Más allá de la filantropía, alianzas con visión estratégica y social
Nota del editor: El artículo completo lo puedes consultar en la edición 1199 de la revista Expansión, correspondiente a octubre de 2016.
(Expansión) — Hace 10 años era muy difícil ver colaborar a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y a las empresas. La sociedad los concebía como enemigos naturales: las ONG trabajaban para proteger lo que concebían como el 'interés común’, y no pocas veces sus acciones iban en detrimento de las corporaciones. Del lado contrario, las empresas observaban cómo sus esfuerzos por empujar el crecimiento económico a través de la creación de empleos se veían mermados debido a las operaciones económico, político y sociales que realizaban las ONG.
Una de las principales críticas que han tenido los programas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es que, muchas veces, dada la falta de seguimiento y el escaso impacto social, únicamente sirven como parte de las estrategias de mercadotecnia de la empresa. Actualmente ya no se apoyan causas porque sí, sino que éstas están íntimamente ligadas a la visión de negocio de la empresa, aunque ésta no está obligada a crear una estructura para poner en marcha sus planes de responsabilidad social, por lo que establece alianzas con ONG que comparten sus causas.
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Con base en ello, es importante que la empresa analice la trayectoria de la ONG, sus valores y que observe que compartan las mismas metas para trabajar de manera armónica. Existen cinco puntos que deben observarse al elegir a la organización no gubernamental que se convertirá en el aliado estratégico de la empresa: