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Regreso a clases: cómo reincorporar a los niños después del sismo

Los padres y educadores tienen una gran responsabilidad para guiar a los más pequeños tras el fenómeno natural. Especialistas en psicología dan sus recomendaciones.
mié 27 septiembre 2017 12:07 PM

El sismo que sacudió a México el 19 de septiembre generó casos de estrés agudo que impiden a muchas personas retomar con normalidad sus actividades cotidianas y de trabajo. Los niños no son la excepción, por lo que deberán ser preparados en casa y monitoreados en la escuela para vigilar si presentan síntomas que afecten su desempeño.

El trauma del sismo: los síntomas, consecuencias y recomendaciones

“La reacción va a depender de qué tanta exposición cercana hubo a lo sucedido, la personalidad del niño y cómo se manejó”, explica la directora general de Proyecto Switch, Natalia Collado, un centro psicopedagógico especializado en el desarrollo de las habilidades emocionales de los niños.

El pasado lunes, apenas 1.18% de los planteles escolares reanudaron actividades y el regreso del resto de alumnos a las aulas en las próximas semanas será escalonado, según informó la Secretaría de Educación Pública .

En este proceso, será primordial que tanto padres como educadores tengan una “gran responsabilidad” de cómo guiar a los niños, señala la especialista.

Cómo prepararlos en casa

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Los padres deben ser conscientes de las reacciones físicas y emocionales que puedan estar transmitiendo a los hijos, ya que es en casa donde los niños pueden generar un trauma a partir de lo que ven en ellos, indica la directora general de Te Queremos Escuchar, Diana Cover, una plataforma de atención psicológica en línea.

Regresa a la rutina. Es normal que, por el miedo, las actividades de los padres y, por tanto, de los hijos comiencen a aplazarse, sin embargo volver a la normalidad es lo que más ayuda a toda la familia. Mientras menos cambies tus actividades cotidianas, mejor.

Informa. Todas las preguntas deben ser respondidas, afirma Cover. No es necesario darle al niño un panorama amarillista o explicarles todas las implicaciones de la situación, pero sí ofrecerles el mínimo de información, lo hayan vivido o no, para que puedan comprender qué ha pasado.

Incluso, en los casos en los que los más pequeños de la casa nunca supieron que ocurrió un temblor. La especialista señala que es un error no contarles lo ocurrido. “Cuando vayan al colegio no van a estar preparados para digerir todo lo que escucharán”, explica sobre estos casos.

Dedicar tiempo de calidad. Para poder informarlos, Collado recomienda hacer un espacio de 15 minutos diarios en la noche para conocer sus sentimientos, preguntarles cómo estuvo su día y cómo se sienten . “Fuera de ese espacio, la rutina debe continuar”.

Reafirmar la sensación de seguridad. Si los niños vivieron el sismo en la escuela, pueden tener miedo a regresar. “Hay que explicarles que ya fueron personas expertas a revisarlo y que su escuela, como su casa, es un lugar seguro”, sugiere la directora de Proyecto Switch.

Un poco de control. Darles el poder de prevenir también ayuda a recuperar su seguridad. Por ejemplo, pedirles ayuda para hacer una mochila de emergencia o revisar que se cuente con todo lo indispensable en caso de otra emergencia.

¿Dificultades para dormir? Es válido dejarlos dormir en la cama de los padres, pero solo un par de días, así como dejarles una pequeña luz en su cuarto si sienten inseguridad. Si se despiertan a medianoche, habrá que consolarlos.

Si tienen dificultad en el control de esfínteres no hay que regañarlos o castigarlos. “Se les cambia de ropa y se les explica que lo que ha pasado no es malo, que ellos ya controlaban eso y deben hacerlo de nuevo”, recomienda la directora clínica de Te Queremos Escuchar, Isabel Navarro.

Es importante hacerles saber que se pondrá en marcha estrategias para que no vuelva a suceder, como tomar menos líquidos en la noche o ir al baño antes de acostarse. "Y nunca tomar este tema enfrente de nadie más, ni con las tías, primos o abuelitas”, agrega.

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Cómo ayudarlos en el colegio

Una vez que los niños regresen a las aulas, es importante que las áreas psicopedagógicas de las escuelas, y no los profesores, tengan preparado un manual con el que puedan desahogar el estrés, detectar síntomas o manejar las necesidades que los niños lleguen a presentar .

“Si un maestro que no es experto -psicólogo o pedagogo- llega a tomar el control sin un manual previo, es probable que provoquen más confusión o angustia en ellos”, indica Collado, que tras el evento decidió distribuir gratis a las escuelas y las familias un ‘Manual para padres después de un terremoto’.

Las especialistas instan a los padres a asegurarse de que exista una estrategia lista para recibirlos. Al menos, estos son algunos ejes en común que las escuelas pueden seguir:

No hablar del sismo. Al menos durante la primera semana, dice Collado. Así los maestros podrán detectar qué nivel de ansiedad y de información presenta cada niño.

Realizar actividades recreativas. Es delicado que los maestros fomenten el tema del sismo de manera grupal, precisamente porque cada alumno es diferente. Con los niños más pequeños, lo ideal es pedirles que hagan dibujos relacionados a cómo se sienten o qué piensan.

En el caso de aquellos que ya tienen más expresión corporal, puede ser valioso pedirles que hagan una obra de teatro, con tema a elegir, sugiere Diana Cover.

Generar confianza. En lugar de abrir la información, los maestros pueden hacer un llamado a los alumnos a que se acerquen a ellos si se sienten nerviosos o tienen alguna pregunta.

Elaborar talleres. Una vez detectada la situación de estrés e información por cada alumno y cada salón de clases, lo más conveniente es que en las semanas consecuentes se lleven a cabo talleres más personalizados para atender sus necesidades.

Navarro agrega que también pueden apoyarse de cuentos. Existen varios, como ‘Cuando la Tierra se Movió’, publicado por el Consejo Minero de Chile, ‘Bruno y Violeta sobreviven al terremoto’, elaborado por psicólogos chilenos, ‘Las ciudades son rompecabezas', de Edmeé Pardo, ‘Cuidándonos uno al otro’, de la organización Plaza Sésamo o ‘Rearmemos la vida’, editado por Unicef.

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