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¿Qué prueban los mensajes de Donald Trump Jr. con WikiLeaks?

Tras la divulgación de intercambios de mensajes directos del hijo del presidente Trump con la organización, quedan dudas sobre sus repercusiones.
mié 15 noviembre 2017 06:03 AM

El lunes por la noche, Julia Ioffe de Atlantic informó que Donald Trump Jr., el hijo mayor del presidente estadounidense Donald Trump y un asesor principal en su campaña, había intercambiado mensajes directos en Twitter con WikiLeaks durante el transcurso de la campaña política de 2016.

Trump Jr. publicó rápidamente sus intercambios de mensajes directos, que ascendieron a una serie de notas enviadas por WikiLeaks a Trump Jr. y tres respuestas enviadas por Trump Jr. a WikiLeaks.

“Aquí está toda la cadena de mensajes con @wikileaks (con mis 3 grandes respuestas) que uno de los comités del Congreso ha decidido filtrar selectivamente”, tuiteó. “¡Que irónico!”.

El obvio intento de Trump Jr. de minimizar estas noticias —¡nada que ver aquí, amigos! — es tan solo una parte de la historia. No reaccionas —o sobrerreaccionas— de esta manera ante algo que realmente no significa nada.

Entonces, ¿qué prueba este nuevo informe? Demuestra, sin lugar a dudas, que existía una comunicación directa entre WikiLeaks y un miembro de alto rango del círculo político interno de Donald Trump.

Eso es importante por dos razones.

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Primero, porque cuando WikiLeaks se estaba comunicando con Don Jr. —a finales de septiembre y principios de octubre de 2016— él y cualquier otra persona que prestara la menor atención a la campaña sabían que los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos estaban convencidos de que Rusia era responsable de hackear los correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata y del presidente de la campaña de Hillary Clinton, John Podesta, que fueron publicados en el sitio web de WikiLeaks.

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A mediados de julio, The New York Times publicó un artículo titulado Aumenta el consenso de agencias de espionaje de que Rusia hackeo el Comité Nacional Demócrata”. Ese informe se produjo días después de que WikiLeaks publicara 20,000 correos electrónicos robados del Comité Nacional Demócrata. Apenas unos días después de que Trump Jr. respondiera a un mensaje directo de WikiLeaks preguntando: “¿Qué hay detrás de esta filtración del miércoles sobre la que sigo leyendo?”, funcionarios de inteligencia de Estados Unidos confirmaron que creían que Rusia estaba detrás de los correos electrónicos hackeados del Comité Nacional Demócrata, que fueron publicados en WikiLeaks.

Ese mismo día, WikiLeaks comenzó a publicar correos electrónicos robados de la cuenta de Podesta.

La segunda razón por la cual esta comunicación es importante es porque la campaña de Trump la negó durante mucho tiempo en los niveles más altos. En una entrevista el 14 de octubre en Fox News, se le preguntó al entonces candidato a vicepresidente Mike Pence sobre este asunto: “WikiLeaks, algunos han sugerido en la izquierda, ha dicho todas estas cosas negativas sobre Hillary, pero nada malo contra Trump, se sospecha que su campaña está confabulada con WikiLeaks”.

Pence respondió: “Nada podría estar más alejado de la verdad. Creo que todos nosotros hemos tenido preocupaciones sobre WikiLeaks a lo largo de los años y es solo una realidad de la vida estadounidense de hoy y de la vida en el mundo en general”.

(El lunes, a raíz de las noticias sobre el contacto de Don Jr. con WikiLeaks, una portavoz de Pence dijo que el vicepresidente “nunca tuvo conocimiento de que alguien relacionado con la campaña estuviera en contacto con WikiLeaks”).

La comunicación ahora está probada. Y, desde mi punto de vista, la coordinación, entre la campaña de Trump y WikiLeaks, también está probada, al menos hasta cierto punto.

Considera esta línea de tiempo. (Y echa un vistazo a esta línea de tiempo completa sobre Rusia y la campaña Trump elaborada por Marshall Cohen de CNN).

El 12 de octubre, WikiLeaks le envió un mensaje a Don Jr.: “Hola Donald, es genial ver a tu padre hablando sobre nuestras publicaciones. Sugiero encarecidamente que tu padre tuitee este enlace si nos menciona” con un enlace a un archivo de su trabajo.

Quince minutos después —¡15 minutos!—, Donald Trump tuiteó esto desde su cuenta: “Muy poco se habla en los medios deshonestos de la información increíble proporcionada por WikiLeaks. ¡Tan deshonesto! ¡Sistema manipulado!”.

Si eso no es coordinación, no estoy seguro de qué es. Supongo que se podría decir que fue una mera coincidencia que Trump tuiteara acerca de WikiLeaks 15 minutos después de que la organización le pidiera a su hijo mayor que hiciera precisamente eso. Pero eso sería una gran coincidencia dado el tiempo de los tuits y el hecho de que sabemos, por el informe de Atlantic, que Don Jr. permitió que el personal de alto rango de la campaña supiera que WikiLeaks había hecho contacto el 21 de septiembre.

Ahora bien, la comunicación y la coordinación no son colusión. La colusión, de acuerdo con el diccionario Merriam-Webster, es un “acuerdo secreto o cooperación especialmente para un propósito ilegal o engañoso”.

La segunda parte de esa definición es la clave: “para un propósito ilegal o engañoso”. WikiLeaks había comenzado a publicar correos electrónicos hackeados del Comité Nacional Demócrata varios meses antes de que Donald Trump Jr. respondiera a sus mensajes directos. Simplemente estar en comunicación con WikiLeaks en el otoño de 2016, e incluso tomar una decisión sobre un tuit sugerido por ellos (Trump Jr. tuiteo un enlace al archivo de WikiLeaks el 14 de octubre) no es ilegal.

Lo que muestran estas últimas revelaciones es que aún hay más humo en una situación ya muy humeante. Grandes cantidades de humo no siempre indican un fuego de igual magnitud. Pero se requiere de una mayor investigación para ver si el fuego está presente o no. Lo cual es lo que el consejero especial Robert Mueller está en proceso de hacer.

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