Trump falla en su intento de regresar los empleos automotrices a Estados Unidos
El presidente Donald Trump parece estar atascado en una de sus grandes promesas de campaña: la creación de más empleos para los trabajadores estadounidenses.
Los últimos datos del departamento de trabajo de Estados Unidos, reportados el 2 de junio, muestran que se agregaron unos 600,000 puestos de trabajo entre febrero y mayo. No obstante, “la tasa de desempleo, de 4.3%, y el número de desempleados, de 6.9 millones, ha cambiado poco. Desde enero, la tasa de desempleo ha disminuido 0.5%”, dijo la Oficina Estadounidense de Estadísticas Laborales en un comunicado. Los nuevos empleos se generaron principalmente en las industrias del cuidado de la salud y la minería.
Pese a esto, Trump no ha perdido la oportunidad de reclamar crédito por las inversiones y la generación de empleos que las empresas, sobre todo las automotrices, han realizado en Estados Unidos.
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En una intervención ante el Congreso, dijo que, desde su elección, Ford, Fiat-Chrysler y General Motors habían anunciado inversiones en Estados Unidos que generarían miles de nuevos empleos para estadounidenses. Pero las estadísticas muestran que el empleo no ha crecido sustancialmente en la industria manufacturera desde su llegada, y que la mayoría de los puestos de trabajo creados por estas empresas son resultado de inversiones que fueron anunciadas antes de que fuera elegido.
En abril, por ejemplo, Trump dijo que la decisión de Toyota de invertir 1,300 millones de dólares en su planta de Kentucky era “una prueba más de que los fabricantes ahora confiaban en que el clima económico había mejorado mucho bajo su administración”.
Sin embargo, esa medida fue parte de un plan previamente anunciado para invertir 10,000 millones de dólares en Estados Unidos en los siguientes cinco años. El 10 de abril, la compañía lanzó un comunicado donde resaltaba las inversiones hechas en la planta de Kentucky y la adición de 700 puestos de trabajo, como respuesta a la amenaza que el mandatario hizo al fabricante de automóviles de cobrarle un "impuesto de frontera grande" si seguía con sus planes de construir una planta en México.
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Trump también se adjudicó el plan de inversiones de General Motors en Estados Unidos. El mandatario dijo que la automotriz se había comprometido a invertir miles de millones de dólares en su operación, manteniendo muchos puestos de trabajo que se iban a perder. “Y si no me hubieran elegido, créanme, se habría ido. Y estos trabajos y esas cosas que estoy anunciando nunca habrían llegado aquí ", dijo Trump en una conferencia de prensa el 16 de febrero.
La portavoz de General Motors, Joanne Krell, dijo a Reuters que la inversión de 1,000 millones de dólares en fábricas estadounidenses durante 2017 “había estado en marcha durante algún tiempo”, por lo que la afirmación de Trump de que la iniciativa dependía totalmente de su elección era inexacta.
General Motors también tiene un plan quinquenal de inversiones para México, que inició en 2013 y que contempla 5,000 millones de dólares hasta 2018.
La realidad es que las compañías automotrices continúan con la misma estrategia de buscar países de bajo costo para fabricar sus autos, como México y China.
Quizá el caso más revelador es el de Ford. El 3 de enero, Trump tuiteó: “Gracias a Ford por desechar una nueva planta en México y crear 700 nuevos empleos en los Estados Unidos”.
Esto luego de que la automotriz estadounidense cancelara su inversión de 1,600 millones de dólares en una nueva planta en San Luis Potosí, donde pensaba fabricar el modelo compacto Focus.
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Un mes después, Gabriel López, CEO de Ford en México, explicó en una conferencia de prensa que el movimiento obedecía a la disminución de la demanda de automóviles pequeños en Estados Unidos. “Por el precio de la gasolina, que se ha mantenido en dos dólares desde hace tres años, el público se volcó hacia las pickups y los SUV”, dijo. “Debido a esto, decidimos detener la construcción de la planta en San Luis Potosí. No nos gustó tomar la decisión, pero fue la correcta para los accionistas”, añadió entonces.
Sin embargo, la producción de este modelo tampoco se hará en Estados Unidos. La semana pasada, la automotriz estadounidense, ahora al mando de Jim Hackett, anunció que moverá la producción del Focus desde Michigan a China.
Ahora Ford, el segundo mayor fabricante de automóviles de la nación, después de General Motors, está centralizando gran parte de su producción de automóviles pequeños en China, donde tiene capacidad disponible. Con este movimiento la automotriz ahorrará 1,000 millones de dólares.
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