Cuando manejas un auto nuevo o rentado, es común equivocarse al entrar a la estación de gasolina. Este error se debe a que la tapa puede estar en cualquiera de los dos lados.
Aunque el volante casi siempre está en el mismo lugar, la posición de la tapa del tanque varía. No es una cuestión estética, sino una decisión que sigue ciertos criterios.
Durante décadas pasadas, algunos autos tenían el tanque de gasolina al centro, con la entrada ubicada detrás del vehículo. Sin embargo, esta posición implicaba mayores riesgos en choques traseros.
Por esa razón, los fabricantes decidieron reubicar la entrada del tanque a uno de los costados. Esto redujo la posibilidad de fugas o explosiones en caso de impacto.
Rislone, marca de aditivos para carro, detalla que muchos fabricantes prefieren ubicar la tapa en el lado opuesto al del conductor. De esta manera, si el auto se detiene en carretera, el conductor queda protegido del tránsito.
La ubicación de la tapa varía también según el país donde se distribuye el auto. En mercados europeos, donde se conduce por la derecha, suele colocarse a la izquierda. En países con manejo por la izquierda, ocurre lo contrario.
El objetivo es que el conductor, al recargar combustible en vías de emergencia, quede del lado opuesto al tráfico. Esta decisión busca reducir accidentes en situaciones imprevistas.
Aun así, algunos fabricantes que venden en varios países optan por soluciones distintas. En esos casos, el mismo modelo puede tener la tapa de gasolina en lados distintos, según el destino.
Otro factor determinante es el diseño del vehículo. La tapa puede colocarse donde haya más espacio libre o donde interfiera menos con otros componentes.
Según Rislone, “mucho depende del diseño específico de cada auto”. No existe un estándar fijo, por lo que los ingenieros eligen el lado más viable durante el desarrollo.
Dado que esta característica no suele ser prioritaria para los compradores, las marcas tienen libertad para decidir su posición sin que afecte las ventas.
