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Maduro anuncia que el salario mínimo aumentará 50%, aunque no ayudará de mucho

El gobierno venezolano aumenta por tercera vez este año el salario mínimo para combatir la inflación extremadamente alta, aunque esta podría dispararse 720% este año, según el FMI.
lun 03 julio 2017 03:42 PM

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo el domingo a un auditorio abarrotado algo que sonó a una buena noticia: el salario mínimo subirá 50%.

Pero eso no ayudará a los venezolanos ordinarios. La inflación podría dispararse 720% este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). A medida que sube la inflación, la moneda del país alcanza para cada vez menos.

El alza de los salarios de hecho simboliza la espiral de Venezuela hacia el caos de todos los tipos.

Es la tercera vez este año que el gobierno de Maduro ha elevado el salario mínimo del país para combatir la inflación extremadamente alta y una moneda que cada vez tiene menos valor. Los precios de alimentos, medicamentos y otros artículos básicos suben semanalmente, si no es que diariamente.

Las impactantes aumentos de los salarios todavía no están siguiendo el ritmo de la inflación creciente, que es el resultado de años de gasto excesivo y mala administración del gobierno, junto con una grave escasez de alimentos, medicinas e incluso de efectivo mismo.

El último aumento coloca el salario mínimo de Venezuela en 97,531 bolívares al mes. Eso equivale a 12.53 dólares, según el tipo de cambio no oficial, pero a menudo usado de dolartoday.com. Los tipos de cambio oficiales del gobierno se consideran sobrevalorados.

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Incluyendo el equivalente venezolano de cupones de alimentos, el paquete total de pago ahora se eleva a 250,531 bolívares, o 32.19 dólares al mes.

nullEn el momento de la última alza salarial de Venezuela a finales de abril, el paquete total equivalía a 46.70 dólares. Eso es una señal de que los precios en el supermercado y la farmacia están subiendo mucho más rápido que los salarios.

El anuncio de Maduro se produce después de una extraña semana, incluso bajo los actuales estándares de Venezuela.

El martes, el oficial de policía Oscar Pérez robó un helicóptero del gobierno junto con un equipo de cómplices, voló sobre la Corte Suprema, lanzó granadas, realizó disparos y luego sobrevoló la capital del país, Caracas, durante unas dos horas.

Toda la escena le pareció extraña a los venezolanos: nadie en la Corte Suprema resultó herido, las fuerzas militares no hicieron nada por combatir a Pérez volando a plena vista; y Pérez ha tenido una carrera actoral de tiempo parcial. Los críticos del gobierno dijeron que fue un truco de Maduro para justificar el uso de mano dura contra los manifestantes. Maduro condenó el ataque y negó cualquier participación.

Maduro también peleó la semana pasada con su fiscal general, Luisa Ortega, quien rompió con las filas del gobierno esta primavera y ha criticado a Maduro por presuntos abusos contra los derechos humanos. La Corte Suprema respaldada por Maduro congeló los bienes de Ortega y le ordenó no salir del país, ya que podría enfrentar un juicio.

Los legisladores de la oposición también fueron físicamente zarandeados la semana pasada en la Asamblea Nacional del país por la Guardia Nacional, que está controlada por Maduro.

A algunos venezolanos claramente no les importaban los eventos de la semana el domingo. Muchos aplaudieron el llamado de Maduro de un nuevo salario mínimo, que fue transmitido en la televisión del gobierno. Sin embargo, otros en el auditorio permanecieron estoicamente silenciosos.

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