Frutos rojos: la otra apuesta de México
Más allá de los aguacates, jitomates y las manufacturas, el nombre de México comienza a ser conocido por ser el origen de uno de los productos predilectos de los estadounidenses: los frutos rojos.
Las exportaciones de estas frutas crecen rápidamente, y en 2015 llegaron a 1,500 millones de dólares (mdd), una cifra cercana a los 1,800 mdd que se exportaron de aguacate.
Los envíos de fresas, frambuesas, zarzamoras y mora azul de México han aumentado 142% desde 2010, y aunque no hay una estimación para el futuro de las exportaciones, las autoridades reconocen el impacto positivo que ha tenido la gran demanda global ante las cualidades antioxidantes que tienen estos frutos.
“Estamos viendo una expansión mucho más acelerada de la que llevan otros cultivos, pero todo esto está determinado tanto por el mercado nacional como extranjero”, dice Raúl Arteaga, coordinador de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
El éxito de México como proveedor obedece, entre otras cosas, al clima, que permite cultivar frutos rojos cuando Estados Unidos está fuera de la temporada.
Por ello, México es hoy el principal exportador de zarzamoras y ocupa el quinto lugar en la producción y envío de frutos rojos en general, según datos de la Asociación Nacional de Exportadores de Berries (Aneberries), que representa a compañías como Driscoll’s y Exifrut. El 90% de los envíos va hacia la Unión Americana.
Antes, varias de las zonas productoras estaban dedicadas a la caña de azúcar y al maíz. Sin embargo, estas frutas son mucho más rentables para los productores, por lo que muchos cambiaron de cultivo.
El año pasado, el precio medio pagado a los productores de caña fue de 481 pesos por tonelada mientras que a los de zarzamora fue de 30,523 pesos.
“Eran zonas cañeras que abastecían a algunos ingenios azucareros y, poco a poco, se fueron cambiando a zarzamora porque, obviamente, era un mejor retorno para el productor”, dice Diego Martínez, director de Aneberries.
Una buena parte de las 10,000 hectáreas cultivadas en Michoacán, el mayor productor de zarzamora y fresa del país, eran cañeras.
Estos frutos ya tienen un mercado consolidado. Para Martínez, las oportunidades están en la mora azul, un producto bien aceptado en Japón y que tiene una gran demanda en Estados Unidos. El mercado de China es la mayor promesa.
“Logramos, desde hace dos años, el acceso de frambuesas y zarzamoras, y estamos negociando el protocolo para la mora azul”, dice Arteaga, que espera que, a inicios de 2017, empiecen los envíos del fruto hacia el país asiático, una vez que se hagan las inspecciones sanitarias de rigor.
Las frutas mexicanas también llegan a Emiratos Árabes Unidos y Rusia, aunque son todavía mercados jóvenes, en donde se tiene que hacer promoción, a decir de los productores.
De ahí que trabajan con el gobierno para tener una mayor tecnificación y para que sus cultivos cumplan con las reglas de inocuidad, como la ley FSMA, que entró en vigor en septiembre pasado en Estados Unidos.
“El mayor tema es el sanitario, de inocuidad. Se tiene que trabajar (con el productor) muy bien para zanjar la calidad de las berries”, dice el titular de Aneberries.