El pesimismo atrapa a los financieros del Reino Unido por el 'brexit'
Los directores de finanzas de las empresas más grandes de Gran Bretaña se sienten muy pesimistas.
Una nueva encuesta realizada por Deloitte descubrió que alrededor del 80% de los directores financieros esperan que las contrataciones y el gasto se desaceleren este año tras la votación británica por abandonar la Unión Europea . Y más de las dos terceras partes piensan que salir del Reino Unido conducirá a un deterioro en el ambiente de negocios británico en el largo plazo.
La consultora dijo que la caída en la confianza fue peor que durante la crisis financiera.
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“El aumento en la incertidumbre ha tenido un efecto tóxico sobre la confianza empresarial, y el optimismo ha caído a su nivel más bajo desde que el estudio comenzó en 2007, más bajo que después de la quiebra de Lehman Brothers a finales de 2008”, dijeron los autores de la encuesta trimestral.
“El referéndum ha provocado una fuerte reacción negativa del sector empresarial británico”, dijo la consultora. La encuesta a 132 ejecutivos de finanzas de empresas del FTSE 350 fue realizada entre el 28 de junio y 11 de julio, las dos semanas posteriores a la votación del brexit.
La decisión británica de abandonar la UE inicialmente provocó una ola de turbulencias en el mercado mundial. La libra se desplomó a un mínimo de 31 años frente al dólar, y aún opera 12% por debajo de los niveles previos al referéndum.
El Banco de Inglaterra dijo que la semana pasada que algunos negocios ya están retrasando los proyectos de inversión y posponiendo las decisiones de contratación debido a la incertidumbre a causa del brexit.
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De acuerdo con la encuesta de Deloitte, el resultado del referéndum ha obligado a los contadores corporativos a centrarse en la seguridad primero.
“Por primera vez en más de un año, las dos prioridades principales del balance general de las principales corporaciones del Reino Unido son defensivas: reducir los costos y aumentar el flujo de efectivo”, dijo.
Por tanto, la encuesta mostró que la abrumadora mayoría cree que la prioridad número uno para el nuevo gobierno británico debe ser fijar un plan claro para sus negociaciones con la UE.
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