippon y un texto que decía “Cómase su corazón, Pence”. El martes, sin embargo, Rippon dijo que no quería que la controversia definiera su experiencia en los Olímpicos o los distrajera de los Juegos.
Por qué importa la representación
Pese a esto, la estrella del patinaje dijo que seguiría usando su plataforma para dar a su deporte “un propósito mayor”. “No puedo atenuarlo. Estoy siendo yo y yo mismo”, dijo Rippon. “He recibido tantos mensajes de niños de todo el país (...) me emociono al pensar en eso. Creo que por ello esto es tan importante”.
El número de atletas abiertamente gays es aún relativamente bajo, y aquellos que lo hacen tienden a hacerlo después de sus mayores competiciones por varios motivos.
Brian Boitano, oro en patinaje en las Olimpiadas de 1988, anunció que era gay en 2013, después de que el presidente Obama le llamara para encabezar la delegación de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Sochi en 2014.
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El dos veces patinador olímpico Johnny Weir, que compitió en 2006 y 2010, no salió del armario oficialmente hasta su autobiografía de 2011. Él dijo en Twitter este enero que no veía su sexualidad como “algo que necesita ser abordado”.
En una entrevista anterior a los Olímpicos, Kenworthy explicó por qué salir del armario como una figura pública fue tan importante para él: “El motivo por el que salí del armario de una forma tan pública fue porque tenía la esperanza de ayudar a gente que estuvieran sufriendo de la misma forma que yo lo he hecho la mayor parte de mi vida, en el armario”, contó a US Weekly.
“Tengo personas constantemente viniendo a mí y mandándome mensajes diciéndome cuánto les ha ayudado mi historia”, dijo a la publicación. “Y por esa razón esta ha sido la mejor decisión que he tomado”.
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