La cerca oxidada puede estar separando las playas de Estados Unidos y México, pero no puede impedir una clase de yoga en plena frontera.
Algunas decenas de practicantes de esta disciplina colocaron sus tapetes en ambos lados de la cerca que divide la playa entre Tijuana, en México, y el condado de San Diego, en Estados Unidos.
Los miembros del grupo internacional realizaron juntos sus ejercicios de estiramiento y meditación antes de intercambiar abrazos a través de la valla metálica.
La sesión fue organizada por Border Meetup Group (Grupo de Encuentro Fronterizo), el cual promueve el entendimiento a través de la frontera realizando eventos sociales sobre la playa dividida.
El coordinador Dan Watman dijo que el grupo aspira a ''hacer amigos superando barreras culturales, políticas, sociales, e incluso emocionales''.
La playa de Tijuana es un destino popular de familias que vienen a conversar a través de la cerca fronteriza con seres queridos en el otro lado de la misma.