Programas estrella de Sedesol, sin brújula ni resultados
Los programas insignia de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) fueron aplicados durante 2014 sin metas, sin mediciones para comprobar sus objetivos, y con recursos públicos cuyo destino no fue comprobado en algunos casos, de acuerdo con los resultados de la revisión a la Cuenta Pública 2014 de la dependencia.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) revisó el funcionamiento de hace dos años de la Cruzada Nacional Contre el Hambre, el programa de Comedores Comunitarios y el Seguro de Vida para Jefas de Familia, que han sido insignia en la política social del gobieno federal.
En los cuatro casos, la revisión mostró que la Sedesol, bajo la administración de Rosario Robles (ahora titular de la Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano), no tiene lineamientos claros u objetivos sobre a qué sector específico de la población están dirigidos sus programas y detectó algunas irregularidades en el manejo de los recursos en casos específicos.
Cruzada Nacional Contra el Hambre
La ASF analizó cuál es la conceptualización que hace la Sedesol para considerar a una persona con carencia de acceso a una alimentación adecuada, pero encontró que en realidad utiliza los parámetros para medir la pobreza multidimensional.
“La Ley General de Desarrollo Social, no se establece ni se cuantifica el concepto ‘pobreza extrema alimentaria’”, y no existe una ley que reglamente el derecho a la alimentación, que delimite cuál es la población objetivo del programa de asistencia de alimentos.
Ese problema central hace que la Cruzada no tenga bien identificados a los beneficiarios que están en pobreza alimentaria, y solo tome a personas sin ninguna sistematización.
“Las deficiencias en la implementación, focalización y coordinación de acciones en el marco de la Cruzada Nacional Contra el Hambre no permitieron verificar en qué proporción se garantizó el acceso a la alimentación y a los demás derechos sociales de los 7 millones de personas”, indicó la ASF en su informe.
Para su operación, la Cruzada tiene una base de 64 programas —de diversas secretarías— con presupuesto, pero solo 55 realmente se implementaron. De 79 acciones gubernamentales, cuatro no tenían metas planteadas, y las otras 75 no tienen cómo comprobar su utilidad.
La Cruzada opera con 160,635 millones de pesos, pero esa cantidad es para la operación de todo el programa, y no para lo que realmente emplea Sedesol para ofrecer alimentación, fueron 50,438 millones los etiquetados para alimentar a los beneficiados, pero “no se acreditó” cómo se emplearon.
Seguro de Vida a Madres
Otro de los programas que estableció la administración federal como prioritario es el Seguro de Vida para Jefas de Familia, el cual garantiza un ingreso a los menores que queden huérfanos hasta que concluyan sus estudios de educación superior.
Hasta 2014, la Sedesol logró el prerregistro de 5.47 millones de mujeres, pero nuevamente la política pública no estableció los lineamientos claros para que el programa fuera aplicado a quienes lo necesitan.
“Careció de mecanismos de control para asegurar que las mujeres prerregistradas presentaron condiciones de vulnerabilidad”, consideró la ASF.
La dependencia registró a 8,481 huérfanos de 23 años o menos al programa, pero “careció de mecanismos de control para verificar que los beneficiarios incorporados presentaran pobreza multidimensional extrema y fueran hijos de jefas de familia en situación de vulnerabilidad”.
Otro punto en el que la Sedesol no tiene control es en documentar que los huérfanos realmente estén cursando algún grado de educación. En el caso de los menores de 6 años, solo 8.2% de los beneficiarios presentó una constancia de bienestar.
Este programa ejerció 1,010 millones de pesos en 2014, de los cuales 6.2% fue destinado a gastos de operación.
Comedores Comunitarios
Parte de la estrategia federal para combatir la pobreza alimentaria es el programa de Comedores Comunitarios que ofrecen acceso a alimentos preparados a bajo costo. Pero la ASF volvió a encontrar que este plan no tiene lineamientos claros ni objetivos medibles y comprobables.
“Por lo que respecta a la instalación de los comedores comunitarios, se constató que en ninguno se acreditó la totalidad de los requisitos para su instalación”, expuso la ASF.
A criterio de la Auditoría, la Sedesol falló en su objetivo de desarrollar, fortalecer y consolidar una estrategia de atención alimentaria y nutricional, proporcionando alimentos nutritivos de calidad y cantidad suficientes, en un programa que costó al país unos 2,020 millones de pesos en 2014.