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Los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro no salvarán a Brasil de la recesión

La calificadora Moody's considera que los Olímpicos darán poco impulso, algo que realmente necesita el país sudamericano.
lun 16 mayo 2016 03:37 PM
El informe de la calificadora indica que la recesión también podría afectar el número de brasileños que asistan como espectadores a las competencias.
Estiman baja asistencia El informe de la calificadora indica que la recesión también podría afectar el número de brasileños que asistan como espectadores a las distintas competencias. (Foto: Pacific Press/LightRocket via Getty Images)

De acuerdo con un nuevo informe del Servicio de Inversiones Moody’s, los Juegos Olímpicos ayudarán a mejorar la infraestructura de Río, pero las ganancias del sector turismo no salvarán a Brasil de su recesión más larga desde la década de 1930.

“Los juegos tendrán solo un mes de duración y los estímulos económicos asociados palidecerán en comparación con la economía de Brasil”, dijo Barbara Mattos, vicepresidenta de Moody’s en un comunicado.

La crisis en Brasil dio un giro la semana pasada. El Senado votó para iniciar un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, obligándola a renunciar temporalmente. Su vicepresidente, Michel Temer, se convirtió en presidente interino el pasado jueves.

El cambio se produjo a menos de 85 días para los Juegos Olímpicos en Río. La calificadora dijo que casi todas las instalaciones para las competencias están completas y por debajo del presupuesto. Brasil espera cerca de 350,000 visitantes durante los juegos, lo que representaría alzas a corto plazo para las compañías refresqueras y de alimentos, así como de aerolíneas y hoteles.

Pero incluso esos beneficios a corto plazo no son una garantía. Brasil se ha convertido en la zona cero para el virus del Zika, que podría estar relacionado con microcefalia, un defecto de nacimiento.

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Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han advertido a las mujeres embarazadas de no asistir a los juegos, y algunas atletas, como la estrella de futbol estadounidense Hope Solo, dijeron que no abandonarían el hotel, excepto para los partidos y las prácticas.

Es importante recordar que los JO se producirán durante el invierno de Brasil, cuando la población de mosquitos disminuye.

Aún así, el temor por el virus del Zika es una razón por la que la venta de boletos para los Olímpicos es baja. A principios de abril, el exministro de Deportes de Brasil, Ricardo Leyser, dijo que solo la mitad de los boletos habían sido vendidos. La semana pasada, el presidente interino Michel Temer reemplazó a Leyser por Leonardo Picciani, el tercer cambio desde marzo.

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El Comité Olímpico Internacional (COI) resta importancia a la reorganización política. En un comunicado, dijo que cualquier cambio de ese tipo no afectaría la planificación y organización de los juegos en esta última etapa.

Brasil ha gastado fuertes cantidades a pesar de su gran crisis económica. Se gastó 7.1 millones de dólares (mdd) en inversiones de infraestructura, como una nueva línea de tren, más que lo que gastó durante la Copa Mundial de Futbol en 2014, que se extendió por 12 ciudades.

Estas inversiones no salvarán a la mayor economía de América Latina. La economía de Brasil se contrajo un 3.8% el año pasado y su banco central pronostica que crecerá 3.5% este año. Su economía todavía podría estar en números rojos en 2017, según estimaciones del FMI.

Millones de brasileños han perdido sus puestos de trabajo y el nivel de desempleo alcanza los dos dígitos. La inflación se ha disparado y la moneda, el real, ha perdido un valor considerable en los últimos dos años. La recesión incluso podría limitar el número de brasileños que viajen a los juegos de Río.

En febrero, Moody’s redujo su calificación de la deuda de Brasil a categoría “basura”.

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