El ‘conflicto’ que debe dominar en la empresa
Cuatro son los tipos de conflicto que, según Luis Huete, académico de la IESE Business School, predominan en las empresas. "Pero hay uno que nos interesa que domine en las compañías y es el que conocemos como discrepancia”, afirma.
Este tipo de confrontación se da en un entorno donde predomina la sinceridad y la confianza, valores que permiten que la discusión se maneje mejor. “Las personas no pelean, sino que intercambian ideas, planes y opiniones (…) Cuando se toma una decisión el equipo se compromete y empuja en una sola dirección, lo que permite cumplir los objetivos impuestos”, explica el también coautor del libro 'Liderar para el bien común'.
Huete asegura en entrevista que los conflictos son un mal necesario en la empresa, ya que dan muestra de la sinergia existente entre los colaboradores. Sin embargo, hay que asegurarse de que las ideas compartidas no lesionen el respeto y la confianza de terceros, ya que cruzar esta pequeña línea puede llevar a resultados catastróficos.
“Todo inicia por una guerra abierta, donde nadie se guarda su opinión y las discusiones terminan agotando a los implicados”, expone el consultor de alta dirección, quien menciona que este tipo de enfrentamiento no es muy común en empresas latinoamericanas, ya que la cultura organizacional de la región va encaminada a evadir los encuentros cara a cara.
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Reina la ley de la mafia
En el último estudio realizado por Kronos, empresa de soluciones de recursos humanos, 41% de los profesionales en México asegura estar agotado laboralmente debido a una compensación injusta, mientras que para 32% el motivo está en las cargas irrazonables de trabajo.
“Este tipo de quejas se convierten en sentimientos negativos que la mayoría de los empleados no sabe manejar, lo que deriva en la personalización del conflicto, es decir, cualquier comentario hacia su persona deja de ser estrictamente profesional”, afirma Jorge Arturo Llaguno, profesor del area de Factor Humano del IPADE.
Y esto nos lleva a comportamientos denominados 'omertá', en referencia a la ley de la mafia italiana. Pero los abrazos y las sonrisas se transforman después en una puñalada por las espalda.
“Si mi salario depende que no vea, no diga, no hable y no entienda determinadas cosas, entonces cubriré mi espalda antes de buscar el bien común”, sostiene Huete sobre el comportamiento al interior de algunas empresas.
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Pero éste no es el peor escenario. De hecho, el experto advierte que el más complicado se genera cuando no hay buena relación en un equipo de trabajo y los problemas se resguardan. “El cinismo y la hipocresia se vuelven protagonistas; sale a flote el egocentrismo de los individuos (…) El gran peligro es que las conversaciones que se llegan a tener no son muy reales, nadie habla con la verdad”.
Para evitar que los enfrentamientos dañen el clima laboral, el académico del IPADE recomienda desarrollar habilidades para resolver conflictos, dialogar, negociar y trabajar en equipo.
“Los líderes de compañía deben recibir coaching para aprender a manejar sus emociones, ya que el mal uso del poder que tienen dentro de la organización es un aliciente para tomar venganza”, sugiere Llaguno.