¿Cómo invierten su dinero los jóvenes millonarios?
Los millennials están cambiando las prioridades de la inversión. No sólo quieren que su dinero crezca, muchos buscan alcanzar objetivos sociales y medioambientales a través de sus inversiones. Es lo que se denomina 'inversión de impacto' (impact investing) y no es sólo una palabra de moda.
"La inversión de impacto es cada vez más habitual, estamos llegando a un punto de inflexión", dice Jackie VanderBrug, estratega de inversiones de U.S. Trust, una división de Bank of America.
Y VanderBrug sabe de lo que habla. Ella y su equipo encuestaron hace poco a 684 individuos con activos para invertir por valor de 3 millones de dólares o más. Entre los millonarios, docenas eran millennials de edades entre 18 y 35.
La inmensa mayoría de estos jóvenes encuestados (93%) cree que el impacto social y ambiental de una empresa es clave para sus decisiones de inversión. Hace dos años el porcentaje de esa respuesta fue de 74%, según el estudio de U.S. Trust.
En cierto modo, la tendencia no es nueva. Los estudiantes llevan largo tiempo protestando en las universidades para poner fin a las inversiones en carbón o contra los gobiernos como Sudáfrica durante el apartheid. El año pasado, tras las protestas estudiantiles, la Universidad de Columbia y la Universidad del Sur de California abandonaron sus inversiones accionarias en empresas carcelarias.
Pero en lugar de desinvertir, los nuevos inversionistas quieren que las empresas impacten de una manera positiva.
Y los inversionistas de mayor edad coinciden. Este año, 51% de los inversionistas de la generación del baby boom opina que la inversión de impacto es clave para decidir dónde poner su dinero, la cifra anterior fue de 46%. Todos los grupos de edad han aumentado su preferencia por este tipo en los últimos dos años.
El ex vicepresidente Al Gore es un inversionista de impacto. Su firma de inversión, Generation, gestiona 12,000 millones de dólares.
"Los valores de la sostenibilidad deben integrarse completamente en el proceso de la inversión"
dijo en noviembre en la Conferencia Dealbook.
A pesar de la tracción que está ganando esta clase de inversión, los expertos admiten que hay retos. Estos son los principales:
1. Definir 'inversión de impacto'. Incluye un amplio abanico de temas, desde la igualdad de género y la energía renovable, a la vivienda asequible y las políticas ambientales. Así que no todas atraen a las mismas personas.
2. A veces es difícil medir cómo beneficia a los inversionistas. Resolver problemas abstractos como la desigualdad de género a través de la inversión privada es un logro difícilmente mensurable.
3. La inversión de impacto a menudo se confunde o vincula con la filantropía y muchos inversionistas no quieren mezclarlas, ya sea por razones morales o efectos fiscales (puedes deducir las donaciones filantrópicas al presentar tu declaración de impuestos).
Aún así, los expertos creen que las empresas son cada vez más transparentes. El año pasado, cerca de 7,000 empresas emitieron informes de responsabilidad corporativa, que son auditados por un tercero. En 1992 solamente 27 presentaron tales informes, compara VanderBrug.
Además, algunas personas están tratando de superar los desafíos que enfrentan los inversionistas de impacto. Christina Alfonso es CEO de Madeira Global, una empresa con sede en Nueva York especializada en el análisis de datos que pertenecen a los temas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (englobados bajo el acrónimo inglés ESG).
Su firma califica a las empresas de capital inversión en un marco de valoración que tiene una escala de 0 a 100. Madeira evalúa a las empresas en una serie de factores, tales como políticas ambientales, la gobernabilidad y el impacto social. "Nos permite evaluar y comparar a empresas de todas las industrias, geografías y etapas de crecimiento", dice Alfonso.
Una empresa socialmente responsable frecuentemente citada es Starbucks. Procura comprar café producido de una manera ética. También ayuda a sus empleados a pagar la universidad, entre otras iniciativas. "Hemos visto que los factores no financieros pueden desempeñar un papel significativo en el rendimiento financiero de una empresa, pues los consumidores y los inversores cada vez apoyan más a las empresas que tienen en cuenta el impacto social tanto como la rentabilidad", señala Alfonso.